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Jimin ya no quería ni podía soportarlo más.

El rubio estaba harto de todo, había vuelto a caer en el abismo. Ahora todo le asfixiaba; su trabajo, que las cosas de su casa se movieran solas y su jefe le estaba desesperando.

El chico estaba convencido de que necesitaba ayuda psiquiátrica si quería cargar con todo de mejor manera, pero no le veía caso, estaba tan hundido que ya ni siquiera estaba intentando arrastrarse. Todo le era indiferente, así como una basura. No se sentía digno de recibir ayuda externa gracias a la inmensa culpa que aun vendaba sus ojos y no lo dejaba ver la realidad.

No se quitaba la vida pues aún en una pequeña parte de él estaba la esperanza de poder cobrar fuerzas y hacer su sueño de ser escritor realidad, pero luego caía en cuenta de que su vida no era un cuento de hadas y volvía a ceder ante aquella nube negra que le acompañaba.

Su trabajo ya no era lo mismo de antes, ya no era un lugar apartado donde podía hacer cosas interesantes y que le gustaran y por las que pudiera cobrar su sueldo; ahora era un lugar amargo, frío, áspero y desagradable. Lo veía como una cárcel más que nada, pero no podía irse pues sabía que no sería capaz de sobrevivir en un trabajo más agitado y estresante como el que se tendría que buscar, por lo que estaba atado a mantenerse ahí.

El mayor problema era su jefe más que otra cosa, aquel señor de unos 60 y pico le ponía muy nervioso en el sentido malo, era demasiado observador y detallista sobre todo con el rubio, al que regañaba o aconsejaba solo para tener un pretexto y acercarse a él, lo cual lo incomodaba. Algunos días el hombre le pedía favores por los cuales debía quedarse más tiempo en su recinto de trabajo. Jungkook no estaba de acuerdo.

La expresión con la que Jimin comenzó a llegar a casa le delataba al castaño que el chico no había tenido un buen día y podía suponer que era por su jefe. Cuando se encontraba con más facultad para hablar con los demás había tenido varios problemas con el jefe de Jimin, ya que no le parecía apropiado que el señor tuviera que mirar hacia arriba cuando el rubio guardaba o sacaba libros en la escalera en vez de esperar a que el joven bajara, era más que obvio que quería aprovechar esa oportunidad para tener una morbosa vista del menor, cosa que incomodaba a Jimin y Jungkook no iba a permitir que hicieran sentir mal a su bebé en uno de los lugares que más apreciaba como lo era la biblioteca.

Jungkook era demasiado protector con Jimin y lo seguía siendo, solo que ahora Jimin no se daba cuenta de aquello y Jungkook prefería quedarse casi en el anonimato, ya que en su corazón estaba la ilusión de que Jimin sabía que era obra suya todos aquellos cuidados, lamentable que estaba en una ilusión pues no se daba cuenta de que era invisible para el rubio.

El pequeño se encontraba leyendo "Demian", uno de sus libros favoritos, cuando una familiar melodía se hizo presente en el espacio anteriormente silencioso de su sala; el chico no sabía cómo reaccionar, no tenía ningún aparato que pudiera emitir sonido encendido y mucho menos uno que lograra emitir tal melodía, aquella bonita sinfonía no era nada más y nada menos que el castaño tarareando "Heartache", una de sus canciones favoritas la cual siempre le dedicaba a Jimin.

{Es solo tu imaginación, nada de esto realmente está pasando} Trataba de convencerse el rubio para no echar a llorar, pues estaba muy débil emocionalmente, tan débil como un pajarito nuevo sin su madre.

Las lágrimas podrían haber sido soportables, después de todo, una melodía que su mente estaba maquinando no debía ser tan terrible; el problema fue cuando creyó alucinar cuando escuchó la voz de Jungkook cantar aquella bonita y un poco deprimente canción.

Why did I realize? Why did I tell lies? I wish that I could do it again~— su voz era como un susurro, un tranquilo y hermoso susurro.

El rubio estaba tan adormilado que no le tomó atención a que la voz de Jungkook estuviera en el aire sin él estar presencialmente ahí, por lo que solo decidió disfrutar de la bella voz del joven, quien siguió cantando tranquila y despreocupadamente sentado en una de las sillas del comedor mientras Jimin yacía en el sofá.

La canción había acabado y el libro ahora se hallaba cerrado sobre la mesa de centro, el más bajo se levantó del sofá tomando rumbo a su habitación hasta que se dio cuenta de su escritorio.

Ahg, demonios, sabía que debí terminarlo en el trabajo en vez de traerlo a casa...— Se quejó en voz alta viendo las carpetas que estaban sobre la mesa.

El sueño le estaba ganando y aun así el chico intentaba seguir con su deber. El castaño lo notó y se acercó al joven para comenzar a repartir caricias suaves por su cuerpo, alentando a que se quedara dormido sobre el escritorio; Jungkook tomó a Jimin en sus brazos y lo llevó a su habitación, en donde se encargó de acostarlo y arroparlo bien junto con dejar un momento el calefactor encendido para que no pasara frío, él no podía sentir nada pero suponía que si Jimin estaba tan abrigado era porque sentía frío.

Depositando un dulce beso en la frente del rubio, Jungkook se retiró de la habitación observando el trabajo que Jimin había traído a casa, que no era poco precisamente.

{¿Por qué tanto trabajo extra? ¿Habrá estado muy mal como para no hacerlo en su trabajo en el horario correspondiente? ¿O será que el hijo de puta de ese viejo descarado no le dejaba de molestar?} Preguntas que Jungkook formulaba y sabía que se quedarían sin respuesta pues Jimin le ignoraba o no le escuchaba, por lo que solo suspiró y se sentó frente al escritorio pensando en qué era lo que Jimin debía terminar, pero no fue necesario pensar demasiado, pues el rubio había conservado su hábito de dejar sus recordatorios escritos en post-it.

"Debo terminar de organizar los libros nuevos según categoría"

A Jungkook se le hacía extraño el cómo lo haría, pero luego entendió el motivo de todas aquellas carpetas juntas: cada carpeta tenía como mínimo seis planas en las que se hablaba de un libro determinado, exponiendo así su material y por lo tanto su género.

Pues con todo este trabajo normal que se estrese mi pequeño. — Habló en voz baja estirándose para quitar la pereza de su cuerpo.

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Jungkook yacía dormido sobre el escritorio al haber estado toda la noche y toda la madrugada leyendo y determinando géneros de libros para alivianar el trabajo de Jimin, por lo que no notó cuando el rubio ya estaba alistándose para salir.

El joven de baja estatura no recordaba el tener listo todo su trabajo, lo único que recordaba era haberse quedado dormido cuando iba a comenzar con él, por lo que supuso que hizo todo estando prácticamente dormido y eso significaba que podrían estar mal distribuidos, pero eso tendría que verlo en su trabajo.

Suspiró y guardó todas las carpetas en su mochila sintiendo frío a su lado y una extraña energía neutra por toda la zona de su escritorio provocando que un escalofrío pasara por su espalda y su piel se erizase. Ya le estaba poniendo nervioso el hecho de sentir una extraña presencia que no le incomodaba ni sentía que fuera maligna, pero al no saber lo que era, lograba que el temor se apareciera al pensar en eso.

Jimin... Mi amor... Solo soy yo... No te asustes...— Habló Jungkook con la voz adormilada al escuchar los movimientos vacilantes del rubio.

El rubio no escuchó la voz de Jungkook, pero sí logró escuchar un suave susurro de una voz cálida que no modulaba ninguna palabra en concreto, ni siquiera un balbuceo, solo un susurro poco común. Lamentablemente no podía quedarse demasiado tiempo en su casa para analizar bien la situación pues podría hacerse tarde para el trabajo y no quería que su jefe le regañara.

El castaño estaba tan cansado que no pudo despertar para despedir a Jimin como hacía siempre, además que su cuerpo se sentía débil y un tanto pesado, como si estuviera enfermo de un resfriado fuerte sin los estornudos y demás, solo con sentirse débil, pesado, con frío, así como náuseas y dolor de cabeza. El muchacho realmente estaba haciendo demasiado esfuerzo al quedarse con Jimin, pero por su rubio él era capaz de eso y más si se podía, por lo que no le importaba decaer ante ayudarlo cuando el pequeño lo necesitara; Jungkook era un chico demasiado fiel. Peligrosamente fiel.

𝙺𝚗𝚘𝚌𝚔 𝚔𝚗𝚘𝚌𝚔 - ☾︎Kookmin☽︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora