𝙷𝚊𝚛𝚛𝚢 𝙿𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝙴𝚕 𝙴𝚜𝚌𝚞𝚊𝚍𝚛ó𝚗 𝙷𝚘𝚐𝚠𝚊𝚛𝚝𝚜 1

Extra: El baile de Navidad

Esto es lo que pasó en el baile de Navidad de la prueba del Torneo de los tres Magos.
¿Quién invitará a Alba? ¿Y quién irá con Irene al baile?

Estaba en la sala común de mi casa, el estilo elegante y gótico
seguía como siempre, el color verde en las cortinas y las vistas del
lago a través del cristal. Una mesa en el centro de la sala llena de
objetos mágicos y libros y dos cómodos sofás negros en los que
me encontraba leyendo un libro muggle que me había mandado
mi madre. Subí a las habitaciones para dejar el libro, en el suelo
lucia una alfombra de Slytherin, en el suelo un cojín que recogí y
lo puse en su sitio.

Deje el libro en mi cama que seguía sin hacer y arrime la silla cogiendo mi bufanda y salí.

Volví al piso principal y vi. A Malfoy y a los chicos saliendo,
Draco comía una manzana y los otros le llevaban las cosas. Pero
algo que no esperaba sucedió; las chicas de Slytherin me pararon
en las escaleras y me pidieron que les contara de que como fue la
fiesta de las pruebas de los tres magos y os la voy a contar.

Era la hora de asistir a una clase especial con la profesora
Minerva y los Slytherin nos sentamos a los lados mientras que las
otras casas iban entrando, un gato entro al aula y todos nos
callamos el gato se transformo y la profesora nos explico la clase.

-¡Queridos alumnos de Hogward, e de anunciaros que a pesar de ser una prueba celebraremos la fiesta! –Todos nos miramos y aplaudimos animados por la idea- Debéis aprender a bailar, y espero de cada uno, representantes de nuestro colegio se esfuerce
por dar un buen paso y lo digo literalmente por que el baile es
justamente eso, un baile. –Y entonces empezó a explicarnos lo que era el baile- Dentro de cada chica duerme un delicado cisne y
dentro de cada chico un león fiero preparado para saltar, Ethe,
¿me harías el honor…?
La profesora y Ethe, todo avergonzado, y empezaron a bailar, la profesora le marcaba el ritmo y todos se rieron el pobre Ethe lo
debía de estar pasando mal.

-Bueno y con esto terminamos, deben encontrar todos pareja para
la fiesta, ya pueden salir… Alba e Irene, venir.

Ambas nos miramos y fuimos.

-Como únicas campeonas que sois debido a la expulsión de Ethe
por hacer trampas en la prueba debo comunicaros que abriréis el
baile…

-¿Qué? –Dijimos al unísono las dos, tras un rato salimos nerviosas tras la charla con la profesora.

Los días siguientes fueron extraños, nos lo pasábamos muy bien
pero todos los chicos nos pedían de ser su pareja.

-Alba, ¿me… acompañas a fuera un segundo? –me dijo Draco y
me distancie de las chicas despidiéndome, fuimos fuera y
acabamos dando un paseo a mitad de camino Draco se paro.

-Alba, ¿algún chico te ha pedido que seas su pareja? –Dijo el colorándose un poco.

-Si, pero me negué, todos me lo piden por que soy campeona y soy popular por ello, pero si no ni me hablarían.

-Bueno, púes entonces… ¿Irías al baile conmigo?

-¿…Malfoy…? Si, claro, ¡me haría mucha ilusión! –Dije yo feliz-
¡Bueno, llego tarde, gracias! ¡Nos vemos después! –Dije yo
transformándome y salí corriendo a la siguiente clase, mire atrás y
ví a Draco, vestido de negro entre un paisaje blanco por la nieve.

Tras terminar las clases del día Irene y yo nos reunimos en la
biblioteca.

-¿Ya sabes con quien iras Irene? –Dije yo sonriendo- Yo ya tengo
pareja…

-¡Que bien! ¿Quién es… espera, no me digas que…?

-¡Si! Me lo ha pedido Draco. –Le dije, estaba muy ilusionada.- Y dime, ¿con cual vas tú?
-Ejem… Bueno, es un secreto –Dijo con una sonrisa en la cara encogiéndose de hombros.-

Pasaron los días y llego el baile. Todo estaba perfecto en el Gran
Salón, las paredes estaban decoradas, los banderines ondeaban
colgados del techo y las mesas se habían puesto a los lados para el
baile. Se abrieron las puertas, se había formado un pasillo, todos
los alumnos vestían elegantes trajes y hermosos vestidos, todos
sonreían y algunos portaban copas. Al final del pasillo una gran
mesa donde se encontraban los profesores.

Primero entramos Draco y yo. Todos nos miraron mientras que
entrábamos, al principio me dio vergüenza pero es agradable ser
el centro de atención de vez en cuando. Yo llevaba un vestido, de
los hombros caían las mangas flojas verdes, ondulaban con cada
paso que daba emitiendo brillos; lucía un apretado y elegante
corset negro rematado en un cinturón verde del que desprende una
falda negra con capas poco voluminosas, llevaba unos tacones
negros con una serpiente plateada y otros accesorios plateados a
juego. En cambio Draco se veía elegante y muy guapo, bestia un
traje apretado blanco a excepción del pantalón y zapatos negros. Llevaba un apretado corset de chico que le hacía una cintura avispada ideal para aquel traje, acompañado de una pajarita
blanca y el peinado de siempre salvo que muy trabajado.

-¿Esa es Alba? –Dijo Ron un amigo de Harry que nos caía muy bien- No tiene el pelo en una coleta, ni tan salvaje… Lo lleva ¿suelto?

-Si esta muy guapa Alba hoy… -Dijo Luna, yo la mire y llevaba
un lindo y original vestido azul- Lo lleva suelto, su pelo es más
largo de lo que parecía y tiene un negro muy bonito y brillante…

Tras pasar por el pasillo las miradas se dirigieron a la entrada…

Bajando las escaleras se encontraba Irene, llevaba un impresionante vestido rojo. Era muy voluminoso, de un color rojo pasión que recordaba a la casa de Griffindor y adornaba el vestido con pulseras de oro que relucían y unos pendientes de oro con rubíes además de un gran collar igual. Estaba muy guapa, estaba
maquillada muy levemente y su pelo estaba precioso, llevaba el mismo peinado que Hermione en el cáliz de fuego, lo que más me impresiono fue su pareja Cedrid. El guapo y apuesto alumno de Hupplepuff, vestido de gala con un traje negro y la corbata de su casa sonreía desfilando junto a Irene por el pasillo.

Una vez estábamos en el centro del Gran Comedor la música
empezó a sonar, ambas parejas nos movíamos a la perfección ya
que habíamos practicado mucho y poco a poco se iban uniendo
parejas al baile con lo que nos relajamos de no ser el centro de
atención. Tras un rato la música fue más acelerada y divertida
convirtiendo la estancia en una discoteca. Draco y yo salimos del
baile, nos paraban todos para felicitarnos y logramos llegar a un
lugar tranquilo, Draco fue a por bebida y yo me uní a Irene y
Cedrid que hablaban placidamente. Draco volvió con las bebidas
y nos pasamos el resto de la tarde los cuatro, lo pasamos en grande. Cuando Draco y Cedrid se retiraron Irene y yo hablamos de lo increíble que había sido, nos despedimos y nos fuimos a
dormir.