Obscure | Zodíaco [TERMINADA]

VII - Lo que tenemos ahora

– Fue un día bastante productivo– dijo Aaron satisfecho tras haber recolectado  deliciosas frutas en varias bolsas– ¿Deberíamos volver?– preguntó dudoso.

– Sí, pero...– Sarah estiró la palabra– Todos queremos ¿quedarnos?– preguntó con una sonrisa.

– Sí– afirmó Gemma con entusiasmo.

– Deja las bolsas por ahí, cuando regresemos las tomamos– sugirió Sarah tomando la delantera.

– ¿Podemos tener un mono de mascota?– preguntó Gemma observando los altos árboles, escuchando los chillidos de varios monos.

– Claro que no– rio Sarah.

– Si la niña quiere un mono, le conseguiré un mono– bromeó Aaron.

– Eres una pésima figura paterna– bromeó Sarah.

– Lo sé– sonrió Aaron burlón.

– Hasta aquí llegamos, lo que hay después de estas rocas no lo hemos visto– dijo Gemma mostrando uña marca que habían dejado en una de su pequeñas exploraciones por la isla.

– Sólo miremos con atención– sugirió Sarah avanzando.

– Lo más peligroso serán los mosquitos– bromeó Aaron.

– Vaya– murmuró Gemma observando una roca enorme que les bloqueaba el paso.

– Esto es muy extraño– susurró Aaron observando la roca.

– Porque parece que alguien arrastró esta roca– dijo Sarah observando el suelo– Y no fue hace mucho tiempo– susurró tocando la tierra húmeda.

– ¿Quién podría arrastrar una roca de este tamaño en medio de la selva?– cuestionó Gemma confundida– Las criaturas no son tan inteligentes como para hacer algo así.

– ¿Qué haces?– preguntó Aaron observando que Sarah sacaba su machete.

– Voy a pasar– dijo convencida cortando plantas con numerosas espinas.

– Tengo ganas de ir, pero no deberíamos– dijo Aaron mirando a la muchacha.

– Pueden volver a la casa, quiero saber qué significa esto– insistió Sarah aún cortando las plantas.

– Yo también– sonrió Gemma ayudando a la muchacha.

– Al diablo, saben que yo también– rio Aaron uniéndose a las muchachas.

No podían negarlo, los tres eran muy curiosos. Gemma no podía estar sin saber el por qué de algo, Aaron jamás aceptaba un "no"  y Sarah era la imprudencia en persona.

Tras un pequeño recorrido caminando, al fin atravesando las espesas enredaderas, se encontraron con lanzas clavadas en el suelo apuntando hacia donde ellos estaban.

– ¿Qué mierda?– preguntó Gemma sorprendida.

– Esto es una advertencia– murmuró Aaron preocupado.

– Hay personas aquí, después de todo– dijo Sarah observando a su alrededor– Probablemente, nativos– susurró observando pinturas de signos extraños en una roca.

– Sí, bueno, esto me da mala espina– comentó Aaron.

– Es una zona de transición– susurró Sarah– Humanos, puros, demonios, entrada– murmuró.

– ¿Estás bien?– preguntó Aaron confundido.

– No seas tonto, está leyendo esos dibujos– dijo Gemma observando junto a Sarah.