Kuroo trae a una chica (2/2)

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Kuroo entró trastabillando, se golpeó el pie con el marco de la puerta, maldijo varias veces y levantó la tapa del baño violentamente para después vomitar dentro, y todo esto en cuestión de pocos segundos. Una vez hubo terminado, tiró de la cadena y se lavó la cara con agua fría.

«No pienso beber nunca más», se dijo, sabiendo perfectamente que no iba a cumplir la promesa. Después comenzó a desvestirse. Tenía que quitarse de encima el olor de la chica que acababa de marcharse hacía pocos minutos a toda prisa, abochornada y con el vestido a medio poner. Se quitó los pantalones y abrió el grifo sin retirar la cortina.

Kenma despertó con un grito al notar el agua empaparle el cabello y los calcetines.

Su compañero apartó la cortina, sin reparar en que estaba en paños menores, para encontrarse a su amigo ahí tumbado como un rollito de primavera.

—¿Qué coño haces ahí? —exclamó.

-Dormir -dijo y se quitó los auriculares-. ¿Tú qué haces en calzoncillos?

Kuroo parpadeó, perplejo, antes de responder.

-Pensaba ducharme.

Se quedaron en silencio durante un buen rato. Kuroo se tapó con una toalla y se apoyó sobre el lavabo, esperando que Kenma se explicara, pero eso no iba a pasar y lo sabía.

-¿Por qué estás...? No habrás pasado ahí toda la noche, ¿no? -Kenma asintió y Kuroo se peinó las cejas con frustración-. ¿Por qué?

-Nunca habías traído a nadie a casa.

-¿Cómo que no?

-Bokuto no cuenta.

-Bueno, soy un hombre adulto con ciertas necesidades. Esa chica era... -dejó de hablar al notar lo fastidiado que parecía estar su amigo-. ¿Tanto te molesta?

-Sí.

Kuroo frunció el ceño.

-Deja de comportarte como un crío, anda.

-No lo hago.

-Sí, sí lo haces.

-No.

-Pero, ¿por qué te molesta tanto?

-Es muy incómodo.

Kenma salió de la bañera y agarró una toalla pequeña para secarse el cabello.

-¿Incómodo? -Kuroo se cruzó de brazos-. Tengo derecho a traerme chicas a casa, Kenma.

-Te recuerdo que el piso no es tuyo, es nuestro. Yo también vivo aquí.

-¿No te parece un poco egoísta prohibirme tener sexo en casa porque te sientes incómodo?

Kenma se quedó paralizado al escuchar la palabra, y sintió que se ponía colorado. No dijo nada, dejó la toalla en la que estaba envuelto sobre el lavabo y se agachó para quitarse calcetines mojados.

-Y ahora pasas de responder. Qué maduro -le recriminó Kuroo.

-¿No dijimos cuando empezamos a vivir juntos que nada de chicas en el apartamento? -dijo entonces, inclinando la cabeza.

-Vamos, Kenma, eso fue hace años. -Sonrió con cierta nostalgia, pero su sonrisa se borró al ver los ojos entornados, casi felinos, de su amigo-. ¿Por qué no intentas traer tú a alguien? Igual cambias de opinión.

Kenma bufó de nuevo, abrió la puerta violentamente, y se encerró en su habitación, pero esta vez Kuroo no pensaba zanjar el asunto tan rápido.

Lo alertó un sollozo. Abrió la puerta, despacio, haciendo el menor ruido posible, y lo vio ahí, en la silla, con la cabeza escondida entre las rodillas. No quería violar su intimidad, pero no pudo evitar reaccionar.

HAIKYUU - KuuroKen Timeskip RoomatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora