K𝖎𝖗𝖎𝖙𝖔
—Argh... Aahh— gruñía un Kirito soñoliento y algo herido que empezaba a despertarse de un sueño no muy cómodo —¿eh?
Tras varios minutos para poder despertarse completamente sus ojos rápidamente le mostraron el interior de una celda con dos camas, pero su mente se concentró más en el chico que estaba mirándolo desde el exterior de los varotes.
Ese muchacho rubio vistiendo una elegante armadura plateada, sentado en una simple silla de madera con sus piernas cruzadas estando la derecha encima de la izquierda. Rápidamente se dio cuenta de que había despertado.
—Ya era hora, llevas más de 3 horas roncando— se quejó levantándose de la silla y ponerse pegado a los varotes con sus dos brazos encima de su cabeza.
—Eugeo....— decía tratando de enderezarse, pero rápidamente volvió a caer, fue ahí donde se dio cuenta que estaba encadenado de las muñecas, seguía aún tan adormecido que ni siquiera se había dado cuenta.
Por la caída dio un molesto quejido.
—No te habías dado cuenta, ¿verdad?— preguntó con la ironía de ya saber la respuesta.
—Que bien me conoces— una entrecortada y forzada risita salió desde lo más profundo de su garganta.
—¿Tanta gracia te hace estar así?— estaba claro que Eugeo no estaba de humor para ver otra vez sus tonterías.
Le cortó la risa en seco, provocando que el encarcelado tuviera una actitud más seria.
—Eugeo.... Yo....— las palabras se quedaban a mitad de su garganta, esto no era una situación fácil y él tampoco era el más idóneo para estas cosas.
—No malgastes fuerzas en pensar una excusa, de nada te va a servir.
—Eugeo— siguió sin escucharle —, sé que hice mal, lo hice muy mal, pero.... De verdad, lo siento, yo, no quería...
—¿De verdad?— le interrumpió —, pues no decías lo mismo mientras te follabas a Alice en esa cama que yo había estado durmiendo durante más de 4 meses de compromiso, o como ella te decía que siguieras sin parar— clavó mientras recordaba la visión que le había mostrado Quinella hace algo de tiempo —, recuerdo que estuvisteis hasta el amanecer sin descansar ni un solo segundo, ¿cuántas veces lo hicisteis esa noche? ¿4? ¿5 veces?
—Yo....— trató de decir algo.
—No he terminado de hablar— volvió a interrumpirle, esta vez sentándose en la silla —, toda mi vida la he pasado a tu sombra, muy pocas han sido las personas que me han preferido a mí antes que a ti, hasta mis hermanos y padres te preferían a ti antes que a mí. Solo Tieze, Bercouli y..... Mi señora me dieron la oportunidad que nadie nunca me dio, es muy triste y lamentable mi vida, siempre siendo un trapo sucio para todos los que me rodeaban pero, ¿sabes?— se levantó —. Ahora ya no me importa eso, porque ahora tu vida va a ser peor.
Abrió los varotes y se acercó a él, lo tomó del cuello de la camisa.
—Esto te va a doler.
Lo único que se podía escuchaba eran las combulsiones de Kirito al recibir todos los puñetazos de Eugeo.
𝕬𝖑𝖎𝖈𝖊
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𝔗𝔥𝔢 𝔦𝔠𝔢 𝔱𝔶𝔯𝔞𝔫𝔱
Mystery / ThrillerLa emperatriz Quinella, hermosa como ella sola. Desde el día de su nacimiento fue admirada por todo el mundo como una verdadera diosa, su objetivo es ser por siempre la gobernante del mundo humano, realizando múltiples experimentos al poder absoluto...