13._Cuchillo

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El oficial le habló a Black, logrando apartarlo de la puerta de la celda. Nada de lo que el policía dijo, pudo contra los argumentos del abogado, cuya indignación y enojo parecían ir en aumento, algo que delataba su voz que era oída por Mary, desde  la celda, quien comenzó a sentirte algo inquieta. Sabia que Black podía llegar a ser muy impulsivo y temía que esa actitud le costara una jornada en ese calabozo también. El temor de Mary no se concreto y unos minutos después, la fueron a sacar de la celda.

Kalika se quedó parada del otro lado de los barrotes, pero frente a Bills, que la miró de reojo un rato para después apartar la vista de ella.

-¿Qué paso?-le preguntó-¿Otra vez te involucraste en una riña?

-Bebi y conduje- contestó.

-Claro y esos golpes en tu cara te los dio una botella...

Bills iba a responder, pero en ese momento fueron a sacar a la muchacha.

-¡Hey! ¿Qué hay de mí?-exclamó Bills, poniéndose de pie. 

-Tú no eres mi problema- le contesto Black, quien abrazo a Mary, para abandonar el lugar.

Bills se sujeto a los barrotes y los sacudió con fuerza, sólo para que voltearan a verlo.

-Eres el abogado de bajo sueldo del señor Dai ¿Qué crees que te dirá cuando sepa que me dejaste aquí, pudiendo sacarme?-le cuestiono.

-Él tiene razón- le dijo Mary y Bills, que la escucho, se sonrió con triunfo.

Black no estaba para nada feliz con la idea, pero no le quedaba de otra. Sacar a Bills fue un poco más complicado, pero conducir en estado de ebriefad era una infracción y no un delito como le dijeron a él y Mary. Las infracciones estan sujetas a pena económica. Ahora retener al mago no era una falta, pues no podían dejarlo conducir en ese estado, sin embargo, los policías lo arrestaron de una forma bastante cuestionable, por lo que Black logró que ni siquiera lo multaran. Un cuarto de hora después, los cuatro dejaban el lugar.

Después de medio desquitarse con los oficiales, Black estaba algo más calmado. Se los llevó a todos al circo en un viaje bastante callado. El sol, salia cuando llegaron al lugar. Al bajar del vehículo, Kalika presiono un poco a Bills para que le diera las gracias a Black. Lo hizo,pero sonó bastante falso. El domador no respondió y, junto a Mary, se fue a su tienda.

La muchacha caminaba con cierta torpeza. Estaba agotada y también tenía fiebre. Al entrar en la tienda comenzó a desvestirse para después dejarse caer en la cama,como un costal de patatas. Al rato sintió la mano de Black sobre su frente. Tenía los dedos helados y se sintieron bien.

-Así no podrás actuar hoy ¿Ya vez lo que conseguiste por andar asistiendo a ese sujeto?

-Estas enojado- afirmo la muchacha.

-Iré por el doctor- le contestó él y salio del lugar.

-No quiere hablar conmigo- se dijo la muchacha y se levanto por un vaso con agua.

Bills se lanzo a la cama, con gran gusto. Sólo sentir sus suaves mantas, pareció arrebatarle el mal humor. Hasta se le dibujo una agradable y traviesa sonrisa,con la que le pidió a Kalika que le hiciera de desayunar.

-No puedo dormir con el estómago vacío- agregó mientras se quitaba los zapatos.

-Claro...-murmuró Kalika- Black es muy buen abogado ¿Cómo crees que terminó aquí?

-¿Por qué te interesa?-le preguntó Bills sin perder su buen animo.

-Esta investigando a Can- le contesto al poner el pan en la tostadora.

-Supongo que el dueño quiere aclarar las cosas, para evitar cualquier problema con la familia de la chica- le dijo Bills, con un tono helado y un rostro serio.

-Nosotros siempre somos los culpables. Hayamos hecho algo o no- comentó Kalika con bastante disgusto-¿No es por eso que protegiste a Mary, anoche?-le cuestiono con una mirada aguda.

-¿Por qué otra cosa iba a hacer?

-Respondes a una pregunta con otra pregunta- murmuro la mujer con fastidio y no volvió a hablar.

Dende fue a revisar a la muchacha. Resultó que sólo tenía un resfriado. Le dejó un medicamento para lidiar con los malestares y le recomendó lo de siempre. Descansar y beber mucho liquido. Por supuesto tampoco podía actuar en ese estado. Mary se quedó dormida apenas Dende se fue por lo que Black se fue a acostar a ese espacio con cojines, que la muchacha tenía para descansar. Desde allí se quedo viendo a la mujer,perdido en sus ideas.

Una humana. Jamás pensó en tener una relación con una humana. Una especie frágil y estúpida, que si dominaba el mundo era porque procreaban sin ninguna razón lógica, aumentando la población desmedidamente. Sostener una familia,no estar solos, porque fallaron los preservativos o no los usaron, nada de eso era sensato. Los humanos eran despreciables hasta con ellos mismos, mas los años le habían demostrado que la mayoría no era tan terrible,pero si bastante estúpidos. Había excepciones, por supuestos. Humanos sensatos, inteligentes, sensibles y unos que estaban por encima de sus propios estándares. Pero eso no cambiaba las cosas. Los humanos estúpidos eran más y tenían el dominio, por tanto ellos ponían las reglas de como se debía vivir. Y quienes trataban de ir en contra de eso, eran maltratados.

Cuantos enemigos hizo en su vida sólo por ir en busca de un ideal, a esas alturas de su vida, ridículamente romántico; sólo para terminar desprovisto de todo lo que alguna vez tuvo. Las ideas costaban demasiado caro, pero aun así no quería dejar esos fundamentos. Ya no era por la idea en si, sino por él mismo. Estaba abajo, en lo más profundo de su descenso, pero subiría y libraría una última pelea. 

La mujer humana comprendía muchas cosas. Incluso más de lo que decía. No era como la mayoría de los de su especie. Era un espécimen raro que tuvo la fortuna de encontrar, cuando estaba más fatigado, pero ¿Querría ayudarlo en sus verdaderos planes? Posiblemente no, porque no era ambiciosa. Esa mujer, si se lo proponía,era capaz de codearse con los ángeles; pero no le interesaba y no se tomaría la molestia. A veces le disgustaba ver como ella usaba sus habilidades en cosas tan simples y en otras lo deleitaba ver lo capaz que era para de lograr cosas que imagino, no podría. Tenía una percepción especial también.Sin embargo, lo que más le agradaba era que ella podía brindarle algo que no pedía y que requería.

La vida era caprichosa e injusta. La sociedad estúpida y egoísta. El mundo estaba perdido, pensaba Black. Se levanto y se fue a dormir junto a la mujer, para escapar de sus pensamientos, de la insatisfacciones y ese malestar irritante que le causo verla junto a ese sujeto.

La mañana del domingo, Kalika fue a visitar a Mary. Black no estaba y la muchacha dormía. La llamo varias veces,pero ella no despertó. Decidió entrar, pues se paso todo el sábado dándose ánimos para ir a averiguar un par de cosas. Camino sigilosa hasta el borde de la cama y se le quedo viendola dormir, moviendo la cola de un lado a otro, con una traviesa intención que descarto,al verla abrir los ojos.

-Buenos días, Mary...

La muchacha la miró con extrañeza.

-Hola...¿Qué haces aquí?

-Vine a ver como estabas. La otra noche no te veías muy bien y ayer no actuaste...

-Tengo un resfriado,pero estoy mejor- le contesto y evadió la mano de Kalika, que intento tocarle el cabello- Lo siento. No me gusta que me toquen...

-¿No? Con Bills no te mostraste tan huraña. Estaban el uno al lado del otro, en esa celda.

Mary la miró mientras se rascaba la cabeza. Ese tono de voz de Kalika y esa mirada,le estaban gritando un par de cosas.

-Sólo fue amable. Yo me sentía mal.

-Bills no es amable ni protector.

-No, supongo que no o bien no lo conoces lo suficiente- le contesto con un tono incisivo en respuesta a la provocación.

Eso fue sorpresivo para la Kalika, pero lo supero rápido.

-¿Quieres aprender a lanzar cuchillos?- le preguntó tomando uno que Mary dejo en la mesa de noche, para quitarle la cascara a una manzana.      

La muchacha se sonrió y se levanto.

 
     

TabúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora