𝙷𝚊𝚛𝚛𝚢 𝙿𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝙴𝚕 𝙴𝚜𝚌𝚞𝚊𝚍𝚛ó𝚗 𝙷𝚘𝚐𝚠𝚊𝚛𝚝𝚜 1

Las llaves: La llave de Ravenclaw

Al día siguiente nos despertamos pronto, teníamos muchas cosas que planear antes de la primera clase, encantamientos, con el profesor Filwitch, que era quien tenía la llave de Ravenclaw. Llegamos al Gran Comedor una hora antes de que empezaran las clases, estaba vacío y la comida aún no estaba en la mesa pero aprovechamos esa inesperada soledad para sentarnos todas juntas en la mesa de Slytherin. Allí yo saqué un trozo de pergamino y una pluma y nos pusimos a escribir el plan. Éste, consistía en entrar en la clase de encantamientos bastante antes de su comienzo, así tendríamos tiempo suficiente para hablar con el jefe de la casa e intentar convencerle de que nos diera la llave. No podíamos esperar demasiado para conseguir las cuatro llaves, de las cuales solo nos quedaban dos, ya que, de lo contrario, el profesor Snape se daría cuenta de la ausencia de su llave. Sabíamos que nos castigaría en cuanto se diera cuenta, aunque se lo devolviéramos enseguida, pero, por lo menos, nos gustaría haber entrado antes en la casa misteriosa.

Pasados unos quince minutos, la comida empezó a llegar a la mesa. Engullimos lo primero que cogimos y salimos corriendo del Gran Comedor. Queríamos llegar bastante antes a clase.

Media hora antes del comienzo de la clase, el profesor Filwitch estaba ya sentado en su mesa preparando la clase, se sorprendió al vernos entrar, pero nos recibió calurosamente y nos pidió que nos sentáramos. Esa era la única clase de la semana en la que las cuatro casas estaban juntas y se sorprendió ver a un miembro de cada casa entrar de forma tan amigable, parecía que lo habíamos hecho de forma intencionada. Obviamente, así había sido. Éramos mejores amigas. Las cuatro nos sentamos en una mesa larga, puesto que las clases del profesor Filwitch teníamos que hacer grupos de cuatro. Pasados unos cinco minutos, que se hicieron eternos para nosotras, yo levante la mano y dije:

-Emmm... ¿Profesor de Filwitch?

-¿Sí señorita rostro?-Dijo él sin levantar la cabeza de su libro.

-He estado investigando bastante sobre todas las casas de Hogwarts, y me ha parecido muy interesante saber que la fundadora de Ravenclaw tenía una llave. ¿No es así? Puede que lo haya leído mal...- Dije yo para disimular.

-¿C... Cómo te has enterado de...?-Dijo el profesor, pero no consiguió acabar su frase, porque estaba demasiado sorprendido. Se despistó y se le cayó el libro que resonó en toda la habitación, pero ninguno de los cinco pareció notarlo.

-Tan solo he leído un par de libros de la biblioteca profesor-Dije como si no esperara esa pregunta.

-¿En la sección prohibida? ¿Quién... Quien te ha dado permiso?-Parecía saber exactamente del libro que hablábamos.

-Profesor me dio a mí permiso la profesora Sprout.-Intervino Clara.- Y yo se lo preste a Irene, porque estaba investigando sobre las casas de Hogwarts y ese era un libro que trataba exactamente sobre eso. Siento si ha sido un problema...-Dijo Clara para que pareciera como si me lo hubiera prestado por pura casualidad.

-No, no en absoluto, no es un problema.- Dijo y pareció haber recuperado el sentido.- Me alegra que seáis tan buenas amigas señorita Leon. ¿Y que ponía exactamente en este libro señorita Rostro?.

-Bueno... Ponía muchas cosas sobre cada casa, pero hubo una que me llamo mucho la atención sobre la suya, profesor. Hablaba algo sobre que Ravenclaw tenía una llave, que pasó desde la misma fundadora, Rowena Raavenclaw, hasta usted, pasando por todos los jefes y jefas anteriores de la casa.

-Mmm...- Dijo como si dudara afirmarlo o negarlo, sabía que yo ya lo sabía, pero aún así no estaba seguro si podía confiar en nosotras.- Sí, tienes razón. Eres muy observadora, señorita Rostro.

-Pero profesor-intervino Alba- sabemos que existe la llave, pero tenemos una pregunta más importante.

-Pues en este caso, señorita Amakrane, ¿cuál es esa pregunta?.