Máquinas y animales [Fanfic: Soudam]

CAPÍTULO XII. - Navidad

INFORMACIÓN IMPORTANTE

Este fanfic contiene ¡¡mini spoilers!! de algunas cosas que suceden durante la historia. Por ejemplo, información de los personajes que es revelada más tarde en el juego o en el tiempo libre.

No killing game AU: Nadie muere. Monokuma simplemente molesta de vez en cuando y Monomi ayuda a los niños con los fragmentos de esperanza.

NO nsfw: No me gusta escribirlo, lo siento.

El invierno acababa de empezar, lo que significaba que empezaba esa época del año. La época de la Navidad. Una época en la que todo debía ser decorado hasta la saciedad y en las que se producían ingentes cantidades de comida.

Por alguna razón, Gundham estaba emocionado. No se lo diría a nadie, porque no iba con su naturaleza reservada ir divulgando sus pensamientos y secretos, pero pensó que sería una buenísima oportunidad para devolverle a Souda el regalo. Como había apreciado las molestias del otro, quería devolverlas. El problema era siempre el mismo. Sus nefastas habilidades sociales. Si sumamos a esto, que a veces florecían dentro de su cabeza un gran número de inseguridades con respecto a estas habilidades demoníacas que tanto le costaba dominar, entonces conseguíamos un resultado agobiante. La gran ventaja con la que jugaba era que el mecánico era fácil de complacer, además de que gritaba a los cuatro vientos sus gustos particulares. ¿Podría preguntarle a Sonia alguna idea? Podría. Aunque Sonia no era tan amiga de Souda. Eso lo hacía dificultoso.

¿A quién podría preguntarle entonces? Bueno, él llegó a considerar que Hajime era del tipo de persona con suficiente poder como para resistir su veneno. Tal vez le preguntase al fan de los cítricos. Realmente, quería preguntarle. La vergüenza era un obstáculo que tendría que vencer en esta ocasión. Si usaba su peculiar forma de hablar y realizaba un discurso dramático y teatral seguramente podría conseguirlo. Como resultado de sus divagaciones se encaminó a soltar su speech magistral delante de aquel chico tan normal y simplón que por alguna razón simpatizaba con Kazuichi. Quizás porque de entre toda la tropa de amigos, eran los más normales, técnicamente hablando. Mientras Komaeda no apareciese con su juicio envenenado, todo iría bien.

Avanzaba el domador de hámsters hacia donde se encontraba el otro a la par que se autoconvencía de que podía hacerlo. Podía preguntarle. Seguro que podía. ¿No era tan difícil, no? ¿O sí? El caso es que ya estaba en frente al otro mirándole así que solo tenía que esperar a que le hablase.

— ¿Quieres algo, Gundham?

— ¿Por qué iba a querer yo algo de un mortal?

Empezábamos bien.

— Te me quedaste mirando y pensé que querías hablarme. Tranquilo, soy mortal no soy ninguna bestia que tengas que enfrentar. — Intentó calmarlo.

— En todo caso, un mortal como tu debería sentirse honrado de que un ser ultra poderoso como yo quiera tener una conversación.

— Me siento muy honrado entonces. — De esta forma podría persuadirlo para que le dijese lo que tuviera que decirle.