Anónimo Enamorado - L.S

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Habían pasado al menos media hora en los brazos del otro, dándose besos largos y profundos, a veces lentos y cortos.

No podían separarse, tampoco querían ya que se sentían en la novena nube en esos momentos. No al menos hasta que Harry recordó que el mayor tenía que ir al museo por un proyecto.

Entonces entre besos cortos y apartándose de a poco de los labios de Louis, le recordó sobre su salida, porque parece que a él sí se le había olvidado; y Harry no quería sentirse culpable si es que suspendía ese curso o tenía alguna nota desaprobatoria.

Sin embargo, el mayor volvía a acercarlo, tomándolo por la cintura cada vez que intentaba separarse y buscando sus labios como si fuera a morir si no los tenía pegados a los suyos.

Finalmente terminó convenciendo a Louis para ir al museo, pero para eso tuvo que darle muchos besitos.

Cuando salieron se la casa de Harry eran las cuatro; por suerte habían llegado a tiempo para la exposición que el museo daba esa tarde.

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La tarde se pasó muy rápido y cuando se dieron cuenta ya casi daban las ocho de la noche.

Harry realmente disfrutó ver todo y aún más cuando Louis le explicaba sobre estas.

Algo más que anotar a su lista de "Cosas que me gusta de Louis Tomlinson". Y cada vez la lista se hacía más larga.

- En serio fue muy divertido.

- No mientas, a algunas personas les parece aburrido – dijo Louis.

- Bueno, yo soy la excepción.

Habían llegado hasta el edificio donde vivía Harry ya que el mayor se ofreció a traerlo.

- Te creeré entonces...-dijo arreglando un mechón de cabello a Harry.

El menor se acercó un poco y le dejó un beso rápido.

- Hasta el lunes, guapo.

Cuando perdió de vista la imagen de Harry, soltó un suspiro.

Ese niño lo tenía loco.

No podía despegar su vista o manos de él. Nunca le había pasado antes y estaba nervioso por lo que pasaría después.

Aunque para ser sincero, quería poder tocar y besar a ese mocoso sin pedir permiso.

Con esos pensamientos dio media vuelta y se dirigió al centro comercial para comprar su cena.

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Una vez en su habitación se lanzó de cara a su cama y apretó la almohada más cercana que sus manos tomaron.

No podía con tanta felicidad en su pequeño cuerpo.

Los besos habían continuado el día de hoy y eso le dio esperanzas para confirmar que a Louis no le desagradaba o repudiaba sus besos.

Eso era raro, es decir, él nunca fue un chico inseguro. No al menos cuando se trataba de conquistar a otros chicos.

Pero con él toda su seguridad se iba al agua y se volvía un par de piernas temblorosas y mil preguntas sobre su ropa, comportamiento y acciones que realizaba.

Sin darse cuenta había caído rápido y duro por el ojiazul.

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Domingo, no se habían enviado mensajes.

Harry estaba ocupado ensayando una canción que le gustaba componer; y Louis estaba terminando su proyecto por el que fue al museo.

Pero esto no impidió a los dos jóvenes en pensar en el contrario.

Lunes en la mañana, Harry decidió enviarle una foto que tenía guardada en su galería desde la semana pasada a Louis.

Y Tomlinson no hizo más que bañarse para aflojar su erección.

Luego de unos minutos, decidió hablarle, pero Harry ya le había ganado con dos mensajes.

¿Qué se supone que debería responder

¿Me gustas también?

No estaba seguro si le gustara, es decir, le gustaba su cuerpo, sus besos y lo lindo y cautivador que podía llegar a ser.

Pero no le gustaba completamente, ¿o sí?.

Aún no se conocían lo suficiente como para decirse que se gustaban.

Porque para Louis, el proceso de gustar o tener una relación era muy largo.

Él tenía la idea de que tienes que conocer muy bien a la otra persona, para poder amarla con todo tu corazón y no terminar teniendo una relación inestable.

Y como ansiaba ver a Harry esa mañana.