- 19 -

455 108 72
                                    

- ¿Quieres, oficialmente, ser mi novio?

- No.

- ¡HARRY!

Estaban en esta situación por lo menos media hora.

Eran un par de idiotas peleándose por quien haría la proposición a quien.

Todo iba bien, Harry pensó que irían a pasar el rato al departamento del mayor. Verían alguna película y comerían comida casera.

Pero no se imaginó que llegarían a esto.

- ¡Yo te lo pedí primero y me rechazaste! ¿Por qué yo no puedo hacer lo mismo?

Y ahí va otra vez.

- Se supone que yo tendría que preguntarte para estar, ya sabes. Armar una cena bonita, los dos solos en un ambiente tranquilo; lo romántico.

- Quieres decir lo típico - dijo cruzándose de brazos y mirándolo expectante.

- ¿No te gustó?- preguntó Louis con un ligero puchero.

- No he dicho eso -se destensó para no mostrarse tan duro ante el ojiazul.- Sí me gusta, en serio. Y lo aprecio mucho, pero yo quería ser el que te pidiera para estar, sin embargo me rechazaste. ¡Idiota!

Y recordar que lo había rechazado hace unos días lo puso de mal humor otra vez.

- ¡Ya! Evitémonos este drama y mejor di que sí – Louis juntó las palmas de sus manos como súplica.

- No.

- ¡Aaah! ¡¿Qué quieres para que digas que sí?!

Sí, muy dramático. Pero no sabía qué hacer para que el menor cediera ya. Quería llamarlo su novio lo más antes posible.

- Yo lo quiero preguntar.

Parece que esto no iba a terminar.

- Pero yo armé todo esto, ¡tengo el derecho de preguntarlo!

- Entonces seguiremos siendo amigos - dijo Harry fingiendo una mueca triste con un pucherito.- Que mal, cariño...

- ¡HARRY!

El mencionado no hizo caso y se dirigió hacia el sofá, buscando el control del televisor para encenderlo.

- ¿Quieres ver unas películas? Ayer encontré unas en internet.

Preguntó, haciéndose el desinteresado.

- ¡Agh! ¡Está bien, pregúntalo tú!

Se dio por vencido y como si fuera un gatito enfadado se quedó en su lugar, esperando la dichosa pregunta.

- Louis Tomlinson, mi razón de vivir, mi amor, me harías el hombre más feliz en el mundo si respondieras a esta pregunta con una afirmación. -declaró batiendo sus pestañitas- ¿Quieres ser mi novio?

- No. -dijo de mala gana, claramente aún molesto.

- ¡Ya no te quiero! ¡Vete!

- No puedes echarme de mi casa – dijo burlonamente.

- ¡Vete!

-¡Esta bien! - gritó rodando los ojos.

Y a la mierda todo. Daba igual quien lo preguntara si después de todo serían novios.

- Estoy jugando mucho. Pensé que este momento sería muy romántico y chicle - Harry se le acercó

- Puede ser romántico a nuestro estilo, ya sabes.

- Sí lo creo, es mejor a nuestro estilo.

- Entonces si me lo permites, ¡y no me respondas con una tontería otra vez porque te pateo!, ¿Quieres ser mi novio, cariño?

Sus ojitos volvieron a tener ese brillo bonito, esperando la respuesta otra vez.

- No tengo una buena razón para oponerme, así que ¿por qué no? -dijo con simpleza, como si no importara mucho.

Obviamente estaba fingiendo para molestar un poquito más al pequeñín.

- Responde si sí o no, Louis.- lo miró de forma amenazadora.

- Sí quiero, bebe- dijo finalmente con una sonrisita tierna en sus labios.

- Ya te iba a pegar - su falsa molestia se esfumó al escuchar la afirmativa y alzó sus brazos al cielo empezando a dar brincos de alegría- ¡Estoy muy feliz!

Louis rompió en carcajadas al ver a Harry tan feliz, comportándose como un niño pequeño.

Lo agarró de su capucha negra y lo abrazó muy fuerte.

El menor se dejó hacer, sintiéndose por fin completo y feliz.

- Ahora sí podemos tener sexo sin excusas.

- Ya la cagaste, Louis. -dijo y le propinó un golpecito en su cabeza por sacar un tema fuera de lugar.

- Igual sé que quieres montarme.

- No he dicho que no quiera. Pero justo ahora tenemos una cena romántica que terminar.

Dijo el menor dándole un besito en la pálida mejilla, dirigiéndose a la mesa.

- Entonces será más tarde -dijo alzando su puño en señal de victoria, mirando hacia la nada como si fuera un súper héroe.

- ¿Compraste todo del restaurante del centro? -preguntó curioseando la mesa.- ¡¿Y por qué no hay papitas aquí?!

- ¡Porque un señor se las compró todas! Pero dejé mi reclamo en el buzón.

- Bueno, aunque no hayan papitas esta noche aún puede ser la mejor. Pero hubiera sido mejor con papitas.

- Lo sé, ¿quieres comer la carne o la ensalada primero?- preguntó Louis con un plato en mano.

- ¡La ensalada! Tengo sed y se me antoja el juguito ácido.

Minutos después:

- La verdad todo estaba rico.

Dijo Harry sobando su pancita llena, satisfecho con la deliciosa cena.

Estaban recostados sobre el sillón amplio del departamento de Louis y el menor estaba casi aplastándolo, aunque a este no le molestaba mucho.

- ¿Sabes qué otra cosa estaría rico justo ahora?- preguntó el ojiazul acariciando los cabellos del menor.

- ¿Dormir hasta mañana y faltar a la universidad?

- Nop, no podemos perder clases. Hablo de una ducha caliente, los dos juntos.

- No es tan buena como faltar a clases mañana, pero lo tomo. ¡Vamos a bañarnos!

- No grites, Hazz. Ya es tarde.

- Estoy muy feliz porque ya somos novios. Podría convulsionar de felicidad.

Sus ojitos se cerraban con fuerza y se encogía más contra el cuerpo del mayor. Tanta alegría no le cabía en su cuerpecito.

Anónimo Enamorado - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora