Mi Majestad JAKEHOON

Mi Majestad Parte XVIII

Con la llegada de la noche, Heeseung abraza delicadamente a Jaeyoon por la espalda rodeando sus brazos en su cintura mientras deja un camino de dulces besos desde su cuello, subiendo lentamente por su mandíbula llegando a detenerse en el lóbulo de su oreja, le profesa palabras de amor pero Jaeyoon no reacciona ni emite emoción a sus muestras de afecto; Heeseung se molesta y voltea a Jaeyoon pero su rostro no tiene ojos, nariz, ni boca, es solo una distorsión de alguien sin rostro, su cuerpo se siente como un envase sin sentimientos ni emociones, es inerte y carece de esencia; dirige la mirada hacia la puerta de la habitación y ve el cuerpo de su hermano menor pero este... No tiene cabeza... "¡Nooo!" grita aterrado logrando despertar de la pesadilla que lo atormenta. 

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Al día siguiente se ha preparado una "despedida" para Sunghoon y su doncella, ambos "retornarán" al Valle Escondido para esperar el Decreto Real que anule la ordenanza que prohíbe a los miembros de la nobleza y la realeza contraer matrimonio con personas sin título, con personas comunes y finalmente consumar su "tan anhelada unión"; Sunghoon aún tiene esperanzas de poder ver por última vez el rostro de Jaeyoon antes de volver a ser encerrado en su celda y terminar con el show armado por su hermano mayor y el Maestro de la Guerra Seon; sin embargo, éstas se desvanecen ante la inasistencia de Jaeyoon.

Jaeyoon observa la "despedida" organizada para el Príncipe de Hielo y su amada doncella desde el balcón del salón del segundo piso de La Fortaleza; el mismo balcón donde tuvo su primera cita con Heeseung, el mismo lugar donde tuvo que mentir para salvar su "relación" con Sunghoon; el Príncipe del Hielo siente su presencia, pero antes de que pueda levantar la mirada para ver a Jaeyoon el Maestro de la Guerra Seon se le acerca. —Levantas la mirada y tu amado Príncipe recibirá la misma tortura que recibiste desde ayer en la madrugada. —Le dice en tono de amenaza eliminando finalmente su última oportunidad de verlo.

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—Amo Heeseung el Comité Bélico finalmente a deliberado, nuestra recomendación es que se rija por la justicia del Reino del Norte, debe enjuiciar y mandar a ejecutar a su hermano y también a sus cómplices.

—Agradezco su recomendación, pero... No lo haré Maestro de la Guerra Seon, debo demostrarle a Jaeyoon que soy un mandatario justo y compasivo, debo demostrarle que soy el mejor partido para casarse; seguiremos con mi plan hasta que llegue la muerte de Jaeyoon y mi hermano, como usted dijo "El fin justifica los medios" y no hay necesidad de agrandar más las cosas.

Pasada la media noche Sunghoon trata de encontrar calor abrazando sus piernas en posición fetal, su celda es oscura, carente de un lugar o cobijo donde dormir; de pronto, escucha como se se abre la puerta, es amordazado y encapuchado abruptamente, alguien lo jala de las esposas que conectan sus manos, siente como lo arrastran hasta la salida de la cárcel del Reino del Norte, debe subir a un corcel, este empieza a moverse a paso rápido y sin detenerse, Sunghoon pierde la noción del tiempo, escucha a las olas del mar romper en la orilla de lo que parece un puerto hasta que se le ordena bajar del corcel, su capucha y mordaza son finalmente retiradas al igual que sus esposas...

—¿He-es-eung?

—Tienes que irte Sunghoon, estas provisiones y agua tienen que aguantarte al menos tres a cuatro semanas, también encontrarás algo de ropa y oro en la embarcación, luego tendrás que ganarte el pan de cada día trabajando.

—¿De qué me sirve irme o quedarme en la celda? De todas maneras estoy agonizando, de todas maneras estoy muriendo.

—El Comité Bélico del Reini está clamando por tu cabeza, quieren que te ejecute al igual que a tus cómplices; el pueblo también lo hará cuando se corra la voz de tu traición, el Maestro de la Guerra Seon lo tiene todo planeado... S-i te ejecutan Jaeyoon también morirá.

—¡Me das asco! Solo quieres ganar tiempo para casarte con Jaeyoon y ser Rey.

—¡No! No es eso, eres mi hermano, no quiero que mueras ejecutado solo por haberte enamorado, no quiero ver la cabeza de mi hermano menor rodando frente a su pueblo, debes irte Sunghoon corremos el riesgo de que nos vean, ¡Rema sin descanso, rema hasta alejarte del reino!

—Primero... Prométeme que no le harás más daño a Jaeyoon.

—Su corazón está roto al igual que el tuyo, ambos están muriendo con su separación, no puedo hacerles más daño

—Prométeme que lo harás sentir amado hasta su último aliento, prométeme que estarás a su lado cuando llegue su momento, prométeme que en el tiempo que le queda lo amarás como yo lo hubiera amado, por favor Heeseung no interferiré más en tus planes solo prométeme eso.

Heeseung abraza a su hermano dándole un beso en la frente, —Te lo prometo, perdóname por favor. —Heeseung observa cómo su hermano menor debe abandonar su hogar el Reini en el que una vez fueron felices en compañía de sus padres, la pequeña embarcación se aleja poco a poco y una vez que se asegura que nadie vio escapar a su hermano Heeseung retorna a La Fortaleza; antes de dirigirse a su habitación para tratar de dormir, observa que la habitación de Jaeyoon aún tiene luz, duda por unos segundos hasta que finalmente decide tocar la puerta:

—Jaeyoon ¿Puedo pasar?

—Adelante, es tu Fortaleza.

— ¿No puedes dormir? Es muy tarde deberías tratar de descansar.

—Le escribo una carta a mi padre ... ¿Podrías ayudarme a enviársela?

—Jaeyoon yo...

—Si quieres puedes leerla ... Ya no tengo nada que ocultarte.

Heeseung se acerca a Jaeyoon y toma la carta, no puede evitar ver el rostro del Príncipe del Sur, sus ojos están rojos e inflamados, su nariz y labios secos, pero su rostro carece de expresión y emoción, su mirada no refleja ilusión, su voz es suave casi como un suspiro; parecería que su encantador calor natural deja poco a poco su frágil cuerpo; termina de leer la carta y no puede contenerse más, finalmente sus planes están dando resultado pero ¿A qué precio?

—Mi Majestad ... ¿Está seguro?

—Nunca había estado más seguro de nada en mi vida y debo seguir a mi corazón ... O lo que queda de él; Heeseung estoy muriendo, no sé a ciencia cierta cuánto tiempo me queda, con mi muerte arrastraré también a mi padre al Reino del Sur y a los cuatro Reinos, se quedarán sin gobernante, sin autoridad... Tú me demostraste ser un mandatario justo, compasivo, eres una persona íntegra y correcta; no encontraré un mejor sucesor que tú, por favor envía la carta y partamos mañana al Reino del Sur para consumar formalmente nuestra unión.

—Entonces, si esta es su decisión hagamos las cosas bien...

Heeseung se acerca a Jaeyoon y se arrodilla frente a él, toma su mano y mirándolo a los ojos le dice:

—Príncipe Sim Jaeyoon del Reino del Sur, justo y único heredero de los cuatro reinos ¿Acepta casarse conmigo?

... —Sí, acepto...