[capítulo 3]

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Al día siguiente México se despertó algo adolorido, la noche anterior había sido un poco... difícil?
Se levantó lentamente de la cama pues no quería despertar a su chilito, se veía tan tranquilo durmiendo, tan tierno. Al mexicano le gustaba verlo así, aunque no lo admitiría nunca Chile era su hermano favorito, era con el que mejor se llevaba y le tenía gran aprecio. No malinterpreten, él ama a sus hermanos, a todos, pero a Chile le tenía un poquito más de aprecio.

Se bañó rápidamente y se vistió, una playera negra un poco holgada, unos jeans azules y unos tenis negros también. Cuando terminó ya eran las 7:30, casi hora del desayuno.

—Chile— habló en tono suave mientras se agacha a a su altura —Despierta, es hora de desayunar— acomodó lentamente los cabellos de otro que lentamente comenzaba a despertar.

Sus rostros estaban tan cerca que cuando Chile abrió los ojos sólo atinó a sonrojarse.

—Ah weon!! Qué chucha hacei?!— gritó el de estrella mientras empujaba a su hermano haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al piso golpeándose la cabeza.

—Ah no mames, me pongo romántico y tu te pones mamona— el norteamericano se sobaba el golpe.

Chile iba a ayudarlo pero antes de que pudiera hacerlo el otro se paró y se alejó de él caminando hasta el sillón.

—Ya casi son las ocho, bañate y vamonos— después se dejó caer sobre el sillón.

Chile asintió y entró al baño, minutos después salió ya vestido. México se levantó y salió de la habitación siendo seguido por el más pequeño.
Ambos iban en un silencio demasiado incómodo.

—Mex, me perdonas? Yo n-no quería hacer eso— Chile estaba nervioso, su hermano favorito no quería hablarle, eso le dolía.

—Si sí, como sea. Ya llegamos. Ve con los demás, yo voy a desayunar con Rusia.— México se fue dejándo a un chileno sólo y triste.

Ustedes dirán "ah que mamoncito el México" y pues si pero, despertar y que unos minutos después te den un putazo no es algo precisamente bonito, te arruina la mañana.

El mexicano se dirigió a la mesa de su amigo el euroasiático, hacia tiempo que no hablaban ellos dos. Tenían una buena relación, eran amigos bastante cercanos, pero últimamente han estado ocupados con sus propios asuntos y no han tenido la oportunidad de sentarse a platicar y beber como solían hacerlo antes.

—Eh ruso! Qué pedo? Cómo estás?

—Oh México, que bueno verte. Estoy bien y tu, cómo has estado?— respondió el alto mientras hacía un ademán para que México se sentará en el asiento de enfrente.

—Pues, ignorando el hecho de que por culpa de Chile me di un putazo en la jeta, estoy bastante bien. En serio estoy bien, ni me dolió tanto— agregó mientras sostenía su nuca al ver la cara de preocupación de su compa.

El ruso rió levemente, ver como el mexicano siempre le restaba importancia a ciertas cosas lograba sacarle una sonrisa a aquel serio país.

—Y tus hermanos? Siempre están juntos.

—Pues Bielorrusia y Kazajistán están con China y Ucrania dijo que no tenía hambre así que se quedó en su habitación.

El par de amigos siguió hablando de cosas sin importancia por un rato hasta que una enfermera indicó que la hora del desayuno había terminado. Todos los países se fueron directo a sus habitaciones.
A México le gustaba convivir con todos así que en la hora de la comida decidió sentarse con los asiáticos y en la cena con los latinos.

México x todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora