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Harry estaba muy emocionado por su no-cita con Louis.

En el transcurso del día se había imaginado muchos escenarios posibles.

Él llegando muy tarde y Louis muy enojado diciéndole que ya no quería que le molestase más.

Él cayendo por las escaleras de su edificio y desmayándose, dejando a Lou plantado y enojado para después bloquearle los mensajes.

Él llegando a tiempo pero derramando el café que compraría para Tomlinson en su camisa y este molestándose y bloqueándole sus mensajes.

Todas sus posibles predicciones terminaban con Louis alejándolo. Pero era inevitable no pensar en lo peor cuando estaba muy nervioso.

Y tomando todas esas posibilidades, decidió estar ahí cinco minutos antes, sin alguna bebida o comida, y teniendo cuidado al momento de bajar las escaleras.

Y tomando todas esas posibilidades, decidió estar ahí cinco minutos antes, sin alguna bebida o comida, y teniendo cuidado al momento de bajar las escaleras

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Guardó su móvil en el bolsillo de su short sin esperar una respuesta, agarró su mochila y fue caminando hacia la cafetería.

Había toda una revolución de mariposas en su barriga y sus manitos se hacían puños de los nervios que sentía.

Solo faltaba poco para que se encontrara con Louis, el amor de su vida.

Eran las once con cincuenta y ocho de la mañana.

Harry sabía que nadie sería tan puntual en llegar a la hora exacta, además no eran las doce.

Aún faltaban dos minutos.

Nervioso era poco en comparación a como se sentía.

Tenía una mezcla de todos los sentimientos que había vivido en sus cortos dieciocho años.

No esperaba que Louis se enamorara de él apenas lo viera.

Bueno, en realidad eso es lo que más deseaba, pero esas cosas solo sucedían en cuentos de princesas.

Y aunque él tuviera el cuerpo de un encantador príncipe, con unas ligeras curvas definidas y la piel suave, eso nunca sucedería.

No al menos a primera vista. Pero nadie se resistía a sus encantos.

Eran las doce con ocho minutos.

Se estaba empezando a preocupar, aunque se convencía al mismo tiempo de que solo eran uno cuantos minutos de retraso.

Pero su mente no dejaba de pensar en una y mil posibilidades del por qué Lou no aparecía aún.

¿Y si le había ocurrido algo? ¿Habría tenido algún accidente? O puede que esté demorando un poco en salir de su clase. ¿Y si lo habrían secuestrado por lo lindo y sexy que era?

Estaba muy nervioso y sus bonitas uñas estaban siendo mordidas por sus dientecitos.

Decidió mandarle un mensaje, aunque se viera como un tonto por solo unos minutos de retraso.

Decidió mandarle un mensaje, aunque se viera como un tonto por solo unos minutos de retraso

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Dejó el móvil en la mesa, miró a su alrededor por si venía, pero no había señales de este.

Ya estaba preocupado, y mucho.

Eran las doce y media exactos.

El ojiazul no se presentaba y a Harry le estaba dando un ataque de nervios. Bueno, no tanto, pero sí estaba realmente preocupado y nervioso.

Sería posible de que su Lou esté terminando algo que le surgió de imprevisto, tal vez.

Pero si así fuera, le habría mandado un mensaje comunicándoselo.

Porque él se acordaba de que habían quedado, ¿cierto? No se creería capaz de plantarlo, ¿o sí?.

Es decir, nunca nadie le había hecho eso. Todos los chicos con los que se reunía para salir a una fiesta o algo así siempre estaban antes de la hora acordada, esperando por él.

Louis no podía hacerle eso.

Porque si lo hacía, no sabía a quién estaba dejando plantado en la cafetería.

Harry podía ser una bolita de ternura y amabilidad, pero cuando se molestaba o algo no le gustaba, lo hacía saber. Tal vez no de la forma más sutil, pero así se evitaba una maldita segunda vez y le funcionaba muy bien.

Convenciéndose de que el vendría, decidió seguir esperando.

Le daría tiempo a Tomlinson para no cometer la mayor estupidez de su vida.

Anónimo Enamorado - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora