Lo hecho, hecho está [Alastor x Lucifer] [Radioapple] [Appleradio]

Capitulo 10

|compañía p.1|
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habían pasado sólo unas cuantas semanas después de ese reencuentro, el rubio estaba ocupado y el carmesí quería verlo, incluso siendo consciente de que los meses más cercanos al exterminio son los más ocupados, pero el quería verlo y platicar con él, incluso acompañarlo en silencio lo conformaría, así que decidió ir a verlo, sin avisar su visita ni nada. Al llegar, aviso al portero del edificio, excusándose con que venía por asuntos extremadamente importantes que tenía, que discutir con el rey, el portero no cuestionó cuáles podrían ser sus asuntos, solo lo dejo pasar, subiendo asta el ultimo piso de aquel edificio en donde se encontraba la oficina de quien quería ver. Toco la puerta, esperando un "pase" el cual no llego, entro a la habitación, ya que la puerta no tenía ningún tipo de seguro. Al entrar, se encontró con un dormido rubio, el cual no parecía tener el sueño ligero, pero tampoco pesado. El carmesí cerró la puerta, despacio para no despertarlo de inmediato, luego acercándose  al contrario, más en específico a la oreja de este.

— Luzbel, despierta querido.~ — Alastor le susurró con un tono distinto al habitual y limpio de cualquier estática, el de cabello carmesí, al ver que esto no sirvió, procedió a moverlo a ver si despertaba de esa manera, y eso pareció no servir, volviendo a acercarse a la oreja del rubio — Lucifer~ Querido despierta.~ — Alastor dijo aquello repitiendo el mismo tono anterior, solo que esta vez no lo dijo susurrando, lo dijo en su volumen normal, esta vez si sirvió, el rubio se despertó confundido, para luego ver a su lado al carmesí, quien invadía su espacio personal, haciendo que un pequeño rubor apareciera en la pálida piel del rubio.

— E-eh ¡Alastor! ¿Qué haces aquí? ¿Y cuánto tiempo llevas ahí? — Preguntó Lucifer, sorprendido con la repentina vista del pecador. — No llevo tanto rato aquí  y vine porque te quería hacer compañía. — Dijo el carmesí, mientras regresaba su tono de voz normal. — ¿Ah? ¿Acompañar? — Preguntó extrañando el rubio. — Exactamente, quería verte y se lo ocupado que te encuentras, así que decidí venir a hacerte compañía. — Alastor recalcó lo que ya había dicho, mientras tomaba una silla, y se sentaba al lado del ángel caído. — Espera, espera, espera, no era una broma Alastor, estoy sumamente ocupado, este no es el mejor momento. — Dijo Lucifer, rechazando la compañía del contrario. — Si ya note lo ocupado que estabas, en el país de los sueños, y tranquilízate, no vine a cantarte canciones de cuna vine a despertarte, un poco de compañía para tu cansancio no te va a matar. — Alastor estaba convencido de su decisión, insistiendo nuevamente.

El rubio finalmente aceptó, dejando que, el overlord se quedara a hacerle compañía, mientras el trabajaba, así qué ahí estuvieron varías hora, charlando, escuchando música, ayudándose con el trabajo.
En un momento, el rubio se paró y salió de la oficina, en la que se encontraba, dejándose llevar por los pensamientos.