Máquinas y animales [Fanfic: Soudam]

CAPÍTULO IX. - El picnic

INFORMACIÓN IMPORTANTE

Este fanfic contiene ¡¡mini spoilers!! de algunas cosas que suceden durante la historia. Por ejemplo, información de los personajes que es revelada más tarde en el juego o en el tiempo libre.

No killing game AU: Nadie muere. Monokuma simplemente molesta de vez en cuando y Monomi ayuda a los niños con los fragmentos de esperanza.

NO nsfw: No me gusta escribirlo, lo siento.

Era un nuevo día en la isla. A pesar del tiempo otoñal, hacía sol y buen clima. Los estudiantes se dirigieron al restaurante a desayunar como todos los días. Souda llegaba tarde, algo que era bastante habitual. Al entrar pudo ver que los demás estaban reunidos alrededor de Sonia. Parecía que estaba hablando de algo así que se acercó también a la mesa.

— ¿Entonces os parece adecuada la idea de hacer un picnic hoy por la tarde? — Dijo la chica rubia.

— ¡Ibuki piensa que será divertido! ¡Ibuki se apunta! — Gritó la música definitiva.

Kazuichi buscó con la mirada a Gundham para saber si él estaba de acuerdo y si quería ir. El problema es que tenía una cara bastante neutral. Tendría que preguntarle. Desayunaron para luego salir de allí. Lo bueno es que Tanaka esperó por él. No tendría que perseguirlo para preguntarle como solía hacer habitualmente.

— ¿Vas a ir al picnic? — Preguntó el pelirrosa.

— Iré, más lo hago por la Dama Oscura, ya que quería observar los animales hoy. — El criador decía esto con un tono apenado.

Souda pensó un momento. Si Tanaka estaba apenado por esto, tendría que haber una solución bastante fácil, pero sus nefastas habilidades sociales no se la dejaban ver.

— Podemos ir al picnic y después ver a los animales. No creo que la gente quiera estar sentada todo el rato. Sonia no se va a enfadar por eso, puedes estar tranquilo. Sabe perfectamente que estás emocionado porque ahora no tenemos sólo un conejo y un oso que habla en la isla.

— Visto así...Parece que tienes razón...

Era raro que Gundham le diese la razón al mecánico, aunque esto hizo que se pusiese muy feliz. Quería decir que el otro confiaba en su palabra, o mejor dicho, que confiaba en él. Cada uno se fue a su cabaña para preparar sus cosas para el picnic.

Tanaka le dio de comer a sus hámsters y en uno de sus bolsillos metió un paquete de pipas de girasol, por si las moscas. El tiempo restante, estuvo jugando con ellos, hasta que llegó la hora de marcharse. Los animalitos, como de costumbre, subieron a su bufanda para acompañarlo en su nueva aventura.

Kazuichi por su parte, se colocó el gorro bien y se tumbó en la cama un rato. No era fan de llevar muchas cosas. Lo único que tenía en los bolsillos era su llave inglesa pero nada más. Pensó que le daba tiempo a hacer el vago unas horas antes de ir, así que se echó una mini siesta.