Hoy es su cumpleaños. 30 años. Es una cifra bonita, importante y muy especial. No lo celebraré con él. Ni siquiera sé si seré capaz de enviarle un mensaje. No puedo. Me he prometido a mi misma que no bajaré la guardia nunca más. Llevo días nerviosa, desde que nos vimos en mi casa me ha costado dormir y no descanso bien.
No paro de recordar sus palabras, no paro de recordar ese vídeo besando y cogiendo a otra chica. Me duele. Sé que no le puedo exigir nada porque no estamos juntos pero verle así con otra mujer me ha dejado destrozada. Intento distraer mi mente con mil cosas pero hoy no paro de pensar en una conversación que tuvimos en Maldivas...
Yo llevaba un vestido naranja largo de tirantes y el pelo suelto. Estaba sentada en la terraza observando el mar mientras él se duchaba. Salió de la ducha muy alegre. Mientras elegía su ropa y recorría la habitación, se asomaba y me contaba sus planes para la celebración de su cumpleaños.
- Este año es muy especial, creo que está siendo uno de los años más especiales de mi vida. Te tengo a ti, estoy feliz, me encanta mi vida y cumplo 30 años. Es como un año redondo.
- ¿Cómo te gustaría celebrarlo? - le pregunté con ilusión.
- Contigo, eso lo primero. Luego también con mi familia y mis amigos. Me gustaría alquilar un lugar y celebrarlo todos juntos. ¿Te parece buena idea?
- Claro que sí, mi amor. Me parece una estupenda idea. Estoy segura que será un día muy especial.
- Seguro, eso si me encantaría luego irnos de viaje los dos solos. Estamos tan bien aquí que quiero hacer más viajes. Irnos los dos solos y disfrutar de nosotros.
- Y...¿tienes pensado el lugar? - le pregunté expectante.
- Pues estuve viendo el otro día en Instagram unas cabañas en mitad del bosque que me hicieron desear estar allí contigo. Nieve, chimenea, naturaleza y tú. Creo que sería el sitio perfecto para estar nosotros y nadie más.
- Nadie más...
Ahora ese mágico nadie más ya no tenía sentido. ¿Cómo podía haber cambiado todo tanto en pocos meses? Había pasado de la felicidad a sentir un inmenso dolor. No podía pensar en él sin sentir mi cuerpo partido en dos. Revivía constantemente en mi mente los momentos en los que habíamos sido felices. Intentaba recordar que fue lo que nos llevó al punto en el que nos encontrábamos ahora. Pero creo que no era algo concreto sino un cúmulo de varias cosas. La presión, la desconfianza, los celos, la mala comunicación, el miedo...
He pensado en enviarle un simple mensaje de felicitación pero no me atrevo. Pienso en el regalo que tenía pensado hacerle y me lleno de tristeza de nuevo. Esta noche sé que él ha organizado una fiesta en el lugar al que va ahora habitualmente por la noche. He visto estas semanas sus fotos con las fans y sus nuevos amigos. A veces me cuesta reconocerlo en las imágenes. No parece él. Pero a la vez veo que ahora lo único que quiere es vivir su tiempo libre de esa manera y sin dar explicaciones.
Miro su foto de perfil de WhatsApp, tiene una foto de su viaje a Grecia. Dudo en enviarle un simple: Feliz cumpleaños 🎈
Pero no puedo teclear esa corta frase. No soy capaz de dejar de lado mi decepción. No puedo volver atrás pero tampoco creo que pueda olvidar. No puedo olvidar lo mucho que le quiero pero tampoco puedo obviar todo lo que ha pasado. Estoy dividida entre mi corazón y mi razón.
Intento mantener la calma con todos pero no para de desear que sea feliz y pueda volver ese Can que conocí. Aunque ya no esté conmigo y siga su vida. Keske...
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Nadie más
FanfictionEs la continuación de la historia de Can y Demet. La continuación de "Nadie dijo que fuese fácil". Una historia que combina ficción realidad. Una historia que a muchas nos ha cautivado pero a la vez nos ha dejado con muchas preguntas.