Park Jimin había iniciado una nueva rutina extraña, agotadora y, sobretodo, dolorosa. Cada día se despertaba a las siete de la mañana, acudía a sus clases de danza de la mañana, volvía a su apartamento para tener una comida saludable, regresaba a la academia para sus clases de la tarde y entonces debería leer un poco, darse el capricho del día o tener algo de vida social con sus amigos.
Sin embargo esa última parte ya no existía, ya no era satisfactoria, pues después de sus que hacerles de aprendizaje llegaba a casa para, literal, fundirse en su dolor y pena.
Todo desde que su mejor amigo YoonGi le había enviado aquel mensaje ese sábado de madrugada. Un audio corto pero explícito donde pudo escuchar a la perfección los llantos y voz quebrada de su Beta para después escuchar la grave y rasgada en preocupación de su Alfa llamando al Beta.
Jimin llamaba sin éxito a su lobo Omega, le suplicaba que volviera a aparecer sin embargo este solo lo hacía a regañadientes y pocas veces para sollozar entre gruñidos molestos hacia el humano.
Es entonces dónde las tardes de Jimin pasaron, de ser tranquilas y cálidas en su soledad y hogar, a locas y abatidas.
-Por favor, lobito. -Trató de nuevo aquella tarde noche llamarlo. -Debes entender que hice lo mejor para ambos. -El lobo de Jimin gruñó despertando y haciendo así acto de presencia muy molesto.
El rubio, por el dolor ácido que sintió en su pecho, llevo sus ambas manos allí. Su cuerpo entero tembló y en un parpadeo sintió el cambio en su cuerpo; viéndose al espejo de observó desde su medio interior. Uno de sus ojos era almendrado natural, el otro de un azul brillante.
-No podemos. -Volvió a hablar dirigiéndose a su lobo este gruñó de nuevo apoderándose de las cuerdas vocales del rubio.
-Tú no quieres, ellos no quieren. -La voz extremadamente dulce y aguda siseó en el silencio del apartamento.
-Lo sé. -Concedió viéndose sudoroso y comenzando a llorar frente al espejo. Tenía una imagen lamentable que no sería bien vista por un supuesto Omega de su casta y nivel. Pero allí estaba, derrotado por negarse a amar lo que le pertenecía por destino.
Jimin cerró sus ojos y luchó contra su lobo para recuperar del todo el control; pero no lo logró, no al menos ese momento.
Por instinto TaeHyung era un Alfa diferente al resto. Él no adoraba, como sus antepasados, la soberbia ni la supremacía de su casta. Él no quería ser más que nadie; él era simplemente un hombre de 23 años con sus estudios pagados con becas y trabajos de medio tiempo.
Y TaeHyung siempre había soñado con una vida familiar y sencilla; una casita con su Omega y cachorros que amar y cuidar. Así se había criado, en un campo alejado de la ciudad cultivando fresas junto a sus ocho hermanos y sus padres.
Y eso quería tener, una gran familia. Y eso podría tener ahora que sabía tenía un Beta y un Omega destinado. ¿Lo difícil? No había vuelto a ver al Omega rubio y adorable que lo había encandilado con solo una mirada y un aroma a bizcocho.
Y estaba molesto por como ese rubio chico había tratado a su Kookie; su Beta era una cosita cariñosa y divertida. Lo había descubierto en esas semanas juntos; saliendo del trabajo para reunirse algunos días puntuales con el chico y poder llenarlo de cariños y calidez.
Como en esa noche de miércoles donde TaeHyung tenía a un cansado JungKook entre sus brazos en uno de los bancos del parque frente a la academia donde trabajaba.
-¿Está siendo una semana larga? -Preguntó dulce el Alfa al el menor bostezar. JungKook asintió cerrando sus grandes ojos por el delicioso cosquilleo que le ocasionaban las caricias en su cabello azabache.
-Estamos con un proyecto muy grande y me cuesta concentrarme. -Murmuró, TaeHyung se inclinó y besó su frente. El moretón de los golpes que se pegó aquella noche borracho contra la barra del bar estaba casi borrado.
-Pero mi Beta es muy, muy inteligente. -JungKook abrió sus ojos para verla entre sus pestañas rizadas; el castaño lo atrajo más a su pecho con el brazo que rodeaba su cintura. -Y muy bonito. -Canturreó besando ahora su nariz. -Y el más fuerte y cariñoso de todos. -Dejó un casto beso en los finos labios. -El destinado perfecto para mi lobo y para mí. -Murmuró haciendo rozar sus labios con cada palabra.
Para JungKook era el cielo escuchar al fin de alguien que amaba a su lobo y su forma de ser neutra. Un chico y lobo cariñoso, romántico, pero fuerte y rudo. Jeon rompió de nuevo la distancia entre ambos para besarse más profundo y detallado; degustando la boca ajena con parsimonia y delicadeza.
Todo aquello siendo observado por un Omega rubio de ojos azules y de garras siendo clavadas en la dureza de la corteza del árbol que le cubría. Jimin había sido guiado por su desesperado lobo hacia ese lugar sin saber bien donde acudía; sin embargo allí estaba, viendo a sus destinados darse cariños y besarse como si realmente ya se amaran, desde, por y para siempre.
Jimin golpeó su propio pecho, luchando tan fuerte por acallar la ansiedad de llegar ante ellos que ni si quiera su lobo lloró k lo contrarió. Tan solo se fue y Jimin, con ojos apagados, se marchó de vuelta a su hogar.
-Necesito que me ayudes Kook. -Pidió Jin mientras volvía a quedar desnudo de cintura para arriba.
-Hyung. -El mayor apoyó sus manos en sus caderas viendo al pelinegro sentado en su cama. -Todo te queda bien.
-Lo sé. -Sonrió poniéndose otra camisa y modelándola al menor. -Pero aún no comprendo porqué YoonGi me ha dado una oportunidad y concedido una cita.
-Tal vez se ha dado cuenta que eres su destinado. -Dijo simple Jeon.
-Eso pasará hoy, me he puesto mucho alimentador de aroma. -La sonrisa radiante del Alfa iluminó el corazón del Beta. Quería tanto a su Hyung que lo consideraba su hermano mayor. -¿Cómo te va con tu Alfa? -Las mejillas de JungKook se sonrojaron por instinto, pero estaba feliz de poder hablar del mayor castaño.
-Es tan genial Hyung. -Dijo alegre. -Me cuida mucho y da cariños; pero también me deja dárselos y podemos hablar horas y horas de libros y arte. -Jin sonrió feliz por su menor.
-¿Y del Omega? ¿Sabes algo nuevo? -La gran sonrisa de JungKook cayó al segundo por nombrar al rubio.
-Llevo semanas sin verlo; le dije que no lo buscaría. -Jin hizo una mueca y asintió peinando su cabello con sus dedos.
-¿Quieres que le pregunte a YoonGi por él; que investigue un poco? -JungKook asintió no muy convencido. Sabía que estaba mal, el querer saber del Omega, pero a la vez era lo que tanto deseaba.
☕📖🍰
Nota: Capítulo caca pero necesario; pronto más ❤️
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Trabajo de Beta ~ VKookMin ~ TaeHyung, JungKook y Jimin
FanficJeon JungKook es uno de los pocos de su casta, sí, Jeon JungKook es un beta. Uno de los maravillosos y preferidos hijos de la madre Luna. Para Jeon siempre fue complicado adoptarse a su vida. De pequeño fue el niño del que nadie quería ser amigo, d...