PERSEO
El viaje había sido agotador, pero había sido bueno... Zoe era... Zoe es una agradable compañía. Ella es... Ahhhhh me iba mal diciendo a mí mismo por haber actuado tan torpe cuando ella me pregunto si me molestaría si Eneas llegara a coquetear con ella. No me molestaba, me enfurecía... Pero jamás se lo demostraría, no era mía para protegerla... Y tal vez nunca lo seria y tenía que asumirlo...
Le mostré la casa, Eneas tenía una afición a la cacería y había colgado algunas cabezas de ciervos y venados que le daban a nuestra casa un aspecto acogedor. Solo teníamos dos habitaciones, así no que me molestaba cederle mi habitación a ella, aunque estaba casi seguro de que me reclamaría porque tenía que incomodarme por ella...
— ¿Porque tienes todas estas atenciones conmigo? — me sentí como un idiota... Pensé que podría llegar a una conclusión de porque estaba siendo tan atento con ella, pero no... Lo ignoraba.... Y yo no podía ser más claro que eso... Había agotado mis recursos, yo lo que podría haber hecho para decirle que me sentía atraído por ella. Ella se mordía el labio con fuerza, con vergüenza.
— ¿En serio Zoe? — tenía un poco de amargura contenida, sentía que mis ojos se volvían acuosos, pero no hay lugar para ser débil...si ella no podía ver lo que yo le mostraba no había vuelta que darle. No me queda demasiado tiempo para más.
— Yo... — balbuceó casi en silencio mientras que yo sola observaba, viendo como sus palabras se llevaban lejos cualquier esperanza... Toda esperanza.
— Perseo — escuche mi nombre a mis espaldas y era Eneas que me miraba con algo de preocupación.
— Eneas — realmente no sé qué clase de cara le puse, pero sé que su semblante decayó notablemente y una sonrisa forzada se formó en su rostro.
— Llego esto para ti — le di una leída rápida... órdenes para que me presentara mañana... posible partida hacia las termopilas... está sucediendo...
— Es del rey... discúlpame unos minutos — educadamente, con un poco de pesar y con algo de seriedad me dispuse a leer el mensaje.
— Claro — el susurro preocupado de Zoe me peso en el corazón, pero debía estar concentrado, así que volví a abrir el rollo y empecé a leer.
Perseo
Tu tiempo de descanso todavía expira dentro de dos lunas, pero es preciso que te presentes mañana, necesito a todos disponible para marchar hacia las Termopilas... Repórtate con el capitán... yo iré a consultar al oráculo...
Tu rey
Leónidas
Las cosas estaban sucediendo tal como mi padre dijo que pasarían, excepto que no había nada seguro de que el oráculo nos diera su bendición para ir a la guerra, pero negarnos el permiso sería tanto como condenarnos a la extinción.
— Eneas por favor prepara un baño para nuestra invitada hemos recorrido un largo camino — Empecé a tomar una postura dura, porque el tiempo lo requería, tenía muchas cosas que arreglar... Eneas era una de ellas... y luego estaba Zoe... ¿qué iba a hacer con ella? Tal vez podría quedarse con Eneas y pasar sus días aquí... ¡no lo sé!
— ¿Y usted señor?... digo... Perseo — No escuche muy bien la pregunta de Eneas, pero supongo que me pregunto si yo iba a tomar un baño, no tenía demasiado tiempo, mañana tendríamos que salir al amanecer para poder presentarme a la primera hora. Tenía que ver a Alejandro... él podría ayudarme.
— Yo lo tomare más tarde... tengo que ir a ver a alguien — no podía concentrarme en demasiadas cosas a la vez, así que mis respuestas eran simplemente para no ser grosero.
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Un héroe de otra época
عاطفيةPerseo es un hijo de Poseidón que no sabe que lo es hasta que la guerra esta por llegar a Esparta. Su padre idea un plan para salvarlo de lo inevitable y preservarlo para el cumplimiento de la profecía. El corazón del héroe se queda prendado de una...