Nosotros

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He preparado su ensalada preferida, tengo un guiso hecho y tiramisú casero. He dejado el piso lleno de flores. Estoy tan nerviosa. Desde que nos vimos en casa de su padre hemos estado todo el rato hablando por teléfono y enviándonos mensajes. Hemos reído mucho en cada conversación y me siento cómoda de nuevo. Algo bueno del confinamiento ha sido volver a tener contacto con él. Llevamos días tonteando como dos adolescentes.

No puedo mentirme a mí misma, estoy muerta de miedo por volver a sufrir pero no puedo dejar de pensar en él. Tiene algo que escapa a toda lógica. Can es alguien que siempre será especial en mi vida pero hay muchas cosas que entre nosotros no han ido bien.

A veces pienso que es el hombre perfecto para formar una familia pero luego recuerdo sus cambios de humor, su ego y sus celos. Yo quiero casarme en un futuro y tener familia. Pero necesito un hombre que me haga sentir segura. Can es una montaña rusa de emociones y muchas veces he sentido que me costaba entenderlo. Yo tampoco tengo un carácter fácil pero la mayoría de nuestras peleas han sido por sus celos. Le gusta controlar las situaciones y sé que siempre ha querido protegerme pero siempre acaba desconfiando de mí.

Me preparo. He decidido ponerme un sencillo vestido azul cielo de tirantes y el pelo recogido en una coleta baja. Me maquillo los ojos y los labios muy sutilmente.

Cuando se acerca la hora empiezo a ponerme muy nerviosa. Le oigo llegar y dejar su coche en la entrada. Salgo a recibirlo y no me da tiempo de reaccionar. Me abraza tan fuerte que me deja sin habla. Lleva una camisa azul marino y vaqueros. Me agarro a su espalda y hundo mi cuello en el suyo. Los dos inspiramos a la vez. Me agarra tan fuerte que me estremece.

- Estaba deseando abrazarte y sentirte así. Estás preciosa Demo.

Nos miramos unos segundos mientras recuperamos la compostura y le acompaño dentro. El vestido es sencillo pero resalta todas mis curvas a la perfección y él se queda mirando embobado. Ha traído un ramo de rosas blancas precioso. Me lo entrega tímido y me pide un poco de agua.

Mientras le sirvo, juega con Civan y con Simba. Se me cae la baba. Me dice que está muy orgulloso de cómo he sacado adelante al pequeño gatito. Le aclaro que es una chica. Además, le explico lo difícil que ha sido y cuando me intento incorporar para rellenar la jarra me agarra de la mano y me atrapa.

- Te necesito. Tienes que perdonarme. Nos lo merecemos. Esto no es fácil de encontrar. Esta conexión que tenemos que nos quema...

Nos besamos con ganas y con una intensidad brutal. Me tiemblan las piernas y él está totalmente acelerado. Lo noto en su corazón cuando le acaricio su pecho.

- Dime una cosa Demet, antes de seguir necesito saber algo. Pero no quiero te enfades. No quiero que te molestes.

- No quiero hablar más Can.

- Necesito saber si es verdad que estás o has estado saliendo con él Kerem ese. Lo he leído en varios portales.

No me lo creo. No puede ser otra vez la desconfianza, el creer en la prensa de nuevo. Me enfada todo esto pero lo peor es que  me agota.

- Será mejor que te vayas.

- Entonces es cierto. ¡Lo sabía!

Habíamos vuelto a la casilla de salida. No había servido de nada ni había cambiado nada. No podíamos estar juntos. No de esta forma. No solo es por el rumor de turno. Es que siempre habrá algo y siempre acabará desconfiando.

- ¡Joder!!No Hay nada. Llevo días hablando contigo y fui a casa de tu padre a verte. Nos besamos. Te dije que pensaba en ti y sigues creyendo en mentiras. ¿Nunca vas a confiar en mi? ¡Tanto te cuesta!

- ¿Si es mentira porque te pones así?

- Vete, por favor.

- Vuelves a echarme a la mínima dificultad.

- ¿Qué dificultad? Son tus celos y miedos los que no nos dejan seguir.

- Siempre soy el malo. Si saliese un rumor sobre mí y tú me preguntases te diría la verdad y te lo aclararía sin problemas. Porque quiero que sepas todo.

- Todo esto va más allá del rumor de turno. No confiamos en el otro. Nos queremos pero no es suficiente. Deberíamos dejar de intentar algo que no funcionará.

Lo vi claro. Can y yo no tenemos futuro. Él es sumamente posesivo y yo no quiero tener que estar justificando cada cosa que sucede en nuestras vidas que no podemos controlar. Ojalá no existiese ese tipo de prensa ni los fans locos pero no quiero que formen parte de mi vida personal.

Can no entendía nada y no le culpo. Era yo la que ya había visto el final en un segundo.

- Demet no te entiendo. Todo parece ir bien y de golpe vuelve la distancia entre nosotros por querer aclarar algo que aparece en todos los portales. Me afecta que hablen de ti así y solo quería saber tu versión.

- No hay nada que aclarar porque no hay nada con Kerem ni con nadie.

- Perfecto, eso es lo que quería oír. Ya está. No hace falta volver al drama.

- No hace falta volver a nada ya. De verdad, lo mejor es que te vayas y sigamos cada uno por nuestro lado.

- ¿De verdad es lo que quieres? ¿O es solo que estás molesta por mis celos? Si tengo celos es porque te quiero.

- Si tienes celos absurdos es porque no hay confianza. Por favor, no nos engañemos más. Deja de intentar esconder la realidad.

Llegó el silencio. Can bebió un largo sorbo de su vaso y miró la mesa decorada y preparada para cenar. Se incorporó lentamente y me observó en silencio mientras sacaba las llaves de su coche.

- Ojalá... - me dijo medio susurrando en mi oído mientas me besaba lentamente en la mejilla e inspiraba mi perfume.

Yo por instinto lo rodeé con mis brazos y puse mis manos en su espalda. Apretando fuerte mis manos contra él. Sabía que sería la última vez que lo abrazaría en mucho tiempo. Él hizo lo mismo y me acarició los brazos muy suave. No podíamos más, demasiado dolor. Mi mente recordó toda nuestra ahorita como si fuese una película... Cuando nuestros cuerpos se separaron nos miramos a los ojos y sonreímos pero solo con nuestras bocas. Nuestros ojos no tenían brillo alguno.

No hubo más. Se marchó y supe que ya no teníamos nada más que decir o hacer.

Nadie más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora