Capítulo 2 - ¿A qué le tiene miedo?

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Me estacioné en la acera frente a mi casa y suspiré de alivio por haber llegado alfin, pues moría de sueño. Me quité el cinturón de seguridad y baje del auto rodeándolo para abrir la puerta del copiloto. Y ahí estaba, la chica enigma, durmiendo pacíficamente en el asiento. Nota mental, preguntarle su nombre una vez despierte, no puedo llamarla "La chica enigma" por siempre.

~ Minutos antes ~

-¿Quieres que te lleve algún lugar en específico?- le pregunté. Negó.
-¿Tienes algún punto de referencia?- Negó.
-¿Familiares a los cuáles llamar?- Negó.
-¿Amigos?- Negó también.

¡¿Que acaso la chica era huérfana?! Suspiré y pasé mis manos por mi cara en símbolo de frustración. Mire la chica enigma y ella me miro, sus ojos tenían un color que no había visto antes, eran una combinación entre un café y verde, como una aceituna. Tenía las cejas bien definidas, sus pestañas largas, nariz perfecta y unos labios carnosos del típico color rosado. A decir verdad, era muy linda si me lo preguntan.
Noté que se incómodo un poco por mi "ligera" observación a su rostro, así que voltee hacía otro lado para evitar seguirla incómodando.
-¿Quieres ir a mi casa a descansar?- le pregunté y ésta solo asintió dudosa, supongo que era la opción más conveniente y parecía no disgustarle del todo. ¿Por qué ahora solo niega y asiente con la cabeza, si hace rato me gritó que la dejara?

~ [ • • • ] ~

Verla durmiendo ahí tan tranquila me hizo pensar que sería pésimo despertarla, así que como pude la cargué, cerré la puerta del auto y puse los seguros.
Con dificultad abrí la puerta de mi casa pero logré entrar, cerré con llave y me dispuse a subir las escaleras cuidadosamente para no caerme. Entre en mi habitación, la acosté con cuidado en mi cama, tomé la sábana y cubrí su cuerpo hasta su torso; la mire por un momento pensando en lo indefensa que se veía estando así. -¿Qué te habrá pasado?- pregunté en voz alta, dejando la pregunta en el aire sin ninguna respuesta.

Salí de la habitación con una almohada y una cobija, cerre la puerta detras de mi para después bajar a la sala y dejar las cosas que traía conmigo en el sofá. Una vez hecho, me dirigí a la cocina por un vaso con agua. Mientas bebía y me refrescaba un poco, me puse a pensar en la chica enigma y todo lo que pasó con ella hoy, -Una completa locura- pensé.
-Daniela, acabas de meter a una desconocida a tu casa, ¡buen trabajo!- Me dije a mi misma con ironía.
Deje el vaso en la barra de la cocina y fuí hacía el sofá, me recosté acomodando la almohada, junto con la cobija que había bajado conmigo. Tengo la suerte de que mi sofa sea cómodo como para dormír aquí, pues de lo contrario no lo haría. Después de unos minutos intentando encontrar la posición perfecta, logré sentirme cómoda para dormir, mis ojos se sintieron más pesados y me dejé llevar por el sueño.

~ [ • • • ] ~

Escuché a lo lejos un ruido que me impedía seguir durmiendo, decidí ignorlarlo pero una vez paraba, volvía a sonar, me removí en el sofa enfadada por el sonido, así que con toda la pena del mundo, abrí mis ojos observando la sala en busca del sonido tan fastidioso, levanté mi mirada a la mesita del centro dónde se encontraba mi celular sonando, ¿Quién llamaría tan temprano?
Lo tomé y respondí sin ver quién llamaba -¿Aló?- dije adormilada. -¡¿DÓNDE CARAJO ESTÁS?!- Oh no, Johann.
-¿Que pasó Johann?- Pregunté bostezando. Johann era mi mejor amigo y compañero de trabajo, el era uno de los mejores escritores que teníamos en la empresa.
-¡¿Qué, qué pasa?! Daniela, son las 12:00 del medio día! Deberías estar aquí en tu oficina trabajando!- mierda. Había olvidado por completo activar mi alarma para hoy. -Johann perdóname, ayer de camino a casa pasaron muchas cosas y...- Espera. ¿Ayer...?

• • •
¡LA CHICA ENIGMA!.

Traté de levantarme con apuro del sofá, pero la presencia de aquella chica que me observaba sentada en las escaleras tratando de esconderse, me desconcertó, haciéndome caer por mi torpeza. Bien hecho Calle, pensé. -¿Calle estas bien?- preguntó preocupado Johann, al otro lado de la línea. Adolorida, tomé mi celular, el cuál estaba tirado en el suelo como yo en estos momentos debido a mi caída. -Si, estoy bien, no te preocupes- respondí. Mi mirada fue hacía las escaleras dónde se encontraba sentada la chica enigma, mirandome con timidez y angustia, supongo por mi reciente accidente. -Johann, podrías decirle al director de la editorial que no me presentaré hoy en la empresa, tengo unos asuntos que atender.- sin esperar respuesta, colgué.
Me levanté del suelo y me dirigí a las escaleras. -Oye... ¿Cómo estas?- le pregunté. No dijo nada, solo se me quedo viendo un momento y salió corriedo escaleras arriba, entrando en mi habitación denuevo.
Demonios... ¿Cómo se supone que voy a ayudar a la chica enigma, si ni siquiera me dirige la palabra? Solo me mira y huye de mí. Suspiré negando con la cabeza.

¿A que le tiene miedo? O... ¿A quien?.

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- NCacher. 🔴

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