Mi Majestad JAKEHOON

Mi Majestad Parte IX

—Tratemos de cabalgar más rápido, hasta que nos alejemos de "La Fortaleza" mi Majestad, luego podremos tomar un paso más tranquilo.

—De acuerdo, pero con una condición.

Sunghoon lo observa extrañado, pero enternecido con la sonrisa que se dibuja en los labios color coral de Jaeyoon.

—No me llames mi Majestad.

—Está bien Jaeyoonie. —Le responde devolviéndole la sonrisa— .Tú puedes llamarme Hoon.

—¿Puedo llamarte Hoonie?

—Si, "Hoonie" me gusta más. —Ambos continúan cabalgando y acelerando el paso alejándose poco a poco de la llamada "Fortaleza", Jaeyoon no quiere hacer preguntas de más, pero su instinto le dice que su persona predestinada tiene necesidad de alejarse cada vez más de su hogar.

Es extraño como funciona la conexión de los predestinados, de aquellos a los cuales los dioses ataron el hilo rojo a sus dedos meñiques, parecería imposible de creer, pero conforme se hace más fuerte el lazo, ambos pueden sentir lo que el otro siente hasta el punto de entender lo que le sucede; las palabras sobran, puesto que la conexión es más fuerte que un simple lenguaje, su conexión va más allá, son almas gemelas que vagan por la eternidad hasta encontrarse nuevamente con un destino ya establecido en tiempo y en lugar.  

Finalmente se encuentran en el camino que da al Bosque Antiguo de Sauces Blancos y pueden tomar un paso más tranquilo, más lento; divisan a sus dos escoltas, monitoreando y resguardando el lugar—¡Cuidado! —Grita Jaeyoon al ver cómo el corcel negro que cabalga el General Nicholas,  termina perdiendo el control y lo lanza al frío suelo, ambos se acercan a socorrerlo Sir Hanbin detiene al corcel y logra amarrarlo a las ramas de un árbol.

—No se preocupe mi Majestad, amo Sunghoon, este corcel salvaje fue recién entrenado y aún necesita tiempo. —Les explica el General.

—Sir Hanbin y yo cubriremos ambos flancos a pie, ustedes pueden disfrutar de su tiempo juntos.

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—Hoonie ... ¿Puedo preguntarte algo? Espero no sonar impertinente.

—Claro Jaeyoonie, no creo que nada que salga de tus labios pueda sonar impertinente.

—¿Por qué permitieron que el General Nicholas cabalgue un corcel salvaje recién entrenado?

Sunghoon toma valor y se acerca a Jaeyoon, es momento de que sepa la verdad, es momento de ponerlo al tanto de la realidad, toma delicadamente sus manos ocasionando que ambos se sonrojen y sonrían tímidamente inmediatamente y con el solo roce.

—Por orden de mi hermano... Tú debías cabalgar ese corcel, hoy tendríamos que salir a cazar... Todo lo que ha sucedido desde anoche es un plan de Heeseung, mi actitud en la cena debía decepcionarte, alejarte de mí y acercarte a él, sé que sin pruebas es imposible que me creas pero las cosas son así, te lo prometo por este lazo que tenemos, por la conexión que ambos sentimos; Jaeyoonie nuestras vidas están en riesgo y debemos hacer algo para aguantar estas 3 semanas.

—...Te creo Hoonie...

Sunghoon toma la mano de Jaeyoon entrelazando sus dedos, continúan conversando mientras caminan por el bosque, debe explicarle toda la verdad detalle por detalle y las razones para el plan de su hermano. Jaeyoon lo escucha atento, sus emociones y sentimientos los hacen sentir como si fueran uno y conversar y entenderse se hace cada vez más fácil y natural. —¿Y esa flor? —Pregunta Jaeyoon jalando al pelinegro para poder verla mejor.

—Es una orquídea de invierno Jaeyoonie, mi padre Jisung solía decir que incluso en el crudo frío de invierno florece la belleza más perfecta e hipnotizante en forma de flor "la orquídea de invierno", su belleza y misterio solo puede compararse al primer encuentro de miradas con tu amado.

—Entonces solo puede compararse contigo ... No quiero que nos separen.

—Nadie lo hará, te lo prometo Jaeyoonie, por favor confía en mi.

—Lo hago, confío en ti con todo mi ser.

Se dice que el amor debe basarse en la confianza y alimentarse de verdad, ya que estas ayudan a que el amor se fortalezca y perdure, se dice también que el amor muere cuando esta confianza es traicionada...