Inoportuno

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—Ya estoy en casa —anunció un Kuroo trajeado, dejando el paraguas empapado en el paragüero. Después colgó su abrigo de lana negro en el perchero. 

No recibió respuesta alguna, pero tampoco le extrañó. Conociéndolo, tendría los auriculares puestos a todo volumen, o estaría demasiado concentrado como para siquiera percatarse de su presencia.

Estaba seguro de que si un ladrón entrase mientras estaba metido en su cueva, podría incluso hacerse un tazón de ramen y ponerse a ver la televisión en el salón, y Kenma no se enteraría hasta pasadas las tres de la mañana, que era cuando se deslizaba sigilosamente fuera de su habitación para arrasar con la despensa.

Más que un compañero de piso, sentía que tenía un gato obeso que le robaba la comida y pasaba metido en un armario veintitrés de las veinticuatro horas que tenía el día.

Decidió irrumpir en la habitación. Ya que vivía con él, podría al menos hacer acto de presencia en algún momento.

Abrió la puerta sin llamar, puesto que suponía que no lo escucharía si lo hiciera.

Una idea terrible.

Kenma dio un respingo en su asiento al escuchar la puerta y lanzó sus auriculares al otro lado de la habitación para después clicar repetidas veces en la «x» de la ventana.

Le saltó el mensaje automático de «¿Estás seguro de querer cerrar la página?», y por reflejó, se incorporó para cubrir la pantalla.

Hubiera reinado un silencio absoluto y terriblemente incómodo de no ser por los sonidos obscenos que salían de los auriculares con Bluetooth de Kozume.

—¿Estabas...? —Kuroo no se lo podía creer. A estas alturas, lo creía asexual, pero resultaba que no lo era.

—Cállate —respondió abochornado.

—¿De qué era? —No pudo evitar preguntarlo.

—¡Sal de mi habitación!

—Vale, vale —accedió alzando los brazos, y salió sin cerrar, solo para molestarlo.

—¡Y cierra la puerta!

HAIKYUU - KuuroKen Timeskip RoomatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora