Lalisa Manoban hará todo lo que este a su alcance para que nada malo le suceda a Jennie.
Nada es fácil en esta vida... El mundo esta lleno de crueldad y eso nadie lo cambiara.
《1ª TEMPORADA 》
🔞 GIP > SI NO ES DE TU AGRADO SOLO PASA DE LARGO
✍🏻AD...
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Lisa se tuvo que tomar un par de pastillas para calmar las emociones que tenía dentro. Creía que eso le hacía el efecto de la granada, o alguna de esas mierdas. Pero en el fondo sabía que no era así. ¿Sunmi no estaba muerta? ¿Qué hacía allí?
Dejó que el agua caliente le recorriera el cuerpo, quitándole los restos de sangre que tenía. Salió de la ducha y pasó una mano por el empañado espejo. Observó su cuerpo, bronceado y fuerte... ahora adornado por decenas de cortes. Suspiró y se frotó con fuerza su cabello con la toalla. ¿Por qué no fue corriendo detrás de Sunmi en cuanto la había visto? Durante casi tres jodidos años había pensado que ella estaba muerta, y ahora... ahora que había conocido a Jennie, que sabía que Ariana era su hermana mayor y que ellas habían tenido mucho que ver con Bae Ji-hyun... volvía a aparecer. ¿Por qué?
Se metió dentro del albornoz, cubriéndo su dolorido cuerpo. Salió de allí. Los ronquidos, delataron que una Jisoo agotada ya estaba durmiendo. Con la dura piel que tenía su compañera, y la masa de puro musculo que tenían sus femeninos brazos, le había costado un poco cerrarle la brecha del brazo.
Supuso que Jennie también estaría durmiendo. Había tenido un duro día, y las copas de más se le habían bajado de golpe con la mar de sustos y altibajos que habían tenido aquella tarde.
Se dirigió hacia su habitación.
- ¿Qué haces? - dijo, mirando a Jennie que estaba sentada en su cama, mirando quien sabe que cosa. Lisa se enfadó cuando vio de que se trataba.
- ¿Es esa Sunmi? - dijo mirando el retrato de esa chica que Lisa tenía guardado en uno de los cajones de la mesita de noche.
La castaña se lo arrebató de las manos.
- No puedes entrar aquí sin mi permiso. - Dijo Lisa- mi habitación... es mi intimidad, joder.
Jennie nuevamente reconoció a la chica fría que había conocido en un principio. Se dio una bofetada mental a sí misma, por gilipollas, por imbécil, por haber pensado... que Lisa podría sentir algo más por ella que buscar simple satisfacción o... o tan solo un caso más de trabajo. Pero ahora veía lo tonta que había sido. Caer de nuevo... no era ninguna novedad para ella.
- Lo siento... - murmuró, apretando los labios para intentar no llorar. Se dirigió a la puerta, deseando que Lisa la detuviera.
- Jennie... - ella se giró, sonriendo, al escuchar su voz, llamándola de nuevo. Llenando su corazón de alguna pequeña esperanza.
- ¿Sí? - dijo sin dejar de mirarla. Pero ella... ella la miraba seria.
- Ahora que todo ha terminado, podrás volver a tu casa... - se sentó en su cama, guardando la foto de Sunmi de nuevo a su mesita de noche. - ¿No es lo que querías? Mira... al fin y al cabo no ha durado mucho más de dos semanas. Ya podrás retomar tu vida normal. Mañana temprano te ayudaré a que recojas todo y te llevaré a tu departamento como habíamos quedado.
A Jennie se le encogió el corazón al escuchar todo lo que Lisa le dijo. Solo se le escapó un ahogado 'esta bien' de la boca. Se fue, rápidamente, hasta su habitación. Ya dentro de esta no pudo contener más las lágrimas.
Lisa no podía dormir, se había pasado con Jennie, estaba confundida, cabreada por todo... pero no con ella. La morena era lo único que se salvaba, era la que le había hecho reír, la que le había traído alegría... la que había acaparado su atención durante esas dos escasas semanas. Y ¿Ahora? ¿Ahora la tenía que devolver a la ciudad, a donde pertenecía? ¿Para qué? ¿Para que las dos siguieran como si nada? ¿Para olvidarse de todo? ¿Para negar que no hubiera pasado nada? ¿Para... para seguir fingiendo que no se había enamorado? ¿Qué si dejaba ir a Jennie, el recuerdo le carcomería para el resto de su vida? El recuerdo de Sunmi... ¡Por qué no fuiste detrás de ella! ¡LA AMAS!
- Lisa... - la temblorosa voz de Jennie sonó, mientras su silueta se dibujaba con la tenue luz del pasillo. La vio apoyada en el marco de la puerta de su habitación. - ¿estás... durmiendo? - supo que estaba llorando.
Se le encogió el corazón. Todo aquello era por culpa suya.
- No... - dijo quedándose sentada en el pie de la cama - No puedo dormir.
- Yo... tampoco. - dijo ella frotándose los ojos para quitar sus lágrimas.
- ¿Por qué lloras? - dijo Lisa ladeando la cabeza y levantándose.
- Porque estoy hasta las narices de tener que esconder siempre lo que siento. - la miró fijamente. Una mirada que dejó cautivada a Lisa, haciendo que su corazón palpitara de todas la maneras posibles dejándola desconcertada. - Porque estoy harta de escapar, de ser siempre la que pierde... de ser siempre a la pobrecita que le rompen el corazón, la que no tiene tiempo de decir... de decir que está enamorada. La chica que no la quiere nadie, porque tiene una imagen distinta, que luego resulta inocente. - se acercó a Lisa, con los ojos aguados. La castaña la seguía mirando - Porque soy una completa inútil... la que creía que tu amabas... - Lisa pudo ver el destello de las lágrimas. Le entraron ganas de abrazarla, fuerte. Para que nunca se marchara, para hacerle el amor ahí mismo, demostrarle que era exactamente lo que sentía. - pero ya veo... que lo único que quieres es terminar con tu misión... que me vaya, y que tanto tu como yo, nos olvidemos de todo lo sucedido. Pero ¿sabes? Yo no podré. Tú has pasado a formar parte de mí. - se quedó esperando, un segundo, que se hizo complétame eterno. Pero Lisa, no supo que contestar. Jennie suspiró - Como he dicho, siempre lo estropeo... olvida lo que te he dicho. - Murmuró sin dejar de llorar - mañana a primera hora arreglare la maleta y me iré.
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