𝐹𝑂𝑅𝐸𝑉𝐸𝑅 | ᴊᴀᴄᴏʙ ʙᴀʀʙᴇʀ [✔]

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 12:ᴠɪsɪᴛ

Capítulo 12:Visita.

Lara

Comencé mi día como normalmente lo haría, solo que sin ánimos, si bien habían encontrado a Jacob, lo habían llevado a la estación, mi madre me había dicho que había pasado una noche allí, debió de haberse sentido verdaderamente mal y no paraba de sentirme culpable.

Terminé de vestirme y miré la cortina cerrada de la habitación de Jacob, seguramente estaba durmiendo, que yo sepa no hay camas en las cárceles, pase mi lengua por mis labios, pues siempre estaban algo secos y suspire. Camine bajando las escaleras, desearía poder mejorar las cosas.

Yo haría cualquier cosa por Jacob.

Cuando termine de bajar la escaleras, mire a mi madre bebiendo una taza de café, que en realidad está servido en un vaso de plástico amarillo, con unos panes como compañía, ella solo me miro y no de una forma normal, era lo bastante extraño como para asustarme.

Me senté en la silla frente a ella y comencé a beber de a poco el café negro que me había servido mi mamá, tomando uno que otro mordisco de un pan, no fue hasta que ella rompió el silencio.

-Lara–Me llamó y yo rápido le miré.

-¿Si?–Dije confundida y asustada.

-Se que Jacob es tu amigo desde hace muchos años–Habló y creí que me prohibiría pasar tiempo con el–Y se que no ah hecho nada malo, no estoy en contra de que lo visites–Aclaro y suspiro–Pero quiero que seas discreta con las visitas, no quiero que te perjudiques ¿De acuerdo?–Me miró.

-De acuerdo–Acepte sin pensarlo.

-Por cierto–Dijo mi mamá–¿Anoche saliste de tu habitación o algo?–.

-Mhm... No, ¿Por?–Dije tratando de tranquilizarla.

Es paranoica.

-Bueno, es que creí escuchar unas pisadas por la sala–Aclaró.

Debe pensar que alguien quizá pudo haber entrado, es decir, por la sala está la puerta, además, le dije que se tranquilizará, igual la puerta no estaba forzada ni nada.

Proseguimos desayunando normal, al terminar comencé a guardar mis libros que tocaban hoy, claro sin saltar el regaño de mi madre por no ordenarlos el día anterior, tome mi mochila y salí de casa para ir a la escuela.

Sola, por que obvio, Jacob no puede salir de casa y mi madre tenía que irse al trabajo, comencé a ver el suelo, pues comenzaba el tiempo de lluvias y frío, por lo tanto, las hojas de los árboles se caían, el camino de cemento que usaba como atajo con Jacob, estaba repleto de ellas.