Capítulo dieciséis
La Expulsión—Li- Liam.
Antes de lograr decir otra cosa, Liam lo toma del cuello y lo estampa contra de la pared, creando un fuerte sonido.
El chico se queja del dolor, pero Hamilton no parece inmutado por ello, sus ojos se oscurecen y llenan de rabia.
—Intenta tocarla de nuevo, imbécil, y preparate para que te rompa la jodida cara. — lo suelta, — Vamos Sheccid.
No puedo moverme, estoy en shock. Ni siquiera sentí su presencia hasta hace menos de un minuto, ¿en que momento llegó? Al ver que no me muevo ni medio centímetro, desliza su mano por mi cintura, acercándome a él y obligándome a caminar a su lado.
—¿Vas a defenderla? ¡Esa chica te insultó, hermano!
—Siempre lo hace, de frente y mirándome a los ojos. — le dice sin ni siquiera voltear a mirarlo.
Caminamos un par de pasos más, oyendo los reclamos de Israel hasta que el tal Aurelio se atreve hablar
—Supongo que la tal Sherezada debe chuparla bien para que olvides a los amigos, ¿no es así, Li?
Nos detuvimos. Oh no, esto se pondrá feo. Pensé cuando escuché el rechinido de sus dientes y sentí los músculos de su brazo tensarse.
En ese momento, Liam se volvió hacia ellos, su expresión dura no presagiaba nada bueno. A pasos grandes ya estaba delante del tal Aurelio, Hamilton lo miraba con ojos salvajes mientras le propinaba un golpe con el puño, provocándo un sangrado en la nariz a su "amigo". No era la única sorprendida por el acto, los rostros de ese par también indicaban la sorpresa y confusión. Por las ventanas, alumnos de la primera planta presenciaban lo ocurrido con las caras pegadas al cristal.
—Jamás en tu puta vida, vuelvas a insultarla. — su respiración era más que agitada.
Con un gran odio, el chico intercambio miradas con el castaño y conmigo. Esbozado, un segundo después, una sonrisa burlona que Liam ignora dando la vuelta al mismo tiempo que asusta al tal Israel al dirigirle una mirada peligrosa.
¿Acaso ese no fue el chico que dijo podría partirle la cara a Hamilton y bajarle los humos?
Como lo suponía, es un miedica y puñetaz.
Sin embargo, su amigo no parece entender. Se ofende por el desinterés rápido de Liam, sus ojos se inyectan de sangre — y no exagero, okey, sólo un poco —, se mira la sangre que cae de su nariz por el reflejo de uno se los vidrios y sin querer dar por terminado el tema, continúa:
—¿En verdad vas a cambiarnos a nosotros que somos tus amigos por una ramera? — cuestiona.
Liam que estaba a punto de llegar a mi lado, vuelve a detenerse. Esto no puede ir peor, estoy de acuerdo que este tipo se merece una paliza pero él lo ésta haciendo a propósito. ¿Qué pretende? Segura de las intenciones de ese tipo, sujeto del brazo a Hamilton antes de que pueda regresarse.
—No lo hagas, por favor.
—Te está insultando —dice entre dientes.
—Sólo quiere provocarte.
Intento no sonar afectada por los comentarios ofensivos que sigue dedicandome, en verdad quiero ir y darle una patada en la entre pierna, sin embargo, sé que su provocación no sólo va dirigida a mí, sino, igual es con intención.
—Sheccid, no puedo permitir que te falte al respeto.
Sheccid, me ha vuelto a llamar así. No se que significa, admito que se siente cálido. ¿Será la costumbre?
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DESASTRE CON "L"©
Novela JuvenilPor una mala jugada, Alex Peñaloza (la chica buena del instituto) se verá obligada a entregar la tarea a nada más ni nada menos que al chico malo del colegio. Tareas que hará que Liam Hamilton centre toda su atención en ella, y ocasionará que el atí...