Donde Louis recibe mensajes de un anónimo por instagram.
Y Harry le escribe al amor de su vida.
• Capítulos Cortos
• FanFic
• Contiene muchas imágenes
• Portada hecha por @Belennhoran
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-Uuughhh, eres muy malo, Lou.
Harry enterró su rostro en la almohada.
Estaba durmiendo una corta siesta después de haber terminado sus deberes.
Pero Louis estaba interrumpiendo su dulce sueño para invitarlo a salir. Como si no hubiera sido suficiente el haberlo dejado esperando por una hora a que nunca llegara.
Obviamente ya tenía una respuesta.
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Harry lo pensó un poco. Le había pedido por favor dos veces. Eso claramente lo hacía sentir muy bien, aunque aún no leía sus disculpas y perdón.
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- Más te vale no arruinarlo esta vez.
Con un poco de anhelo, Styles le sonrió a la pantalla.
Tal vez sí se conozcan hoy.
Narra Louis:
Probablemente esto era lo que el chico anónimo sintió cuando lo estaba esperando.
Estaba ocupando una mesa pegada al lado de la ventana.
Tenía las manos entrelazadas por encima de esta, mis pies moviéndose de un lado a otro y con la vista posándose en cualquier cosa menos algo interesante.
De más está decir que estaba nervioso y ansioso. Sus manos le sudaban y miraba su reflejo en la ventana para asegurarse que estaba presentable.
El sentimiento era horrible y me juré nunca más hacer esperar a una cita por tanto tiempo.
Ya habían pasado diez minutos desde las ocho de la noche, hora en la que acordamos reunirnos en McDonald's.
Tal vez lo había dejado plantado por venganza.
Era justo, después de todo hice lo mismo, aunque ni yo mismo me hubiera enterado de la cita, pero claro, eso no lo sabía Hazz.
Esperaría diez minutos más, si no venía me iría.
Aunque me doliera un poco porque en serio quería conocer a ese chico.
- Aahh, en verdad ese mocoso se está vengando...
Una voz atrás de él lo sorprendió.
- Lo estaba pensando pero decidí hacerte esperar y angustiar por unos minutos - con una sonrisa en sus labios un chico de ojos verdes se sentó al frente de él.
Era realmente lindo, hasta adorable. Con su cabello un poco rebelde y esos labios carnosos.
- ¿No me vas a saludar si quiera?
- A-ah, sí claro. Louis Tomlinson, buenas noches.
- Ya sé cómo te llamas, un simple hola está bien -aseguró con otra sonrisa ligera.
Creo que se está burlando de mí, pero sinceramente no importa, su lindura lo recompensa.
- Se siente espectacular que te dejen plantado, ¿no es verdad? -preguntó poniendo su codo en la mesa y apoyando la mejilla en la palma de su mano.
- Ah, sobre eso. Existe una muy buena explicación, créeme.
- Trataré de hacerlo, pero antes de hablar sobre eso, tengo hambre.
Me sonrió de lado. Una sonrisita que casi parecía malvada.
Casi, porque nada malo puede venir de alguien tan adorable a primera vista como él.
- Por supuesto, hay que ordenar -le sonreí.
Comprendí el porqué de su sonrisita.
Había ordenado una hamburguesa de pollo, una soda, dos papitas, una cajita feliz y un café.
- ¿Y tú que vas a comer? -preguntó Harry con sus ojitos brillando como si fuera un angelito.
No es que fuera pobre, pero usualmente no gastaba dinero en comida chatarra. Y estoy seguro que ni siquiera lo va a terminar.
- Unas donas y un café, gracias -le dije a la señorita, quien se retiró en segundos a preparar la orden.
- Esta no es la manera en la que quería que nos conozcamos, pero tú lo hiciste así Louis.
- Bien, te lo voy a explicar -me acomodé en mi asiento y crucé mis manos por encima de la mesa.
Él volvió su vista a mis ojos, con una pizca de enojo.
- Inventa algo bueno – dijo Harry y cruzó sus brazos y piernas apoyando su espalda en el respaldar del asiento.
- No es una mentira, ¿ok? - el rodó los ojos y yo continué hablando. - Yo no envié ese mensaje, lo hizo mi amigo. Él a veces toma mi teléfono y se toma fotos, las cuales tengo que borrar cuando me lo devuelve. No sabía que él había mandado ese mensaje porque estaba ocupado todo el día, hasta esta tarde a las dos en la que nos encontramos en la sala de composición y me preguntó cómo me había ido contigo. Te estoy diciendo la verdad y si no me crees puedo decirle que venga y él mismo te lo dirá, si es que se atreve a salir con ese corte que le hice a su cabello.
- Entonces, ¿No querías conocerme?
Su carita de molestia cambió a una de tristeza y sus ojos perdieron ese brillo de furia.
- ¡No!, es decir, ¡Sí!, quería conocerte. Pero no tenía tiempo, he estado ocupado esta semana, ya sabes, las pruebas están cerca.