Capítulo 6

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Gilbert

—Papá —llamé.

Levantó su mirada del libro hasta mi.

—¿Pasa algo? ¿Otro problema en la universidad?

—No. Es algo sobre el bar.

Frunce el ceño y me señala la silla enfrente de su escritorio para que me siente.

Una vez que estoy sentado, hablo.

—Dijiste que no podían trabajar menores de edad en los bares, ¿no? —digo.

—No. Ni siquiera con autorización porque luego pasa algo y los problemas los tomo yo —responde, alzando una ceja—. ¿Qué es lo que pasa?

—Pasa que el encargado de uno de los bares le permite a adolescentes trabajar ahí, con ropa provocativa y luego las echa por defenderse de mirones que las acosan. Eso es lo que pasa, papá.

Se queda callado, mirándome como si estuviera entre creerme o no.

—¿Cómo sabes eso? No puedo despedir a alguien sin pruebas de que algo hizo mal.

—Tengo una amiga... No, es la amiga de Jane. El punto es que el otro día me contó que trabajaba ahí con autorización de sus padres y que luego la habían echado por defender a una compañera de lo que se considera acoso. Al encargado le dicen "Señor Lonry".

—¿Linion Lonry? —asiento, aunque no sé realmente cómo se llama—. De acuerdo, hablaré con él y con las trabajadoras para ver si lo que la chica te dijo es cierto. En caso de que sea cierto, ten por seguro que será despedido.

Me levanto para irme, pero su voz me detiene.

—No te has metido en problemas, ¿verdad?

Suspiro. —No, papá. Ciencias políticas va perfectamente bien.

—Eso espero. Sabes que tu madre quería que estudiaras eso y no creo que meterse en peleas por gusto sea algo que se haga en ciencias políticas...

Ni siquiera lo dejo continuar porque salgo de la oficina con rapidez.

Estúpidas ciencias políticas.

Un mensaje llega a mi celular, con el tono que solo una persona pudo haber puesto.

Tú, yo, los demás en el restaurante de Josie.  Ahora. Y ni te atrevas a decir que no porque iré a buscarte y te golpeare en donde más te duele por dejar a tu mejor amiga sola.

-Jane, la más bella.

Ruedo los ojos y salgo de la casa rumbo al restaurante.

Realmente necesitaba quitar de mi cabeza esto.

Sí, estaba estudiando algo que no quería solo para complacer a mi madre muerta y a mi padre ausente. Un plan de vida magnífico.

Ciencias políticas no era lo que me apasionaba, pero ya bastantes problemas le había causado a mi padre por mi mal comportamiento.

Quería que se sintiera orgulloso de mi aunque sea por un momento.

Ya tenía veintiún años y debía dejar de comportarme como un niño que hace berrinche porque no quiere estudiar algo.

La vida real es asfixiante y a nadie le interesa que sea alérgico a ella porque sí, soy alérgico a la vida real.

𝑻𝒊𝒏𝒕𝒆 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒐 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora