[capítulo 5]

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Por fin había pasado el mes, todos los countries ya habían presentado su celo incluido nuestro protagonista mexicano, el cual lo había pasado con Chile. Por cierto, desde ese momento había estado evitando al de estrella, este iba todos los días a su habitación pero el norteamericano nunca le abría la puerta, es más, cuando era hora de comer el nunca se sentaba con sus hermanos y prefería comer junto a sus vecinos o sus amigos soviéticos.

Es cierto que se sentía culpable por ignorar y hacer sufrir a su hermanito, pero también se sentía culpable de haberse aprovechado de él.

.

El mexicano se encontraba volando hacia su país, estaba ansioso por llegar después de todo hacía mucho que no veía a sus hijos y por lo general no pasan tanto tiempo separados.

Al salir del aeropuerto vio a lo lejos al chofer del otro día. Se preguntó si lo habían contratado permanentemente para ser su conductor, realmente la idea le agradaba pues ese señor le había caído bien desde el principio y esperaba que fuese así.
Don Oscar se acercó al country para tomar su equipaje y llevarlo al auto.

—Patrón, bienvenido. Cómo le fue en la junta del señor ONU?— habló el camisa blanca mientras ponía las maletas en la cajuela.

—Pues bien Don Oscar, pero mejor platiqueme de usted, cómo está su familia?— respondió México con intenciones de desviar la conversación, no podía contar todo lo que había pasado en ese mes.

—Uyy no, pues qué le cuento, mi sobrina ya en tres meses va a dar a luz y ya vamos a poder saber quién es el padre. Pero por ahora nada.— respondió concentrado en el camino. —Pero no se haga patroncito, mejor cuénteme que pasó, ya ve que en las noticias dicen puras mentiras— lo miró cómplice.

—Noticias? Cómo qué noticias?— ah caray, eso sí me interesa pensó el país.

—Pues si, algo de omegas y alfas, la verdad yo no se que es eso pero eso es lo que dicen en la televisión.— seguía mirando hacia enfrente. —Dicen que usted es un alfa, es cierto patrón? Que significa? —está vez lo miró a través del espejo.

México estaba en shock, se suponía que esto era un asunto confidencial, o no? Aunque pensándolo bien era obvio que tarde o temprano la gente se iba a enterar de esto así que intentó tomarlo con calma.

—La verdad ni yo sé bien. Supongo que la OMS lo va a explicar después, pa'que la gente sepa. O bueno, yo creo.

Despues de eso el camino fue silencioso pero no incómodo, iban disfrutando las canciones que sonaban en la radio, cada quien en sus propios pensamientos.

Mientras más se acercaban a la casa de México esto sólo podía pensar en que se iba a encontrar una vez llegara ahí. Él conocía a sus hijos y sabía que no podían estar solos sin armar un caos en aquella casa que tanto había presenciado.
México era el país más surrealista cierto? No le sorprendería encontrar una cabra en bikini en su sala.
Sólo rogaba por qué la maldita casa siguiera ahí, que no la hubieran quemado o explotado.

Al llegar todo parecía bastante tranquilo, lo suficientemente tranquilo como para que México empezara a creer que algo malo había pasado. En pocas palabras él sabía que la tranquilidad no era una característica de aquel pintoresco hogar.

—Muchas gracias Don Oscar— dijo el país mientras tomaba sus maletas.

—De nada patrón, pa'servirle— y el auto se marchó.

Al atravesar el camino de piedra notó que la puerta aún estaba intacta pero también escuchó un alboroto detrás de esta. Respiro profundo y entró.

Mala idea.

—Qué chingados...— susurró al ver cómo una enorme mancha de fuego consumía su cocina.

México x todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora