[capítulo 9]

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La reunión había terminado hace una semana, todos los countries ya se encontraban en sus respectivos países a excepción de uno de ellos.
El mexicano seguía en tierras británicas, ya había perdido la cuenta del número de veces que lo había hecho con el country que en este momento dormía en su cama.

Su teléfono sonó, era la vigésima tercera llamada que recibía de su vecino norteamericano desde el día después de la junta. No había hablado con nadie, muchos otros countries también intentaron contactarlo por motivo de negocios, no había contestado a ninguno de ellos.
No quería pensar en nada, estaba agobiado, él omega en el dormitorio lo ayudaba a desestresarse pero él sabía que era momento de regresar a su casa.

Fumó un cigarrillo antes de tomar su equipaje y salir del hotel en dirección al aeropuerto sin despedirse de su compañero.
No le dijo al inglés que partiría ese día, estaba seguro de que el otro no lo tomaría muy bien que digamos, así que prefirió hacerlo a escondidas.

Al llegar a su casa estacionó su Decennium y al entrar a la casa se percató de que el único estado que estaba ahí era Coahuila. Este abrazó a su padre en cuanto lo vio entrar y le dijo que se sentara para que comieran algo.

—Entonces 'ap, por tardaste tanto? Se supone que era una junta como cualquiera.— preguntó antes de beber de su cerveza.

—Lo fue, pero el gringo mayor quería hablar conmigo, nada importante.— restándole importancia —Además aproveché para turistear por ahí.

El celular del tricolor empezó a sonar de nuevo, se despidió rápidamente de su hijo antes de contestar pues este debía irse ya.

—Bueno...

—Hi Mex, it's me!— el mexicano se sorprendió al escuchar la voz del canadiense, como no había visto el nombre en la llamada supuso que sería el gringo —I just wanted to let you know that the North American meeting will be tomorrow at 9 a.m. (Hola Mex, soy yo. Sólo quería hacerte saber que la reunión de Norte América será mañana a las 9 a.m.)

—Oh, Canada. What a pleasure to hear your voice. Gracias por avisarme (Que placer escuchar tu voz)— sonrió si saber que el otro se sonrojada del otro lado de la llamada.

—Y-your welcome. See you tomorrow, Mex (De nada, te veo mañana)

El mexicano colgó, siempre era refrescante hablar con el canadiense.
Fue a la cocina a preparar un café y fue a su oficina a hacer un poco de papeleo.

.

Al día siguiente México fue a Washington a la reunión norteamericana.
Al entrar al edificio estaba un poco nervioso, sabía que el gringo le iba a gritar, no había contestado ninguna de sus llamadas ni enviado ningún mensaje. El había ido esperando un regaño.

Se sorprendió de que al entrar el de cincuenta estrellas lo recibiera con un abrazo y una sonrisa, correspondió. Después se acercó al bicolor, que miraba al piso con expresión triste y lo abrazó mientras el otro los miraba con envidia.

—Let's start with this.— interrumpió la cursi burbuja de los otros dos.

Los tres tomaron asiento en la pequeña sala de la oficina formando un triángulo.
Habían hablado sobre reformar el TLCAN y que entrará en vigor un nuevo tratado, el T-mec.

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