¡Habíamos conseguido pasar la segunda prueba! Además ahora contaba con un nuevo camarada de aventuras, Draco... ¡Alba te has copiado de Draco Malfoy! Chisss, no, no se me ocurría nada y en su traducción Draco es Dragón y... ¿Por qué no? A lo que íbamos, anteriormente Irene y yo habíamos superado la segunda prueba, fue fácil ya que sabía cómo resolver el enigma del huevo y se lo había contado a Irene, en la prueba había utilizado branquialgas (que sinceramente no sé qué había hecho para que su efecto no fuera el de siempre, esta vez me había salido una cola de sirena, el profesor Snape nos había explicado que en algunos casos los efectos varían según el tipo de agua), Irene por su parte había optado por un hechizo. Habíamos superado la prueba y la siguiente era la más difícil de todas... la prueba del laberinto.
Tuvimos unos días de descanso y yo aproveché para encontrar nuevos animales mágicos ya que en el presente no podía. Con Draco, un nuevo híbrido, como acompañante las cosas serán más divertidas. Era pequeño tanto que me entraba en la mano. El día de la primera prueba por la tarde me había escapado y había ido a ver los dragones. Muchos estaban hambrientos y heridos y pasé la tarde con ellos, al final no se encariñamos y ahora son mis "amigos", Hagrid me había dado permiso para quedarme con Draco porque al parecer al ser un híbrido era "ilegal" pero me dijo que lo creara con mucho cariño y lo encantó para que no lo pudieran ver los Muggles y para que no creciera. Draco era muy energético y alegre a diferencia de otros dragones le encantaba jugar con Irene y conmigo. Yo me pasé el resto de los días con el libro de Animales fantásticos y dónde encontrarlos en mano descubriendo la gran cantidad de misterios de los alrededores de Hogwarts que era lo que más me gustaba.
Irene por su parte estudiaba en la biblioteca, repasaba hechizos y jugaba quidditch, las dos disfrutábamos haciendo lo que más nos gustaba.
-¡Irene mira ven!-Dije yo corriendo hacia ella-
-¿Qué quieres Alba?- Dijo ella sonriéndome muy feliz.
-Primero, ¿Qué te ha pasado te ves muy feliz?
-He ganado, ¡quince puntos para mi casa para el partido de hoy!
-¡Qué bien!-Dije yo alegre, Irene quería ganar la copa de la casa era un gran orgullo y yo la apoyaba.- ¡Mira encontré un Animal fantástico muy inusual!
Y aunque era muy tímido salió de mi mochila y miró a su alrededor, a Irene se le iluminaron los ojos.
-¿Qué es?-Dijo muy animada, Irene y yo estábamos haciendo un cuaderno de criaturas mágicas y ella los estudiada, los profesores estaban muy ilusionados y nos habían dicho que era un buen inicio y que si lo hacíamos bien nos darían puntos para nuestras casas.
-Es un Nuncio bebé, según he leído acerca del dice esto:
"esta bestia del este de África puede considerarse la más peligrosa del mundo. Es un gigantesco leopardo que se mueve silenciosamente pese a su tamaño y cuyo aliento causa enfermedades tan virulentas que pueden aniquilar poblaciones enteras. Nunca sido dominado por menos de cien magos capacitados bien coordinados"... buf, mucho texto.
-¡Qué bien! ¿Pero cómo haces para aprendértelo todo y no...
-... los hechizos que aprendemos?-Dije yo terminándole la frase y nos reímos, pasamos la tarde estudiando a Dientes, como era bebé no mordía y su aliento aún no era peligroso, al final se lo dimos a Hagrid que prometió cuidarlo bien hasta que creciera.
Era el día de la tercera prueba por la mañana. Yo practicaba hechizos en el patio e Irene leía un libro de al parecer historia de la magia.
-¡Serpensoria!- A quité la varita, no me salió bien.
-Pronúncialo así: serpensortia, prueba ahora.
-¡Serpensortia!- y lo conseguí de la punta de la varita salió una serpiente negra.
-Finite incantatem, Señorita Alba no practiqué éxitos peligrosos en el patio además deberíais estar yendo a la zona de la última prueba o llegaréis tarde.- Dijo el profesor Snape eliminando la serpiente que había logrado hacer.
-Mi serpiente...
-¿Ha dicho algo Alba?
-No, no, no he dicho nada profesor.
-Si profesor Alba y yo ya nos íbamos.-Dijo Irene sacándome de ese aprieto, ya nos dirigíamos a la prueba, qué nervios.
-¡Llegamos tarde Alba!-Dijo Irene apresurada, ella nunca llegaba tarde a diferencia que yo.-
-¿Probamos?-Dije yo con un brillo en los ojos travieso, siempre quise probarlo, Irene sabía de qué hablaba.-
-No estoy segura... Pero vale, si atacamos por el bosque llegaremos con suerte antes de que empiece.
Yo me transforme en mi forma animada, un perro alobado negro y Irene pronuncia el encantamiento de ampliación en mí, salió bien... menos mal, a este tamaño llegar al claro donde se hacía la prueba sería pan comido. Una vez Irene se subió a mi lomo "galope" hasta el claro llegábamos cinco minutos antes.
El profesor Dumbledore nos paró, nos felicitó por la fusión de hechizos que habíamos creado y nos explicó la prueba, Irene se fue a preparar y yo también pero Dumbledore me paró.
-Alba, esa pulsera... ¿donde la conseguiste?-Dijo el director mirando la pulsera que me había dado Draco en el "futuro".-
-Pues...
-No pasa nada, ¿me dejas?-Claro yo extendí el brazo y el tocó la pulsera, la pulsera en mi tío un brillo y volvió a ser como antes.-Bueno, vete, vas a llegar tarde, mucha suerte Alba.
-Muchas gracias profesor.-Dije yo despidiéndome.
La gente aplaudía, vitoreaban con nuestra llegada, me sentía bien, un poco nerviosa pero caminé con Irene hasta donde se encontraba Dumbledore, nos susurro.
-En el laberinto no encontraréis dragones u otros males, algo peor en el laberinto las personas cambian, sean cautelosos... y pues.- Uso un hechizo para que su voz se escuchara como si utilizara un megáfono.
-¡Se inicia la tercera prueba! ¡Campeonas prepárense!
El público se levantó aplaudiéndonos y vi como Remus me susurraba "suerte" desde su asiento, miré a Irene una última vez antes de entrar al laberinto...
La prueba iba a comenzar, Alba y yo nos preparamos para entrar en el laberinto. Era el momento de la última prueba. No sabíamos lo que pasaría ahí dentro, pero sabíamos que todo iba salir bien, porque estábamos juntas.
En cuanto oímos el sonido que nos indicaba el comienzo de esta nueva aventura, salimos corriendo lo más rápido que pudimos. Como no era el torneo de los tres magos, decidimos que nos apoyaríamos en todas las pruebas, en especial en esta última.
Dentro del laberinto, nos encontramos muchas criaturas que intentaron despistarnos para que no consiguiéramos llegar a nuestra meta. Pasado un rato muy largo de buscar el camino correcto entre los altos arbustos que formaban las paredes del laberinto, conseguimos encontrar una pequeña plaza a la sombra en medio del laberinto. Justo en el centro de la pequeña plaza, vimos una gran copa de oro y plata con cristales brillantes y hermosos. Las dos nos quedamos estupefactas ante aquella impresionante joya. Nos miramos, sonreímos y nos lanzamos corriendo hacia ella. Ambas tocamos las asas de la copa que nos teletranspórtame hasta donde estaba Dumbledore esperando con impaciencia. Cuando llegamos, todos nos miraron con alegría de que hubiéramos conseguido acabar las pruebas. Nosotras estábamos especialmente contentas, nunca hubiéramos imaginado que el torneo de los tres magos, aunque fuera una prueba, fuese tan divertido. Pero ahora debíamos regresar a casa. Alba y yo salimos corriendo llegamos hasta el Gran Comedor donde nos encontramos con la profesora McGonagall, a la que le habíamos dado el giratiempo para que lo guardara. Ella nos lo devolvió. Nos lo pusimos, pero justo antes de viajar otra vez al presente, Alba se acordó del pequeño dragón. Debíamos llevarlo con nosotras, nos quería demasiado como para abandonarlo y nosotras a él también. Encontramos al dragón en la cabaña de Hagrid, nos despedimos también de él y, esta vez, sí volvimos al presente. Allí, nos esperaba Draco sonriendo y nos preguntó que cómo había ido aquella inesperada prueba. Nosotras le miramos, sonreímos también y se lo contamos todo. Ni siquiera se enfadó cuando le dijimos que nos habíamos traído un pequeño dragón y nos dijo que nos quería presentar a alguien. Nosotras, sorprendidas, nos miramos. ¿Quienes podían ser esas personas?
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𝙷𝚊𝚛𝚛𝚢 𝙿𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝙴𝚕 𝙴𝚜𝚌𝚞𝚊𝚍𝚛ó𝚗 𝙷𝚘𝚐𝚠𝚊𝚛𝚝𝚜 1
FantasyEsta es la historia de dos amigas, una Griffindor y una Slytherin. Sus casas son enemigas, ¿y ellas mejores amigas? #10 en alumnas