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🅒🅞🅡🅢🅔🅣

(POV: _____)
El dulce sabor a este asqueroso café llego a mi garganta, sabía horrible, nunca entenderé porque me seguían obligando a tomar todas las malditas mañanas esta mierda.

Había pasado una semana más, una semana después de que Harry haya prometido cuidarme pero a los Segundos me abandono y dejo que me hagan daño, nadie cumplía sus malditas promesas.

-Buenos días, _____- me saludo esa chica rubia.

-Buenos días, Marilyn-.

Ella era muy amable, trabaja aquí porque quería y todas las mañanas venía a tomar un té y saludaba a todas las chicas que estábamos en la cocina. Todas hablaban entre sí pero yo estaba sentada en una esquina, no me sentía de ánimos para escuchar a otra rubia decir como el imbecil que le tocó acostarse no pudo desabrochar su corset.

-me gusta tu cabello-.

Salte del susto. En las mañanas no me esperaba más que un "Buenos días, _____" y todo el resto del día eran gemidos y gritos de dolor, eso era el resumen de mi vida desde hace dos semanas. Me asuste ya que no me esperaba que alguien me hablara.

-oh... Marilyn... gracias... el tuyo igual es lindo- le dije y sonreí.

-es igual al de todas, rubio y con rulos, el tuyo es negro... me gusta el negro- sonrió.

Luego de lo de Harry, Hunter dijo que quería seguir acostándose conmigo si es que mi pelo era negro, la matrona solo quería dinero así que acepto e hizo una especie de tinta y me la aplico en mi cabello, no tuvo que hacerle nada antes de eso ya antes mi cabellera era castaño claro. Extraña mi pelo, pero realmente extrañaba mas a mis hermanos.

-Gracias, Marilyn- dije incómoda.

-¿ya vas a maquillarte? ¿Puedo ir contigo?- pregunto.

-ah... supongo- respondí.

-¡_____! Te llegaron visitas. Que sea breve, por favor- me dijo la matrona y yo solo rodé los ojos.

Pensé que sería Harry que venía a pedirme disculpas como por sexta vez pero la idea de que podía ser la encargada para regresarme se me cruzo por la mente y corrí a la puerta. La abrí pero estaba equivocada; si era Harry.

-¿que quieres?- pregunté.

-se que piensas que solo vengo a pedirte disculpas, pero no es así. Ya entendí que no me perdonarás tan fácilmente así que vine a ayudarte a maquillarte y a vestirte... a pasar un poco de tiempo de amigos, aún que ya no me consideres tu amigo te sigo queriendo, linda...-.

-¿ayudarme a ponerme lo más mínimo de ropa para calentar más a tu querido padre y que me viole otra vez?, dios, que buena idea para recuperar nuestra amistad-.

En esos momentos si es que mis poderes funcionaban le hubiera aplastado la cabeza contra la pared pero desde que llegue dejaron de funcionar, es extraño, realmente extraño.

-¡no! Solo quiero pasar tiempo contigo como antes, solo quiero volver a hacerte reír y terminar ese juego de cartas que dejamos a media...-.

-Mmm, me maquillas, me vistes y te vas- le dije.

El sonrió y dio su "baile de felicidad" y yo lo deje entrar.









-¿se supone que esto es "sexy"?- le pregunté a Harry mientras me miraba al espejo.

-¡Claro que es sexy! El corset aprieta sus pechos y los eleva mostrándolos mucho, ademas, ¡si te agachas muy probablemente se te verán los calzones!-.

-porque los calzones son como jodidos shorts- le dije.

-no entiendo el lenguaje en el que hablas, linda. ¡Es lindo! Dijiste que te gustaba el verde... ¿no?-.

Me volví a mirar al espejo y debía admitir que no estaba tan mal; llevaba unas medias blancas que me llegaban a los muslos y tenían una cinta blanca, tenía un corset muy ajustado que apenas me dejaba respirar y llevaba un vestido verde oscuro muy lindo, pero para esta época era extremadamente corto. Mi maquillaje mayormente era rubor y labial rojo que tanto le gustaba al hijo de puta de Hunter.

-¿tu que opinas, Marilyn?- le pregunto Harry a Mary que nos estaba viendo.

-Mmm, me gusta el verde... solo que el corset se ve muy difícil de desabrochar, ¿Hunter podrá hacerlo?- pregunto.

Solo imaginarme a alguien desnudándome de nuevo era asqueroso, aún pensado que me seguía viendo como una maldita niña.

-creo que el si podría...- respondió Harry.

-espero que no pueda- murmure.

-Hunter no va a ser el que te desnude esta noche, querida- la voz de la matrona entro.

Me observo de pies a cabeza y asintió aprobando mi vestimenta.

-¿quien va a ser?- pregunté.

-no lose, el que de más por placer. Diremos que eres virgen aún que claramente no lo eres y te subastaremos por una noche en la que seas su sumisa, ¿no es una buena idea?-.

-se darán cuenta que no soy virgen- dije.

-Los hombres son muy imbeciles para darse cuenta, solo asegúrate de meterlo bien-.

Las maldigas ganas de vomitas volvieron a mi.

-ah, no te quites el corset, es hermoso, todos los hombres sueñan con algún día desabrochar uno... deja que su imaginación fluya y puedan imaginarte desnuda, dales un poco de ingredientes para que puedan cocinar, luego les das a probar la verdadera comida, solo si pagan, claro-.

Yo te cuidaré ... //Cinco y Tú//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora