Un encuentro inesperado

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PERCY

El sueño fue reparador, pero aún se sentía un poco cansado por la larga travesía, Poseidón parecía ser un buen dios, pero aún no se me sentía en confianza como para llamarlo padre. Me desperté pensando en aquel jardín que se veía en el horizonte y que desde la copa del árbol en el que estaba se podía ver con claridad. Tal vez en otro momento podría darme un paseo por ese jardín extraño... es momento de seguir con mi travesía. Poseidon me proveyó de algunas provisiones para mi viaje... me dijo que tenía que ser muy cuidadoso con compartir lo que llevaba en la bolsa... dijo que me ayudaría a sanar rápidamente, pero que solo era para semidioses y dioses... algo asi como néctar y ambrosia... comida de los dioses... se veía como algo común, pero él me dijo que me serviría para mantenerme fuerte para ejecutar el plan que tenía. Poseidon me dijo que ahora que sabía varias cosas sobre los dioses mi vida no sería la misma, tendría que enfrentarme a cosas que nunca antes pensé... asi que debía estar preparado.

Empecé a alejarme de los bosque poco ya había pasado como una hora cuando empecé a escuchar el típico sonido de flechas y cuchillas blandiéndose en batalla... mis sentidos se pusieron alertas sobre alguna posible incursión persa... estamos cerca del camino escondido que conduce a las termopilas... si los persas saben de este camino será nuestro fin.

Me acerque sigilosamente para poder ver de qué se trataba, no quería llamar demasiado la atención asi que solamente desenvaine mi espada, esta espada era diferente ya que fue un obsequio de Poseidon... me dijo que me serviría para el viaje de regreso, pero que no la usara a la hora de estar con el ejército, era visualmente una espada común, pero me dijo que pronto le hallaría una razón de ser. Dejando a un lado el escudo y la lanza. Y por las rocas me escondí hasta que llegue a la fuente del ruido y los gritos. Un grupo de niñas estaba luchando contra una horda de perros... pero no cualquier clase de perros... estos perros parecían salidos del mismo tártaro. También había alrededor de 5 monstruos... mitad humanos... y mitad orcos... que llevaban el emblema del imperio persa... Pude percibir un poder similar al que había percibido cuando hablaba con Poseidon... era un aura demasiado fuerte como para ser ignorada.

El grupo de mujeres luchaba con fiereza y agilidad, cortando y lanzando flechas con destreza y precisión, pero también lo hacían los monstruos y empezaban a prevalecer a causa de que algunas cazadoras caían heridas. Había una niña en particular... no tendría mas de 12 años, su cabello castaño que se mecía al viento con cada movimiento, pero que estaba herida en uno de los brazos con un rasguño profundo... ella llamo mi atención y empezó a replegarse, dando órdenes a las demás niñas, asi que supe que era ella quien guiaba este grupo, pero no se dio cuenta que los monstruos y orcos la estaban rodeando mientras su grupo se replegaba sin darse cuenta de que dejaban atrás a su líder... Respiro hondo... preparándome para el combate, como si un interruptor se activara dentro mío y corrí hacia la roca más cercana y tome impulso para saltar con todas mis fuerzas con la espada en mano, era tan ligera que pensé que se rompería al primer choque contra una armadura, pero para mi sorpresa el primer golpe que di fue contra la cabeza de uno de los orcos, la cual rodo por el suelo desprendiéndose de su cuello ante el asombro de la niña de 12 años y la rabia de los otros orcos.

— Tus hermanas se replegaron, no tiene sentido llamarlas... pero podemos encargarnos de estas bestias — le dije una vez que llegué a su lado, ella solo asintió rápidamente y se puso en posición de batalla. Dos hermosos cuchillos de caza estaban en sus manos y brillaban con el sol que estaba próximo a estar en todo su esplendor.

— Yo me encargo de los perros... te dejo los orcos — susurro ella antes de arremeter contra los 3 perros que restaban, mientras yo me encontré cara a cara con 3 orcos amargados que gruñían y lanzaban toda clase de palabras en un idioma que yo no conocía. Luchamos alrededor de 30 minutos contra esos monstruos que nos acechaban en cuanto nos distraíamos, pero finalmente pudimos contra ellos, aunque yo no pude salir del todo librado, ya que tenía una herida en el costado que estaba empapando toda mi pierna, pero trataba de no concentrarme demasiado en eso, ya que la niña que estaba a mi costado jadeaba con agotamiento y también tenía una que otra herida... entonces lo supe... era una inmortal porque su sangre era dorada... como el icor que fluye dentro de los dioses...

Un héroe de otra épocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora