capitulo dieciséis

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Flor estacionó el auto, tomó sus apuntes recién impresos y bajó para entrar a su casa.

Al tomar las llaves para abrir la puerta, se topó con una persona que estaba sentada sobre el escalón de esta.

-Ariel ¿Que haces acá?

Este levanto la mirada y en cuestión de segundos se paró.

Llevaba una camisa desabotonada y manchada, el pelo despeinado y ojeras que indicaban que no había dormido en toda la noche.

Flor lo miró de pies a cabeza y fijó sus ojos en él.

-Flor necesito que hablemos.

Al decir esas palabras salio un extremo olor a alcohol de su boca. Se notaba que había tenido una noche bastante movida.

-Ariel ¿estás borracho?

-No.

-Yo creo que si.

-Por favor hablemos.

-No tengo ganas de hablar en este momento. Tengo que estudiar.

-¿Quien es ese con el que estabas ayer?

-Ariel te pido que te vayas.

Florencia lo corrió de un empujón y metió las llaves en la cerradura para abrir la puerta de una vez.

-Por favor - le dijo de nuevo Ariel, esta vez tomándola por el brazo y con la voz quebrada - por la amistad y el cariño que nos tuvimos y nos seguimos teniendo... escuchame.

Flor paro en seco y respiro unos minutos.

Sin decir más, pasó a la casa y abrió la puerta indicandole que entre tambien.

Este la miró sorprendido, sonrió y entró rápidamente.

-Subi a mi habitación. Si mi hermano te ve te mata.

Este asintio y comenzó a subir las escaleras.

Flor suspiró y se tomó la cara con la mano que le quedaba libre.

Fue directo a la cocina en busca de un vaso de agua, dejó sus apuntes sobre la mesa y subió preparándose para cualquier cosa que tuviese que escuchar.

[*]

Luego de organizar los papeles necesarios para la conferencia virtual que iba a tener al día siguiente, Máximo se aproximó al balcón a ver el cielo.

Tomó su celular y se fijo la hora. Cinco y media de la tarde.

Se puso a pensar en los sucesos a partir de su llegada a esa ciudad. El cual inesperado fue conocer a Florencia y lo raro que se sentía lo poco que vivió con ella pero lo intenso que era.

Hace mucho que no sentía la necesidad de quedarse en un lugar, de pasar tiempo con alguien.

Hace mucho que no sentía la necesidad de conocer a alguien, de tener momentos felices y divertidos.

Desde años atrás su vida solo se había convertido en trabajo, fiestas, mujeres, trabajo y más trabajo.

Acostumbraba a viajar mucho y quedarse en los lugares menos de una semana. Hacia sus negocios y se iba. Se aburría. Nada lo ataba a quedarse. No tenía hogar.

Las únicas dos personas que lo acompañaban a todos lados eran su asistente y mano derecha, Lexi y Evaristo.

Recordó la vez que bailo con Florencia y sonrió al instante.

También recordó cuando la vio bailando borracha sobre la mesa y comenzó a reírse.

Había algo en ella, algo especial, algo que hacía que tenga ganas de saber más.

Eɴsᴇɴ̃ᴀʀᴍᴇ ᴀ ᴀᴍᴀʀ - (fic de Max y Flor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora