<𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓬𝓮>

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—¡¿Te vas?!

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—¡¿Te vas?!

—Sí. Ya no me quieres cerca, lo mejor será que me marche. 

—No puedes hacer eso... ¿Después de tanto? 

—Es lo mejor. Quise jugar a la vida feliz, quise ser egoísta por una vez en mi vida, pero era bastante obvio que no iba a funcionar. Después de todo, sólo soy un solitario y frío vampiro, amando a un social y dulce príncipe. Pero, a pesar de ser tan amargo, tenía un dulce deseo que al final resultó ser imposible de cumplir. 

—ChangBin... no tienes que irte. —Dice Felix, sintiendo que su corazón se hace pedazos. Aunque ChangBin haya sido terrible persona, no quitaba el hecho de que sentía amor y más por él, y aunque quería odiarlo, no podía. 

—Sí, no tengo que irme, pero debo hacerlo.

—¡No puedes irte! ¡No puedes dejarme después de todo esto! —Exclama Felix, limpiando lágrimas que habían comenzado a resbalar de sus mejillas.

—Lo siento. —ChangBin está a punto de marcharse, pero el Rey lo detiene.

—Espere, señor Seo. Felix tiene razón, no puede irse sin más. —Entonces, un guardia toma a Lee por la espalda y pone una espada en su cuello.

—¡¿Qué mierda haces?! —Grita Seo.

—¿No lo había dicho ya? Lo necesitamos, señor Seo. Si eso implica sacrificar a uno de mis muchos candidatos a heredero, entonces tendré que hacerlo.

—¿Qué demonios estás diciendo? Felix es tu único heredero.

—¿Mi único? Ah, no, no. Creo que se confundió un poco. ¿Usted cree que no había pensado en una solución al problema de mi esposa? Reuní a todos los niños que pudieran hacerse pasar por algún hijo mío y los compré, los cuidé, los eduqué y mostré todo lo que debían saber acerca del reino y cómo gobernarlo. Felix no era el único y, aunque era un buen candidato, estaba muy lejos de ser el heredero. Hay un chico llamado Hwang HyunJin, oh, ese muchacho... es idéntico a mí, no en lo físico, pero es el candidato perfecto. Él se hará cargo del reino cuando muera. Lo lamento, Felix, fuiste reemplazado de último momento. No, desde que pisaste este lugar nunca tuviste un futuro como Rey.

—¡¿Quién rayos dijo que quería serlo?! ¡Estaba demasiado ocupado pensando en quién demonios era como para estar tomando en cuenta que sería el rey de un estúpido, corrupto y horrible reino! —Y voltea a mirar a Seo, como si le estuviera culpando de todo.

—¡No fue mi culpa!

—Sí lo fue. —Responden Felix y el Rey.

Seo chasquea la lengua.

—Algo mejor debiste de haber aprendido de este hombre, Felix. —Murmura un tanto ofendido. 

—En fin, ¿Colaborará conmigo?

𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐||𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝐿𝒾𝓍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora