XII

28 3 0
                                    

Ya nada tenía sentido. Ya no quería nada.

Jin desde pequeño fue "especial". El chico tenía mayor sensibilidad a las presencias paranormales así como facilidad para hablar con los mismos, sensibilidad que no le gustaba para nada pues era inevitablemente tachado de raro por sus sustos repentinos sin explicación visual ni lógica para el resto; con el tiempo tuvo que aprender a disimular absolutamente todo para no ser molestado por siempre consiguiendo así el control sobre el susto de ver energías raras rondando por todos lados.

Nunca le fue útil hasta ese momento, en donde observaba con lástima cómo uno de sus amigos a los que tanto cuidaba lloraba desesperadamente sentado sobre su propia tumba dejando salir todos aquellos sentimientos que le asfixiaban día y noche sin que pudiera hacer nada al respecto. El rubio mayor apretaba sus labios y desviaba la mirada pues el dolor de ver la tumba de Jungkook y verlo a él llorando sobre ella era demasiado como para soportarlo de frente, pero no lo pudo evitar y las lágrimas también escaparon de sus ojos en un llanto silencioso para no empeorar la situación en que Jungkook estaba.

Cuando el castaño pudo calmarse un poco, tomó lugar sentándose sobre su lápida funeraria en obvio chiste de humor negro y de mal gusto de "estar burlando a la muerte aun después de muerto", broma que le aseguró a Jin que Jungkook seguía con sus burlas inapropiadas aun en un momento crítico como lo era la pérdida total después de la muerte.

-Dime. ¿En qué necesitas mi ayuda? Te digo de una vez que no sé cómo puedes llegar al más allá. - Habló el mayor sentado frente al castaño.

-Ayúdame... A poder despegarme de Jimin...- Contestó el menor pasando las manos por su cabello.

Aquella petición sorprendió demasiado al mayor pues nunca creyó que Jungkook estaría dispuesto a dejar a Jimin por nada del mundo incluso después de fallecido, él era demasiado terco y aunque se estuviera desvaneciendo y volviendo una sombra maligna nunca se le habría pasado por la cabeza el dejar a su pequeño solo.

-Creí que nunca te querías separar de Jimin...- Dijo Jin mirándolo con lástima.

Aquel comentario hizo nacer una sonrisa y una risa sarcástica de parte del espíritu, quien luego volvió a reír con más ganas haciendo que un salvaje viento despeinara y molestara a Jin, abrió los ojos aun riendo y eran de un color rojizo no natural. Jungkook no estaba completamente ahí.

-¿Y tú en verdad crees que quiero? De ser por mí, me quedo atormentándolo hasta que decida morir por tanto sufrimiento. - Dijo con cinismo el castaño y aquellos ojos ardientes para luego volver a su temple anterior repentinamente -Pero no. Si me quedo... Él estará mal y es lo último que quiero... Quiero que él siga adelante viviendo su vida sin que yo esté interrumpiendo en ella... Quiero que ame a alguien más y que ese alguien le haga mucho más feliz de lo que yo lo hice en su día... Quiero que ría y sonría como antes...- Hizo una pausa mirando a la lápida -Quiero que me olvide...- Soltó de una vez con un nudo en la garganta.

Jin pudo ver que, con la misma determinación con la que decía quedarse para siempre con Jimin, estaba diciendo que quería que el pequeño rubio lo olvidara. Se podía ver en su mirada que no había una pizca de egoísmo en sus palabras y que estaba dispuesto a sufrir todo lo que hiciera falta aún para que su amado fuera feliz de nuevo sin su recuerdo atormentándolo.

-Jungkook... Eso no se puede...- Dijo con pena el mayor y el castaño lo miró -Se podría si Jimin estuviera aun mal en extremo por tu pérdida, pero él está aprendiendo a quedarse con los buenos recuerdos y así sellar el capítulo que vivieron juntos. Está recibiendo ayuda psiquiátrica y ayuda de sus amigos para poder volver a ser feliz... Pero ya no puede olvidarte... Además, que él no querría por nada del mundo y después de todo él no aceptaría y lo evitaría. - Explicó Jin.

-No quiero... En verdad que quiero borrarme de su memoria. - Rogó Jungkook.

-No puedo hacer nada, tampoco tú. Nadie puede hacer nada. Eres uno de esos recuerdos que son tan fuertes en lazos afectivos que, aunque tuviera lagunas en la memoria, podría reconocerte. - Explayó nuevamente el mayor.

-Entonces... Necesito irme... Por favor... Dime cómo puedo hacerlo, ya no aguanto más el calvario y la culpa de todo el daño que le he hecho. - Suplicó con los ojos aguados de nuevo poniendo a prueba la sensibilidad de Jin.

-No tenías idea de que estabas fallecido, ¿no? - Preguntó y el contrario asintió -Es normal que te hubieras enojado demasiado con él, ya que no puede ni escucharte, ni verte, ni hablarte. De hecho... Nadie puede hacerlo...- Dijo tomándole las manos.

-Tú sabes de esto... Quiero irme ya...- Dijo agotado el menor.

-Se supone que debes quedarte aquí, sobre tu tumba y esperar. El resto no sé, no he muerto nunca. - Contestó con obviedad.

El seco asentimiento de cabeza que recibió, dejó claro que el espíritu estaba harto de la conversación, por lo que solo se levantó limpiando su pantalón y dándose vuelta dispuesto a irse y dejar al cansado muchacho descansar; pero antes de poder dar un paso, Jungkook se lanzó sobre él en un abrazo necesitado para él.

-Gracias por todo, Jin... Enserio... Dile a Jimin que lo amo y que quiero que sea feliz... Si me es posible, nunca olvidaré todo lo que hiciste por mí, Hyung... Ten una buena vida, por favor... No pelees con la persona que amas por estupideces y demuestra tu amor todo lo que puedas... La vida es demasiado frágil como para desperdiciarla...- Habló difícilmente el castaño tragándose el nudo de su garganta.

Las lágrimas volvieron a salir de los ojos de Jin, quien no pudo evitarlo y se dio vuelta a abrazar de vuelta a su castaño difunto, lo iba a extrañar demasiado y eso lo sabía pero también sabía que era lo mejor para todos pues así Jungkook no tendría otra oportunidad de volverse un espíritu maligno y se iría siendo él mismo como siempre fue. A pesar del frío que el cuerpo de Jungkook transmitía, Jin no lo soltó por nada del mundo, el castaño necesitaba un soporte y él estaba dispuesto a serlo.

-¿Puedo pedirte algo? - Preguntó el castaño susurrando.

-Dime, pequeño...- Contestó un poco más calmado el mayor.

-¿Puedes traer a Jimin algún día antes que me vaya? Quiero verlo una última vez...- Pidió Jungkook.

-Lo intentaré... A él aun le afecta el pasar por fuera de este cementerio, pero estará listo y lo traeré, ¿sí? - Dijo Jin como intentando negociar con un niño llorando.

Jungkook no respondió y solo asintió aun escondido en el hombro de su mayor, ese sería el último abrazo que recibiría hasta que ya dejara de saber lo que hacía y quería aprovecharlo lo más posible, le daba igual con quien fuera, solo quería sentir afecto de parte de otra persona en aquel difícil momento.

Jin no quería soltarlo pero sabía que debía hacerlo, que era inevitable, que la muerte es parte de la vida por mucho que eso jodiera a muchos; pero el no saber a qué se enfrentaría Jungkook en soledad no le dejaba soltarlo, no tenía idea de lo que el chico le tocara pasar al haber estado tanto tiempo en la tierra sin darse cuenta de su fallecimiento y solo deseaba que no fuera nada malo y que Jungkook pudiera encontrar la paz que tanto estaba buscando.

Con el dolor punzante en su pecho, Jungkook reunió valor para poder separarse de Jin lentamente y dejarlo ir secando sus lágrimas para acostarse sobre su tumba cerrando sus ojos tratando de apaciguar el ardor de su cuerpo durmiendo.

𝙺𝚗𝚘𝚌𝚔 𝚔𝚗𝚘𝚌𝚔 - ☾︎Kookmin☽︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora