Capitulo IV: Bash, el crup mestizo que habla

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Después del percance en la mente de Lea, su recuperación ha ido en mejora, la propia señora Pomfrey afirmaba aquello. Los primeros días, Lea no hacía más que leer, ya que su enfermera favorita la había dejado prácticamente aislada en su habitación. Sus únicos contactos con el exterior, eran la señora Pomfrey, su tutor, que la visitaba todos los días a la hora del té y los elfos domésticos de la casa, Lazzy y Dopey. Lazzy, al ser la hermana mayor de Dopey, se disculpó con Lea por aquel accidente de la cocina. Al igual que Dopey, la pequeña niña solo ofreció sus disculpas a Dopey por el golpe que le dio y que si podrían olvidar lo que paso. La amistad con los elfos fue inevitable. Ya que Lea los trataba educadamente y pedía las cosas, cuando estaba en todo su derecho por exigirlas.  Cuando ella tenía dudas sobre los libros mágicos, les preguntaba a ellos, Dopey era quien más respondía, le encantaba hablar con la pequeña bruja, y a Lazzy le gustaba cuidar de ella, en una ocasión dijo que Lea se parecía a Dopey en lo distraídos que eran cuando meditaban o se concentraban en algo.

Ya cuando tuvo permiso para salir del cuarto y poder bajar, lo primero que hizo fue abrazar a señor Doge y pedirle perdón por aguantarla esa noche. Después de aquello, Lea se pasaba todo el día en el vestíbulo junto al señor Doge, ella leyendo y de vez en cuando comentando datos de los libros con él, y a veces, el mismo Dumbledore se sumaba a las conversaciones, él siempre venía a la hora del té y se iba unos minutos antes de la cena, diciendo que Hogwarts lo esperaba.

Lea había averiguado bastante, y sabía que su tutor, Albus Dumbledore, era uno de los magos más poderosos de los últimos tiempos. El señor Elphias Doge también era famoso, pero no era tan galoneado como Dumbledore. También había investigado sobre Hogwarts, el colegio de magia y hechicería, donde su tutor era el director y donde la señora Pomfrey trabajaba. Lea soñaba con conocer aquel castillo y se preguntaba en que casa quedaría.

->Tu madre, al igual que Albus y yo, pertenecimos a la casa Gryffindor -declaro el señor Doge con orgullo, mientras Dumbledore se carcajeaba de la expresión de su amigo.

->Una casa de singular calidez y sorpresas -agrego Dumbledore mientras reía.

-> ¿Por qué Salazar Slytherin odiaba a los magos hijos de muggles?

Aquello fue razón para dejar de lado la risa.

->Slytherin tenía serios prejuicios hacia los muggles. Sinceramente nunca he sido sabedor de la razón autentica. Pero si te puedo asegurar que descargo toda su ira hacia los magos hijos de muggles, llamándolos "sangre sucia", aquellos que no provenían de "sangre pura", los magos con descendencia mágica -explico Dumbledore.

Lea hizo una clara mueca de confusión y rabia.

->Pero eso injusto. Incluso podría ser que el primer mago de la historia fuera hijo de muggle.

->Interesante teoría -acoto el señor Doge.

Dumbledore asintió antes de hablar.

->Lamentablemente, el odio de Slytherin hacia los muggles se propago en su casa por completo. Incluso hasta la actualidad se ocupa el termino de los sangre sucia -su semblante cambio cuando dijo lo siguiente- Tu madre también fue denominada sangre sucia al no tener parientes mágicos.

Lea solo asintió con tristeza antes de cambiar de tema.

Así pasaron las semanas, las mejores de la vida, según ella. Cuando a fines de octubre, llego Dumbledore con una extraña invitación…

->Alístate, mi querida Lea, porque hoy iremos a dar un paseo -dijo con fervor al entregarle una fina capa color gris y burdeos dorados.

La pequeña se abrigo y encima se puso la capa, cubriendo gran parte de su rostro. Para ella no se le olvidado la promesa que le hizo a Dumbledore y ocultaría su cara como lo habían acordado.

Harry Potter y La Heredera de La Magia de Merlín (B1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora