Capítulo 14

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Anne

—Vaya, desaparezco una semana y mi hijo ya tiene novia. 

Al momento en el que escucho eso, me separo de golpe de Gilbert y miro directamente en dirección a la voz. Siento mi respiración acelerada y mi corazón latiendo rápidamente. El ardor de la vergüenza recorre mis mejillas.

Demonios.

A diferencia de mi, Gilbert suelta un suspiro y se gira lentamente, maldiciendo por lo bajo.

—¿No dijiste que volvías en trece días? —inquiere, alzando una ceja.

El hombre de traje elegante esboza una sonrisa y asiente.

—Sí, pero fue una pequeña mentira para que no te escaparas justamente el día que vuelvo. Tiendes mucho a desaparecer cuando tu padre aparece.

—Sabes por qué. 

—Pero bueno, no hablemos de cosa triviales en presencia de una invitada. ¿Quién es?

La mirada del padre de Gilbert se posa en mi, esperando que responda. Y cuando estoy a punto de responder, el pelinegro responde por mi.

—Es Anne. Pronto van a volver Jane y Billy, además de que Moody está por llegar. ¿Vas a volver a salir?

—Buenas tardes, señorita Anne —contestó, ignorando a Gilbert—. ¿Es usted la novia de mi hijo?

—Eso no te incumbe —replicó él.

—Dios mío, Gilbert, ¿puedes dejar que ella diga alguna palabra? Pareces su padre evitando que hable. ¿Qué crees que le voy a decir? El hecho de que tú y yo estemos peleados no significa que la trataré mal. No añado personas a mis discusiones personales contigo. Lo sabes.

—Sé que no lo harás, pero creí haberte dicho que odio que te metas en lo que yo haga o no. 

—Perdónalo, señorita Anne —suspiró el hombre, masajeando sus sienes—. Se pone insoportable de tanto en tanto, espero que eso no te moleste mucho de él. Es un buen chico aunque se las dé de malote. 

Justo cuando veo que Gilbert va a responder otra cosa, me adelanto.

—No se preocupe —respondo, intentando sonreír en medio del ambiente tenso—. Ya estoy acostumbrada. Un placer, soy Anne Shirley-Cuthbert. Y no, no soy la novia de Gilbert. Solo somos amigos. 

La sonrisa traviesa que surca los labios del señor Blythe es idéntica a la de Gilbert, nada más que añadir.

—Bueno, ese beso no era de muy amigos que digamos, señorita. —Deja escapar una risa, lo que me hace sonrojar aún más. Maldita sea. De pronto, se detiene y me mira con curiosidad—. ¿Cuthbert, dijo?

—Sí, fui adoptada por los Cuthbert. Ellos me dieron su apellido.

—Oh, es sorprendente. No creí que Marilla adoptara alguna vez. ¿Cómo están ella y Matthew? Los conocí en la escuela, recuerdo que él siempre se colgaba de ella en cualquier momento y ella nunca lo dejaba solo. Marilla siempre fue tan estricta con Matthew...

La presión en mi pecho aparece, como siempre que la recordaba. Bajé la mirada, sintiendo los ojos de padre e hijo en mi.

—Ella... falleció —murmuré—. Hace dos años. 

El padre de Gilbert abre los ojos con sorpresa y su rostro pasa de confusión a uno de dolor. Pareciera que le hubieran dado un golpe tremendo.

—Lo... lo lamento —susurró—. No tenía ni idea. Yo... —su mirada se pierde un segundo antes de sonreírme con tristeza—. Tengo... tengo que irme. Fue un placer conocerte, Anne y lo siento mucho.

𝑻𝒊𝒏𝒕𝒆 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒐 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora