Ya era suficiente. No podía seguir así...
Jimin se disponía a buscar alguna manera de poder seguir con su vida normalmente, dejando enterrados en el pasado los recuerdos dolorosos y vivir atesorando los recuerdos felices sin que lo arrastraran a su presente depresión.
Comenzó por buscar la ayuda profesional que necesitaba, quien le aconsejó ir a vivir un tiempo con algún amigo o familiar de confianza para que esta persona pudiera administrar los psicotrópicos adecuadamente y que así no hubiera riesgo de una sobredosis en un bajón de depresión. El rubio tomó el consejo y fue a vivir con su confiable amigo Jin, quien aceptó gustoso y con honor aquella importante tarea para apoyar a su pequeño.
El siguiente paso fue intentar reconciliarse con sus padres, acto fallido pues sus progenitores no querían tener nada que ver incluso cuando aparentemente su hijo dejó la homosexualidad para volverse asexual a la falta de su difunto novio, le envenenó bastante las semanas al rubio pero se levantó a duras penas para dejarlos atrás.
Luego siguió por encontrar algún trabajo que no requiriera una presión exagerada logrando trabajar en una pequeña tienda de regalos y recuerdos en donde todos eran muy amables tanto con compañeros como con los clientes, el ambiente era apto y perfecto.
Terminó su año en la universidad virtual y se atrevió a dar los exámenes en físico en su anterior universidad.
—¿Seguro, Jiminnie? Puedo pedir que me los entreguen y los haces en casa. — Dijo Jin preocupado por ver entrar al rubio en uno de sus peores infiernos de recuerdos dolorosos.
—No es necesario, Jin, pero gracias. Si quiero estar tranquilo y sin ninguna deuda sin pagar, debo hacerlo así. — Decretó el rubio observando el gran edificio frente a ellos.
—Cualquier cosa ya sabes dónde encontrarme a mí o a Nam, sabes que él te defenderá de los que te molesten en honor y respeto a ambos. — Añadió Jin y Jimin asintió sabiendo que por "ambos" se refería a Jungkook y a él.
Se despidieron deseándose éxito mutuo y cada uno se fue por su parte, Jin a sus clases y Jimin a la oficina del director.
Con temor el muchacho golpeó la puerta del despacho del principal, el trauma del abuso que había sufrido seguía ahí y ya no se sentía seguro con las autoridades masculinas por el miedo a lo mismo, pero lo estaba enfrentando de buena manera gracias a la terapia con la psicóloga y el psiquiatra.
Un suave "pase" se escuchó del otro lado de la puerta y Jimin giró la manija para entrar en la habitación.
—Ah joven... ¿Park, verdad?— Dijo el mayor y Jimin asintió —Que sorpresa verlo por aquí. Ha mejorado mucho por lo que veo, la última vez que lo vi estaba muy devastado físicamente. — Mencionó con voz suave y mirada calmada a los ojos del chico.
El rubio no contestó y solo se acercó a paso vacilante al escritorio.
—Y dígame. ¿Qué lo trae por aquí?— Preguntó observando cómo el rubio se sentaba frente a él con inseguridad.
—Quería saber si podía rendir los exámenes pendientes de este año. Retomé la carrera por el área online de la universidad, por lo que no la dejé en ningún momento prácticamente. — Expresó el rubio directamente exponiendo todos sus argumentos sin desvaríos.
—Tendría que sincronizar los horarios con sus profesores. Pero veo que solo son 4 exámenes, ¿puede rendirlos mañana? La copia estará lista y se le tomará en el área de recuperación, ¿le acomoda eso?— Preguntó mirando la pantalla del PC de su escritorio y viendo el historial de Jimin que le había mandado la secretaria.
—Sí. Está perfecto. — Aceptó el menor con una ligera sonrisa de satisfacción.
—Pues está todo arreglado. Mañana a las 8 am podrá rendir los exámenes faltantes y poder pasar a último año sin complicaciones. — Dio por terminado el mayor poniéndose de pie igual que el rubio.
—Está bien. Muchas gracias. — Dijo e hizo una reverencia para comenzar a caminar hacia la puerta.
—Park, lo felicito por su progreso y ojalá llegue muy lejos. — Dijo por última vez el director y Jimin sonrió asintiendo para salir de la oficina.
No faltaba demasiado para que las clases de la mañana de Jin terminaran y que fuera hora de ir a su trabajo, por lo que prefirió tomar el camino largo a la salida observando con aprecio reprimido el jardín con el contaba la universidad recordando con nostalgia cuando Jungkook le perseguía por los pasillos obligándolo a correr como si fueran niños pequeños llamando a la desaprobación de bastantes que se sumían en la amargura llamándola adultez. Una sonrisa tenue fue dibujada en sus labios al ver la figura alucinógena pálida de él y su novio corriendo por los patios en un recuerdo a viva vista.
Su agradable nostalgia fue interrumpida cuando un fuerte brazo se posicionó sobre sus hombros, extrañado y con esperanza de que fuera alguno de sus amigos miró al lado encontrándose con Yong-Duh, uno de los chicos que encabezaba el grupito que lo molestaba cuando Jungkook no estaba con él.
—Así que volverás por aquí, bola culona, ¿me equivoco?— Dijo con burla y Jimin rodó los ojos con pesadez y desviando la mirada planeando ignorarlo.
—¿La muerte de tu postor te dejó mudo, putita? — Siguió otro a lo que Jimin cerró los ojos elevando una ceja y apretando los labios en obvia señal de molestia.
—¿Y a ti qué carajos te importa? ¿Envidia de que de mi boca no salga tanta tontería como de la tuya?— Encaró de una vez el rubio no dispuesto a ser juguete de esos pesados de nuevo.
—Uh~ ¿Escucharon chicos? Ahora la perra ladra. — Molestó Yong-Duh.
Los ojos de Jimin volvieron a ponerse blancos y quitó de un fuerte golpe el brazo de su agresor de sus hombros así mostrándole que no por ser más bajo tenía que ser un debilucho.
—¿Cuál es tu precio ahora? — Volvió a mofarse.
—Diría que el mismo que el de tu novia, pero yo no me ando regalando a idiotas ni al que se me pasa por delante, por lo que soy más costoso de lo que podrías pagar con tu vida y un pacto al diablo. — Respondió Jimin alejándose de ahí y cayendo en cuenta de lo sarcástico que podría llegar a ser sin siquiera darse cuenta.
—¡Woah, Jimin! ¡Ni yo soy tan cruel!— Exclamó Jin llegando a su lado riendo.
—¿Me escuchaste? Qué vergüenza... Jungkook me habría regañado, ¿no? — Preguntó con una sonrisa melancólica.
—Jungkook no te habría dejado ni hablar con ellos. Pero no te habría regañado, le habría echado más leña al fuego. A ese chico le gustaba ver arder el mundo, pero no arder con él. — Supuso Jin riendo.
Jimin soltó una suave risita. Era verdad, a Jungkook le gustaba el chisme, pero no le gustaba buscarlo y prefería que llegara solo; le gustaba el bardo y que el mundo ardiera mientras él miraba tranquilamente. Era uno de sus rasgos más característicos y por eso también se le consideraba un pesado y algunos lo trataban casi con pinzas.
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—Jin-Hyung, ¿pasa algo?— Preguntó Jimin al llegar al edifico en donde ahora vivía pues Jin se había quedado pasmado viendo el portón del edificio.
—Emm~... No, nada, solo que me acordé de que tenía que ir a comprar algo antes. Entra, vuelvo pronto. — Disimuló el mayor entregando la llave al rubio y él lo miró raro un momento para luego entrar.
El rubio mayor se aseguró de que su menor ya estuviera lejos para luego volver a centrar su mirada al suelo.
—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?— Preguntó con voz suave muy sorprendido de ver al castaño sentado abrazando sus rodillas en aquel edificio.
—Jin... Ayúdame...— Contestó con voz débil el castaño mirándolo suplicante.
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𝙺𝚗𝚘𝚌𝚔 𝚔𝚗𝚘𝚌𝚔 - ☾︎Kookmin☽︎
Fanfiction¿𝚀𝚞𝚒𝚎́𝚗 𝚝𝚘𝚌𝚊𝚛𝚒́𝚊 𝚕𝚊 𝚙𝚞𝚎𝚛𝚝𝚊 𝚝𝚘𝚍𝚊𝚜 𝚕𝚊𝚜 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎𝚜 𝚊 𝚕𝚊𝚜 2 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚗̃𝚊𝚗𝚊? 𝙴𝚜𝚝𝚘 𝚗𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚒́𝚊 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚍𝚘 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗... 𝙿𝚎𝚛𝚘 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 𝚜𝚒 𝚕𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚒́𝚊... ⚠︎Contenid...