𝑻𝒊𝒏𝒕𝒆 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒐 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕) PAUSADA

Capítulo 15

Anne

¿Cuál es la mejor forma de escapar?

Creando una distracción, exacto. Tuve que sacrificar un par de libros que lance a la cabeza de Gilbert mientras corría por la biblioteca, con Zara gritándome que no gritara —irónico, ¿no?—, y Gilbert haciendo caso omiso a mi petición de alejarme de él por el pánico que me da responderle algo.

¿Qué se hace cuando alguien se te de declara? ¡No lo sé, soy básicamente nueva en este mundo ajeno y desamparado lleno de crueldad donde los adolescentes son unos idiotas —incluyendome— y somos masoquistas en el máximo esplendor de la palabra!

Odio todo.

Termino corriendo por los pasillos de la universidad medieval, aun con Gilbert siguiendome.

—¡Anne, espera, que hoy no tenía ganas de correr!

—¡Y hoy no tenía ganas de hablar contigo!

—¡Tú nunca tienes ganas de hablar conmigo!

—¡Y tú nunca tienes ganas de correr!

Escucho como suelta una carcajada y lo miro de reojo. Se detiene, y aún sabiendo que podría seguir corriendo, me detengo a metros de él.

—Dios mío —pasa una mano por su cabeza. Me observa con una mirada que no se descifrar, y ladea su cabeza, al mismo tiempo que sonríe—. ¿La niña ya dejó de corretear por todos lados?

El rojo se incrementa en mi rostro. ¿Qué le pasa a este anciano decrépito?

Antes de poder contestarle, cierra la distancia entre nosotros y me apresa contra él, sosteniendo mi cintura como si abrazara algo valioso.

De pronto me veo a mi misma demasiado concentrada en las facciones finas de su rostro, en como las largas pestañas de sus ojos hacen resaltar ese iris avellana. Como su cabello rizado brilla ante la ligera luz solar que entra por las ventanas del establecimiento. Cómo sus labios delgados entreabren, preparándose para decirme algo que me deje indefensa, que cause una conmoción aquí dentro.

Un desastre justamente en mi corazón.

—Estás atrapada —susurra, tan cerca de mi boca que si solo me acerco un poco más...

—Me dejé atrapar —respondo, perdida.

Su sonrisa se extiende. —Claro, Anne.

Mi nombre en su boca suena bien.

Y de pronto caigo en cuenta de la absurda situación en la que nos encontramos.

¿Que es esto? ¿Un fanfic de Wattpad?

Maldita autora que deja mi historia al aire por casi un año y medio para luego volver muy campante a causarme infartos por la belleza de Gilbert.

Si. Nada más que añadir.

—Dejando tu dilema mental, realmente debemos hablar, Anne —dice, apretando mi cintura con recelo—. Confesé mis sentimientos por ti y te besé... No en ese orden exactamente, pero se entiende el punto. —Suelta una risita—. Te dije cuánto me gustas y que quiero estar contigo. Pasando por alto que discutimos constantemente, en realidad es mi necesidad de verte molesta. Desde la primera vez que te vi, tuve esta imperiosa necesidad. —Pronto me veo apresada solo con un brazo, mientras que con el otro, su mano va directo a acunar mi mejilla, acariciandola con mimo—. ¿Te han dicho lo preciosa que eres?

—Las personas normalmente tienen buena vista —replico, intentando evitar esta sensación de apego al chico que destruyó mi cabello.

—Buena vista tengo yo, cada vez que tú rostro está en mi campo de visión.

Evito el impulso de sonreír ante su halago, mientras pongo ambas manos en su pecho, intentando alejarlo.

Esto no me gusta, no tengo tiempo para distraerme tan fácilmente. Quizá todo esté yendo un poco mejor y no hayan tantas preocupaciones, pero eso no quita el hecho de que no puedo perder mi tiempo así.

Si, estar en una relación es una perdida de tiempo.

Nunca he estado en una, pero con lo poco que sé, si lo creo. Creo que puede desviarme de mi propósito.

Ni siquiera he encontrado tiempo de estudiar para mis exámenes libres. ¿Como puedo cargar con la responsabilidad de tener sus sentimientos en mis manos? Tampoco se cómo comportarme en una relación, haría todo mal.

Y él es mayor que yo.

Cuatro años mayor que yo.

¿Con que puedo complacerlo? Soy una adolescente que está a solo meses de entrar a la adultez. Él ya debe tener experiencia en otras relaciones, tiene rostro de ser un chico que ha tenido muchas novias.

¿Y si no llego a ser suficiente?

Todos estos pensamientos serían tontos si no me gustara Gilbert.

Me gusta.

Creo que eso quedó claro hace tiempo atrás.

Pero si no estoy segura de poder llevar una relación, no voy a permitir que él o yo nos dañemos.

No quiero. Prefiero que sigamos siendo amigos que pelean por cualquier cosa.

—Gilbert, evito este tema porque me produce incomodidad —murmuro, desviando la mirada hacia otra parte—. Podría mentirte y decirte que no me gustas y que tu beso no revolucionó mis hormonas, pero es el caso contrario. Si me gustas y si querría estar en algo contigo, pero no estoy preparada. No tengo el tiempo, ni se que hacer. Tengo demasiadas preocupaciones, no sé que esperas de mi ni qué debería hacer contigo. Aunque creas que no se nota, es obvio que tú tienes más experiencia que yo en muchas cosas. Soy prácticamente un bebé comparada contigo. Lo mejor es seguir siendo amigos. Es lo que quiero, y lo que espero respetes.

Su mirada no se endureció, sino que parecía desbordar en ternura y amor.

¿Así debería verse un chico que acaba de ser rechazado?

—Anne —farfulla, estrechandome en sus brazos. ¿Tal vez es un cariñoso de closet?—. Quisiera quitar todas las preocupaciones de esa cabecita llena de pensamientos que te aturden, pero lo entiendo. Si quieres que sea solo tu amigo, lo seré. —Se separa de mi y de pronto el ambiente cambia. Toma mi barbilla con su mano y me mira intensamente—. Sin embargo, ya te soy fiel. Si quieres salir con alguien más, hazlo, si quieres mentirme, adelante, si quieres restregarme en la cara que me rechazaste, te doy el permiso. —Sonríe—. Eso no quita el hecho de que quien te alborota y con quién tienes tanta consideración en sus sentimientos, soy yo. Mi Anne, este corazón te pertenece, y a la larga, espero que tú corazón me pertenezca de igual forma.

En este momento es en el que me doy cuenta que con rechazarlo, no basta para alejarlo de mi.

No solo se conforma con ser el chico del tinte negro, y estoy secretamente emocionada por aquello.