⚫ 0 ⚫

260 23 10
                                    

Sus pies ardían más a cada paso que daba, sus manos sudaban y sentía como la tierra se había pegado a ellas después de varias caídas en lo que iba de su huida. Mechones de cabello caían sobre su rostro dificultándole la visión, la oscuridad del camino tampoco lo ayudaba y cada tanto chocaba con algún cubo de basura que hubiera por ahí.

Un desnivel en el suelo lo tomo por sorpresa, por lo que no dio a tiempo de poner sus manos para frenar la caída, sintió el líquido cálido y de sabor metálico cayendo desde su nariz pero no le hizo caso alguno, no tenía tiempo.

Impulsado por la adrenalina del momento se puso de pie lo más rápido posible, tuvo que ignorar el mareo que vino por ello, probablemente si hubiera tenido algo en el estómago en ese momento hubiera tenido que frenar para vomitar, una suerte que no fuera así.

Trataba de apresurar su paso pero las fuerzas se le acababan de a poco, gotas de lluvia comenzaron a caer sobre él y maldijo su suerte ya que eso solo le dificultaba las cosas aún más. Los alfas que lo perseguían estaban cada vez más cerca.

No había nadie en las calles, pero eso no le sorprendía considerando la hora y el frió que hacia fuera, no pudo evitar preguntarse si alguien lo habría ayudado de no ser por esas dos cosas, probablemente la respuesta fuera no.

Quizás, incluso era mejor tener que ahorrarse tener las miradas indiferentes de la gente sobre él.

El aire le comenzó a faltar cada vez más y sabía que solo era cuestión de tiempo antes de que lo atraparan.

Maldijo a su cuerpo y a su suerte, pero en especial a su naturaleza, de no ser por ella ni siquiera estaría envuelto en esta situación, era frustrante cuanto menos.

Pelear o querer defenderse era inútil, o al menos eso es lo que le repetía su lobo dentro suyo, por alguna razón este solo estaba esperando por alguien que viniera a ayudarlo, era ridículo, no existía alguien que hiciera eso.

Pero su lado humano seguía dando batalla a pesar de todo, guiado simplemente por su instinto natural de querer sobrevivir, seguía corriendo, pero era difícil tan solo mantenerse en pie.

Vio la tenue luz de una de las pocas luces de la calle que no habían sido apedreadas, intento ir hacia ella pero unas manos lo tiraron desde detrás alejándolo de ella.

Un escalofrió le recorrió el cuerpo cuando sintió como los dedos ajenos rozaban su cuello. No sabía cuándo se le habían acercado tanto, pero estaba seguro que no saldría ileso de eso, de hecho, difícilmente saldría con vida. Ya conocía a esos alfas, y sabía que ambos le habían hecho la cruz después de haberles robado dinero hace unas semanas.

Había logrado escabullirse de ellos hasta ahora, pero su mala suerte era tal que tuvieron que encontrarlo en el mismo momento que había iniciado su celo.

En medio de la noche y en una de las peores zonas de la ciudad, vaya suerte.

Su vida paso frente a sus ojos, y la verdad, no había nada que valiera la pena en ella, su muerte no valía lo suficiente ni como para aparecer en un pequeño artículo en el diario.

No había nadie que lo amara o que lo extrañara, probablemente tampoco habría nadie que se diera cuenta de su muerte.

Era solo uno de tantos marginados que había en el lugar, en la mañana solo se llevarían su cuerpo y todo seguiría como siempre, la muerte era moneda corriente después de todo.

Sintió a uno de los tres que habían estado detrás suyo respirarle en el oído, y no pudo emitir ningún sonido cuando fue tacleado, haciéndolo caer dolorosamente sobre su costado derecho.

Abrió la boca pero de ella no salió más que un chillido que bien podía ser confundido con el de un gato, quería pelear, pero todos sus intentos por hacerlo resultaban en vano

Una mano le cubrió la boca, no sabía la de cual era, pero junto con ella sintió un tirón y como estaba siendo arrastrado a un callejón cercano.

Estamparon su rostro contra el pavimento cuando estuvieron lo suficientemente alejados de aquella luminaria, un poco de luz llegaba a ellos todavía, no mucha, pero si la suficiente como para ver las tres figuras que lo rodeaban.

Sintió un mareo que lo hubiera tirado al piso si no hubiera estado ya en él, su visión se estaba volviendo borrosa de forma repentina y a pesar de que trataba de mantener los ojos abiertos, la sangre que se deslizaba desde su frente le hacía incluso aún más difícil la tarea.

Una punzada de dolor surco su vientre bajo, su celo había vuelto a hacer acto de presencia, haciendo su cuerpo arder y contrastar con el frío de la intemperie.

No fue consciente del momento en que fue despojado de sus ropas, pero si del horrible ardor en su entrada cuando sintió como lo profanaban, si no fuera porque aún había una mano tapando su boca probablemente hubieran escuchado sus sollozos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar las otras veces que había sido tomado contra su voluntad, era asqueroso, demasiado, le daban asco las personas que le hacían aquello así como se daba asco a sí mismo, pues a pesar de no sentirse excitado en lo absoluto, de su entrada salía lubricante como si lo estuviera, lo que más detestaba era el ruido de chapoteo que este provocaba.

Odiaba las reacciones naturales de su cuerpo, odiaba ser un omega.

El alfa que estaba frente a el comenzó a frotar su asquerosa polla contra su rostro, empapándose de sus lágrimas, incluso pudo escuchar su risa mientras lo hacía. Cuando se hundió en su boca sintió arcadas, este tiro de sus cabellos solo para así poder llegar hasta lo más profundo de su garganta, no podía respirar pero al parecer eso no le importaba mucho.

Solo veía negro cuando sintió como el alfa que estaba detrás se corría dentro suyo, no tuvo tiempo de sentirse asqueado por la sensación de su semen cuando sintió como se volvían a hundir en él, el otro alfa que había estado mirando mientras se masturbaba con la vista.

Estaba embistiéndolo de una forma especialmente bruta, dolía.

Comenzó a ver todo en color negro, las figuras alrededor suyo se desvanecían, las sensaciones iban desapareciendo de a poco, como si ya no estuvieran allí, ya no las sentía, alcanzo a escuchar un grito, pero se sentía lejano, como de alguien que no estaba ahí.

No escucho más, no había nada de hecho, pero ya no sentía dolor. ¿Sería aquello la muerte?

Not by the Moon || Jackbum/JaeSonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora