Capítulo 10 - Abrazo y un... ¿Beso?

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Trazaba, borraba, trazaba, borraba, trazaba, borraba.

Llevaba 1 hora en mi estudio intentando empezar con el diseño, pero no lograba concentrarme, no sabía que hacer, no tenía claro que podía representar a la perfección el libro y su contenido, estaba en blanco. Suelto un suspiro de frustración mientras me recargo en el respaldo de la silla, decidí perderme en mis pensamientos, Poché vino a mi mente.

¿Qué estará haciendo?, Hace rato no la veo por aquí.

Me levanté de mi sitio con la intención de salir y distraerme, talvez pueda encontrar inspiración. Me asome por el pasillo, todo estaba en silencio; pasé por su habitación notando que la puerta estaba abierta, me asomé, no se encontraba ahí.

Bajé a la sala para saber si estaba ahí, nop.
Revisé la cocina, tampoco.

¿Dónde está?, Solo queda el patio.

Me dirigí hacía el patio, abrí la puerta corrediza, encontrando a una Poché sentada en el pasto acariciando un pequeño pug.

—Al fin te encuentro— hable al cruzar la puerta, quito su vista del cachorro y yo la fijé en el. —¿De dónde lo sacaste?

—Estaba aburrida y pasé por tu estudio, pero parecías ocupada, así que decidí venir aquí a relajarme, después de un rato, me encontraba muy tranquila disfrutando del ambiente, cuando lo ví entrando por ese hueco— dijo, señalando la valla/puerta que daba a la calle, ésta tenía una tabla faltante, por la cual el perro entró.

Eso explica por qué aveces hay popo de perro.

—Así que tú eres el que ha estado usando mi patio como baño personal eh— el pequeño perro me miró e inclinó su cabeza a un lado, viéndose confundido.

—¿Nunca lo viste?— preguntó Poché.

—No salgo mucho al patio y constantemente estoy trabajando, así que no— asintió comprensiva ante mi respuesta.

—Ahora que lo pienso, ¿En qué trabajas?, Nunca me dijiste, solo escuchó que hablas de una empresa, pero no sé lo haces— comentó curiosa; me disculpé por no haberlo mencionado antes y proseguí a contarle.

—Soy ilustradora en una editorial, en Avalia para ser exactos, diseño las portadas para los libros que serán próximamente publicados— una cara de asombro se presentó en su rostro.

—¡¿Trabajas en Avalia?!— asentí confundida. —¡Es la mejor editorial del estado!, La mayoría de libros que he leído son de esa editorial.

—Wow, ¿Enserio?

—Si... siempre pensé que trabajaría ahí, una vez fuera escritora— habló con ilusión, pero esa ilusión se desvaneció. —Pero como puedes ver, no pasó, ni siquiera terminé mis estudios— dijo con tristeza en su voz, el pequeño pug al igual que yo, miraba a Poché con atención, como si supiera que estaba triste.

Quería hacer algo para subirle el ánimo.

—Acompañame— dije, levantándome del pasto. Se levantó igualmente, comenzando a seguirme, noté que el perrito también lo hizo. —Creo que se encariño contigo— comenté con una sonrisa, Poché también sonrió y tomó al cachorro para cargarlo.

—¿Podemos dejarlo entrar?— preguntó, formando un puchero con sus labios, como decirle que no.

Asentí deacuerdo. Sin más, caminamos hacía las escaleras para subir denuevo a mi estudio, una vez estando arriba, entramos en el; la ojiverde se sentó en un pequeño sillón que había en la habitación con el pug en manos, mientras que yo buscaba mi laptop anterior a la que tengo ahora.

A r c a n a | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora