1.17

1.7K 206 270
                                    

Primer Año: Doce


10 de marzo, 1972: ¡Feliz cumpleaños, Remus! Pastel y cartografía: P

El duodécimo cumpleaños de Remus cayó un viernes de ese año. Por lo general, los viernes después de las clases, James los obligaba a todos a ir a ver la práctica de Quidditch de Gryffindor, y Remus leía en silencio para sí mismo. Sirius, sin embargo, había logrado convencer a James de que podía perderse sólo una práctica, especialmente porque ni siquiera estaba en el equipo todavía, y que Remus podría querer hacer algo diferente en su cumpleaños.

Fue despertado temprano en la mañana por sus tres compañeros de dormitorio apilados en su cama, todos gritando "¡Feliz cumpleaños, Lupin!". No intentaron darle puñetazos, lo que significaba que el día ya había comenzado, por mucho, como el mejor cumpleaños que había tenido en su vida.

En el desayuno, James y Sirius se adelantaron, empujando a otros estudiantes fuera del camino mientras se acercaban a sus asientos habituales, anunciando en voz alta:

—¡Fuera del camino, por favor!

—¡Cumpleañero pasando!

—¡Muévanse, no hay nada que ver por aquí!

Para cuando la habían alcanzado. Remus quería esconderse debajo de la mesa. Sus tres amigos hicieron un gran espectáculo sirviéndole el desayuno, en lugar de dejar que se sirviera algo. Peter sirvió su té, James llenó su plato de distintos bocadillos mientras que Sirius untaba con mantequilla su tostada.

—¿Es necesario? —Remus gimió, horriblemente avergonzado.

—Absolutamente. —dijo James.

—Definitivamente. —asintió Peter,

—Indiscutiblemente. —terminó Sirius.

Remus negó con la cabeza, sonrojándose mucho y mirando su comida. Cuando terminó -lo que tomó un tiempo, porque le habían servido porciones dobles de casi todo- todos se pusieron de pie, todavía sonriéndole ampliamente.

—¿Qué? —preguntó, retorciéndose nerviosamente. Si iban a hacer los golpes de cumpleaños, entonces esperaba que terminara rápidamente. ¿Quizás había una versión mágica? Después de todo, se había perdido el cumpleaños de Sirius, así que no sabía qué esperar. Peter y James le pusieron una mano en el hombro, obligándolo a sentarse de nuevo. Sirius sacó un diapasón de entre su túnica y produjo una larga nota. Remus cerró sus ojos. Oh no...

—¡CUUUUUUMPLEAAAAAÑOOOOOOS FEEEEELIIIIIZZZZ! —los tres chicos gritaron a todo pulmón—, ¡TE DESEAAAAAMOOOOOS AAAA TIIIII! ¡CUMPLEAAAAAÑOS QUERIDO REEEEEEEEEMUS!

A ese punto, el resto del Comedor se había unido y Remus no pudo hacer más que simplemente cubrirse la cabeza con las manos y esperar a que la pesadilla terminara.

—¡QUE LOS CUUUUUUMPLAS FEEEEEELIIIIIIZ!

—¡Hip hip! —James gritó, de pie en su silla.

—¡Hurra! —los Gryffindors respondieron a coro.

—Al menos ya se acabó. —murmuró Remus, con la cara ardiendo cuando terminaron de animar. Peter lo miró con lástima.

—Lo siento, amigo, pero planean hacer lo mismo en el almuerzo y en la cena.

* * *

A pesar de los felices acontecimientos, aún así tuvieron que asistir a Pociones, su última clase de la semana; Remus había descubierto que incluso cuando hacía toda su tarea y entendía lo que decían sus libros, su talento para hacer pociones era completamente inexistente. Además de eso, era una asignatura muy aburrida, y cuando Slughorn recién comenzaba a dictar su parloteo explicando sobre los cinco componentes clave de los brebajes para dormir, Remus ya empezaba a adormecerse.

All the Young Dudes | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora