Black quería hablar con el señor Dai, que esa noche dejo a su hijo Whiss como maestro de ceremonias. Lo esperaba en su tienda. Llevaba la carpeta bajo el brazo, mientras caminaba un tanto distraído. El rugido del tigre lo hizo mirar hacia un costado, dejando caer los documentos. Se hincó para tomarlos, encontrándose con Kalika, que hizo lo mismo con intención de ayudar, pero se quedó estática al ver uno de los papeles que Black, levantó rápidamente para retomar su camino.Fue la fotografía de un antropomorfo, lo que se ganó la atención de la felina, que llamó a aquel individuo por su nombre, para hacerle una pregunta que no llego a salir de su boca.
-¿Qué quieres?- cuestionó él, en un tono no muy amable al ver que ella no parecía querer decirle algo.
Kalika movió la cabeza en negación y pidiendo una disculpa, se alejo rumbo al puesto de palomitas donde estaba ayudando a Dende con las ventas. Le hubiera gustado preguntarle a Black, respecto a esos papeles, pero no tuvo el coraje para eso como no lo tenía para muchas cosas, entre ellas dejar a Bills.
Ese día en que vio a Mary en el estanque, algo en su interior se sacudió. Bills a ella nunca le propuso hacer ese truco. Siempre le dijo que era demasiado complicado. No podía no sentir que la subestimaba, aun teniendo ella más experiencia que él en el mundo del circo. Tal vez era culpa suya también ¿En que momento las cosas se tornaron así? Tratando de buscar ese punto, terminaba recordando los primeros años con ese sujeto. Cuando descifrar a Bills, le resultaba atractivo y su máscara de arrogancia caprichosa le era divertida, no como en la actualidad donde estaba cansada de acertijos y no tener nada juntos. Vivían en el mismo espacio; pero no construyeron algo realmente. Kalika sentía que todo ese tiempo sólo habían estado siendo lo que eran en la pista: un mago y su asistente ¿Por qué entonces no terminaba con eso? ¿Que la asustaba tanto? Quizá que no sabia estar sola. Ella dejó a sus padres para quedarse con Bills, pero ¿Por qué se quedó allí, con él? Entre más pensaba menos se enojaba con Bills y más lo hacia con ella.
Mary iba mirando por la ventanilla, recordando su último encuentro con Black. Ellos siempre parecían bailar al borde de un precipicio. A veces se sentía como una domadora de bestias, delante de él. Como si en algún punto hubieran acordado que ella hiciera de éter. Es que en la cama se daba el ejemplo mejor de la contención que era ella para Black, quien siempre la tomaba con fuerza. No con violencia; con fuerza. Una energía que él, requería liberar antes de sucumbir a ella. Una especie de masa oscura, que su cuerpo filtraba arrastrando su propia oscuridad en el proceso. Black se sosegaba y ella brillaba con la luz de su lado mejor. Como dos ángeles caídos, que se ayudaban para vivir entre los hombres, porque al reino de dios no podían volver y el infierno tampoco era su lugar. Estaba bien así, pero era agotador y faltaba algo.
La gran mansión se asomaba al costado de la carretera y los fuegos artificiales, anunciaban la magnitud de la festividad. Los ojos de Mary vieron a su compañero, que de brazos cruzados, le regreso la mirada.
-Es la fiesta de cumpleaños del hijo de una magnate -le dijo el mago- Hay más de quinientas personas ahí. Gente importante, que no tolera un show mediocre ¿Entiendes?
-Si- contesto la mujer a quien esa declaración le sonó menos hostil, que todas las anteriores.
Bills había enviado a Piccolo a montar todo lo necesario para el show, varias horas antes, por lo que al llegar sólo tenía que entrar en escena. Debajo del abrigo ligero que llevaba, tenía su atuendo de mago. Lo mismo Mary, quien uso uno de los trajes de Kalika. Le quedaba algo ajustado, pero no iba a quejarse. Al descender del vehículo,
la magnífica mansión quedó a la vista de la muchacha, quien no presto demasiada atención al lugar como si lo hizo a los anfitriones, que estaban preocupados por el retraso del mago.
ESTÁS LEYENDO
Tabú
FanfictionUn mundo poblado por diferentes especies el amor entre ellas es un tabú.