Jeon JungKook es uno de los pocos de su casta, sí, Jeon JungKook es un beta. Uno de los maravillosos y preferidos hijos de la madre Luna.
Para Jeon siempre fue complicado adoptarse a su vida. De pequeño fue el niño del que nadie quería ser amigo, d...
Bien entrada la noche del sábado, ya siendo madrugada del domingo, el trío destinado de encontraba de un modo muy adverso.
Mientras TaeHyung había podido relajarse ante el cariño y mismos de su Beta y ambos dormían abrazados en la cama del menor; el Omega lobo y el humano Jimin tenían una lucha continua por el poder.
Las palabras de Taemin se repetían incesantes en la mente del rubio; él estaba matando a su lobo y lo estaba sintiendo a una gran escala. A diferencia de las veces anteriores que los había negado, su lobo esta vez no había desaparecido y lo ignoraba indignado. Esta vez le gruñía entre sollozos descargadores que quemaban en su pecho.
Por cuarta vez esa noche vomitó, esta vez la bilis de su estómago vacío en alimento, en su retrete. Las lágrimas incesantes en sus ojos eran lo menos preocupante cuando la temperatura de su cuerpo no dejaba de luchar.
Rendido por el dolor corporal de todos sus músculos y huesos se dejó caer en el suelo reposando su espalda contra las crías baldosas de su cuarto. Ante él, en el espejo de cuerpo completo, vio la imagen más desagradable y derrumbada de su ser.
Un pinchado intenso en su sien y pecho le llevó a cerrar los ojos con fuerza cuando su lobo volvió a arañar y aullar. Al abrir de vuelta sus ojos, al el aullido detenerse, su ojo derecho seguía siendo el del humano color almendrado; el izquierdo mostraba al Omega en su interior siendo azul perlado.
-Detente, por favor. -Pidió Jimin en susurros, sintiendo de nuevo a su lobo luchar con todas sus fuerzas por poseer su cuerpo. Aquello solo le ocurría los primeros dos días de su celo y en su infancia cuando aún no sabía controlar al lobo en él. Su Omega siempre fue muy fuerte y dominante para pertenecer a esa supuesta casta débil y sumisa.
-No. -Murmuró la aguda voz distorsionada del Omega, su boca torciéndose tan solo en el lado izquierdo de forma tétrica.
-No podemos estar con ellos, lo sabes. -Murmuró el lado derecho de su boca mientras su ojo almendrado centraba su vista en el ojo azulado.
-Sí podemos. -Habló el Omega. -Ellos no nos quieren, nos utilizan. -Jimin contuvo su respiración ante las palabras dolorosas del Omega. Él, en el fondo, era muy consciente de ello. -Pero Beta y Alfa sí nos aman, sus humanos también te amarán. -Su cuerpo entero tembló con otra arcada contrariado. -Ellos nos van a cuidar, formaremos una familia real, con amor y bondad. Sinceridad.
Jimin volvió a examinar su estado. Sus párpados con venas rojas marcadas, sus ojeras violetas, sus mejillas siempre rosadas pálidas e incluso amarillentas, sus labios rechonchos blancos y secos, su cabello rubio enmarañado y sin brillo, su ojo almendrado sin vida mientras el azul gritaba por seguir luchando.
Con una respiración profunda cerró sus ojos; relajando su mente y cuerpo. Murmurando lo que su lobo, y él mismo en su ser, llevaba deseando desde hace mucho.
-Llévanos con ellos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
