Capítulo 18 - Viajar al pasado

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Ha pasado 1 semana desde aquella plática en el jardín. Todo parecía estar bien ahora.

Al menos con Poché.

Pues después de ese día no he hablado con Mariana, sé que lo mejor para ella ahora es no hablar conmigo, pero creo que necesitamos platicar de lo sucedido.

Respecto a Iván, ha venido unas cuantas veces a la casa para ver a Poché y de paso conocerme más. Es un buen chico y me agrada que sea amigo de Poché, pero aveces detesto que sean tan cercanos. Ambos se dieron cuenta de mi disgusto y ahora se la pasan molestándome, en especial Iván, le encanta darme celos sólo porque a Poché le causa gracia.

Aveces lo odio.

En estos momentos me encuentro sentada en el sillón junto a Poché, Johann había venido a pasar la tarde con nosotras viendo películas.

—¡¿Qué?!, ¡¿Cómo es posible que termine así?!— dijo Johann, hacíendo ademanes con sus manos mientras los créditos en la pantalla pasaban.

—Johann tiene razón, ¡Ese no fue un final feliz!— Poché se cruzó de brazos. Su cara expresaba confusión y desilusión a la vez.

—No todas las historias tienen finales felices, Poché— al decir esto, me encogí de hombros y fruncí mis labios en modo de resignación.

—No sé como puedes aceptar así de fácil un final como ese— espetó mi mejor amigo. —Es simplemente insuperable.

—Simplemente separo lo ficticio de lo real, por eso no me afecta tanto el final— expresé.

—Aveces eres tan rarita, Calle. ¿De verdad eres mi mejor amiga?,— bromeó el pelinegro.

—Aunque te cueste creerlo, lo soy y así decides amarme.

—No puedo negartelo se hecho de espaldas en el sofá, quedando acostado en éste. —En fin... ¿Qué harás para tu cumpleaños?.

—¿Su cumpleaños?— preguntó Poché.

—¿Acaso no el dijiste que ya casi es tu cumpleaños?— demandó Johann.

—Nunca nos habíamos preguntado el día de nuestro cumpleaños, hasta este instante en el que lo mencionaste.

—¿Cuándo es?— preguntó la ojiverde.

—El 15 de Diciembre— respondí.

Poché se quedó un momento pensando, segundos después una expresión conmocionada se formó en su rostro. —¡ES ESTE SÁBADO!— dijo casi gritando. —¿Cómo es posible que no me dijeras que está apunto de ser tu cumpleaños?— interrogó con acusación.

—No lo sé, nunca se me ocurrió mencionarlo— hablé despreocupada, no me interesaba pensar en esa fecha.

—Verás, Pochésita— Johann se sentó al lado de Poché, pasó su brazo por la espalda de la pelinegra y lo recargó en su hombro. —Calle no suele ser muy entusiasta cuando de su cumpleaños se trata.

—¿Por qué?

Miré a Johann e imploré con mi mirada que no dijera nada respecto a ese tema.

Pareció entenderlo.

—No soy yo quién debe decirte el por qué— dijo ésto mientras su vista estaba en mí, provocando que Poché volteara a verme. Escuché un suspiro de parte de Johann y seguido se levantó del sofá. —Debo irme chicas, le prometí a mi hermana que regresaría pronto a casa. Calle, si decides hacer algo para el sábado me avisas— asentí y lo acompañé a la puerta; antes de marcharse decidió hablar. —Tienes que decirle, Calle— reprendió en tono bajo.

A r c a n a | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora