IX

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Por primera vez, Jimin se sentía asquerosamente asustado por la atmósfera pesada en la que su casa estaba inundada. Generalmente se sentía muy neutral desde que empezó a suceder, pero ahora estaba asustado, y no poco.

La mirada penetrante y seria del castaño estaba posada con firmeza sobre los orbes café claro del rubio, quien trataba de buscar el origen de su miedo inexplicable. Jungkook estaba sentado en la mesa con los brazos cruzados sobre su pecho y golpeteando un poco con su pie derecho el suelo, desde que habían llegado estaba esperando un simple "gracias" por haberle dado la idea de que revisaran las cámaras de parte de Jimin, pero el rubio no le había dicho nada, le había salvado el pellejo de ir a la cárcel y ni un agradecimiento obtenía a cambio.

Jungkook se hallaba confundido, generalmente nunca esperaría agradecimientos por esas cosas pues consideraba su deber el proteger de todo a Jimin, pero esta vez quería escuchar agradecimientos de parte de los labios del rubio y el no estarlos recibiendo le indignaba y enojaba. No se iba a comportar como un niño a rogar por que le dijera gracias, por lo que estaba usando la sucia técnica de intimidar con la mirada, pues para él se le hacía fácil intimidar al pequeño rubio con solo una mirada fría y seria, aunque ahora no funcionaba.

A ver, Jimin, ¿Qué tan complicado es de entender? Solo estoy esperando un puto gracias, ni siquiera estoy esperando otro tipo de premio. — Habló ronco el castaño tirando el cuello de su camisa para acomodarse bien. 

Jimin no escuchó la petición casi orden que su novio le había dado, por lo que solo hizo caso omiso a las palabras de Jungkook y trató de actuar con normalidad saliendo de la casa a la parte de atrás en donde tenía leña guardada para encender la estufa. La furia del castaño se iba incrementando y ahora quieto no tenía planeado quedarse, por lo que se levantó de la mesa y siguió al rubio.

Jimin, estoy hablando enserio. Te salvé de que te metieran a la cárcel como principal sospechoso. Merezco mínimo un "gracias, Jungkook", ¿no? ¿o ya te volviste un hijo de puta mal educado? — Mencionó el chico indignado.

El rubio comenzó a llorar al ver el montón de leña intacto, no había tocado aquel montón desde que Jungkook lo había cortado hace un tiempo y le ponía triste el hecho de que la cantidad se quedara estancada por la ausencia del chico, pues al castaño le gustaba encargarse de aquella tarea con la excusa de que así hacía más ejercicio y mantenía un buen cuerpo para su novio. El chico vestido de traje no entendía las lágrimas de Jimin, pero por una extraña razón le incomodaban ahora; no quería que Jimin llorara, ya no lo soportaba, quería que se callara.

Unos pocos trozos de leña fueron tomados y cargados por los brazos del más bajo, pero fueron echados al suelo por obra del manotazo que Jungkook le propinó a aquel montón teniendo el cuidado de que ningún trozo aplastara los pies de Jimin.

¡Te estoy hablando, maldita sea! ¡Y no ando de muy buen humor o con un humor solucionable para que me estés ignorando por mierdas poco importantes como putos pedazos de leña! ¡Ponme atención maldita sea!— Expresó con enojo y levantó su mano abierta frenando de inmediato al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer producto de un explosivo enojo. Su raciocinio aún no llegaba a ese nivel tan bajo de pegarle a su pareja. No aún.

Las lágrimas del rubio siguieron bajando en llanto silencioso pero doloroso para él y molesto para el contrario. Solo tomó lo que se había caído y entró a casa... Cerrando la puerta en la cara de Jungkook.

El castaño quedó mirando la puerta con una risa seca. Una parte de su mente se decía a sí mismo que solo estaba pasando por un mal momento con todo, pero la otra parte le culpaba de todo, le maldecía por ignorarlo, nada de esto le estaría pasando si le diera cabida en su corazón y vida de nuevo. Jimin le había dejado de amar y dejado de recordar, pero Jungkook no y tampoco tenía pensado hacerlo.

Jimin estaba obligado a amarlo a él, él ha hecho todo por el rubio y el chico no le puede pagar así.

Su control se fue al carajo y sin importarle que la puerta estuviera cerrada, entró sin aviso previo y sin compasión agarró a Jimin del cabello obligándolo a moverse siguiendo con su llanto ahora más estrepitoso.

¡Escúchame, desagradecido de mierda! ¡Ignorándome no vas a conseguir nada! ¡Yo nunca me iré de tu lado y si para eso necesito seguirte y obligarte a estar conmigo, lo haré! ¡He hecho demasiado por ti como para me pagues de esta forma!— Gritó Jungkook agitando a Jimin por su agarre en el cabello del chico quien lloraba desesperado por el dolor.

¡Jungkook, por favor! — Rogó el rubio y Jungkook rió con malicia.

Ahora me hablas, ¿no? ¡Ahora que acabaste con mi paciencia me hablas para pedirme que te deje en paz! ¿verdad?!— Volvió a exclamar el castaño botando al suelo al pobre rubio quien se abrazó a sí mismo ahogándose en hipos por el llanto.

¡Jungkook, por favor ayuda! — Suplicaba Jimin con gritos que podrían estar rompiendo su garganta y dañando severamente sus cuerdas vocales.

¡Cállate! ¡Deja de llorar ya! ¡Odio cuando lloras y siempre te lo he dicho!— Mandó Jungkook.

Los ojos apretados de Jimin no le permitían ver el cómo todas las cosas en su casa se agitaban peligrosamente sin llegar a caer pero con una seguridad que lo harían en poco tiempo, nada sonaba pero todo se movía.

¡Jungkook protégeme! — Volvía a llorar en vano.

¡Es lo que he hecho todos estos putos años! ¡Y no creas que me he arrepentido! ¡Pero últimamente podría dejarte solo y no me importaría!— Ya ese último comentario obligó a que el Jungkook real tomara rienda de las emociones de su cuerpo y por lo tanto las lágrimas comenzaron a bajar, pero la cólera seguía presente.

¡Ayúdame! ¡No sé qué está pasando! ¡Por favor ven conmigo!— Pidió el más pequeño.

Okey, la situación se volvió demasiado confusa.

Las cosas dejaron de moverse y todo se volvió más calmado, menos en ambos muchachos pues Jimin seguía llorando desesperado en el suelo abrazando sus rodillas y la furia de Jungkook fue reemplazada por la confusión.

¿Qué? — La atmósfera pesada se iba dispersando y el cuerpo de Jungkook comenzó a pesar.

¡Jungkook ven conmigo! — Jimin se había encerrado en sus recuerdos y eso no era para nada bueno... Era peligroso —¡Jungkook, por favor! ¡Quédate conmigo! ¡Quiero verte sonriendo no tosiendo!— Todo era demasiado confuso...

La razón no estaba acompañando a Jungkook y eso le era incómodo. Jimin estaba diciendo cosas que él había hecho, pero él no recordaba nada, había lagunas demasiado importantes en su memoria. El verdadero Jungkook volvió a reinar en su cuerpo y se agachó para mirar más fijamente al rubio mientras él seguía llorando con los ojos apretados.

¡Jungkook! — Le llamaba con tanta fuerza que se veía obligado a toser por la fuerza que aplicaba en su garganta —¡Jungkook vuelve por favor! ¡Quiero verte sin ese asqueroso brazalete! ¡Por favor quédate conmigo! ¡Yo te amo!— Su llanto no se detenía.

Las lágrimas de Jimin fueron limpiadas delicadamente por los pulgares de Jungkook, quien lloraba silenciosamente observando a su amado con unos deseos de acabar lenta y dolorosamente consigo mismo por haber herido de forma tan brutal a Jimin incumpliendo con su propia promesa de protegerlo y no hacerle daño. El rubio se alejó inmediatamente al sentir el tacto en sus mejillas aun asustado y sumergido en sus recuerdos.

¡Brazalete de mierda! ¡Conductor de mierda! ¡Me lo quitaste!— Jimin reclamaba en contra de un supuesto brazalete confundiendo más a Jungkook.

Viendo que Jimin estaba siendo atormentado por un brazalete que aparentemente él estaba usando, levantó las mangas de su traje encontrándose con unas letras grabadas en la piel de su muñeca derecha que nunca había notado. Rotó su muñeca y leyó lo que decía

"Paciente: Jeon Jungkook
Edad: 23 años
Sexo: masculino
Causa de muerte: Paro cardiorrespiratorio. Hemorragia abdominal."

¿Causa de muerte? — Se preguntó a sí mismo y dio vuelta el brazalete leyendo la línea que aceleró su respiración inexistente.

"Hora de muerte: 2:00am"

𝙺𝚗𝚘𝚌𝚔 𝚔𝚗𝚘𝚌𝚔 - ☾︎Kookmin☽︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora