Capítulo 13 - Solo ella.

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Después de la pequeña aventura con Mariana, cada una regresó a su hogar.

Parquee en la acera y salí de mi auto activando los seguros de éste. Caminé hacía el andén de mi casa dispuesta a abrir la puerta y entrar.

—¡He llegado!— anuncié mi llegada, no hubo respuesta alguna. Colgué mis llaves en el porta llaves de la pared y me dirigí hacía la sala.

Johann junto con Poché, se encontraban sentandos en el sofá disfrutando de una película acompañada con palomitas. Estaban tan concentrados en la pantalla que no notaron mi presencia.

Tengo una divertida idea.

—¡BOO!— grité, posando mis manos en los hombros de ambos. Ellos gritaron asustados por mi inesperada broma, dieron un brinco en el sofá ocasionando que todas las palomitas que contenía el bowl volarán por todas partes y cayeran como lluvia en nosotros.

Comencé a reír fuerte.

—No es gracioso Daniela— decía Johann con tono molesto, tenía palomitas encima de su cabello.

—Lo siento, pero no puedo tomarte encerio con esas palomitas en tu cabello JAJAJAJA— inmediatamente Johann empezó a sacudir su cabello para quitar todo rastro de palomitas en el.

Eso hizo que riera más.

—¡Calle! ¡Casi nos matas de un susto!— hablo Johann de nuevo notandose molesto. Poché no decía nada, ni siquiera me miraba, solo quitaba las palomitas de su ropa o cabello.

—¡Oh vamos! Debes aceptar que fue gracioso, ¿Verdad Poché?— la miré atenta a su respuesta, quería que volteara a verme.

—Aun que la sala quedó hecha un desastre por las palomitas, así como nosotros, debo admitir que fue divertido— por fin sus ojos me brindaban atención, tenía una sonrisa en su rostro, dándole credibilidad a sus palabras.

—OkOk, sisi, fue divertido, ajá, pero también fue mucho para nuestros corazoncitos— dijo en tono dramático, haciéndose la víctima.

—No exageres Johann— me miro molesto, suspiré rendida. —¡Está bien! Si, perdón por asustarlos así— Johann sonreía victorioso.

—Gobernada te dicen— lo miré amenazante, rápidamente se colocó detrás de Poché. —Es bromi— sonrió "inocente".

—Is brimi— lo arrendé con tono molesto.

—Ya, no te enojes— se acercó y me abrazó. — Bueno, yo ya debo irme, es tarde y mañana todavía hay trabajo— dejo un beso en mi mejilla, se dirigió a Poché ahora. —Nos vemos Poché, espero sigas mis consejos— le dijo, para despúes al igual que a mi, darle un beso en la mejilla como despedida.

—Claro, gracias Johann— Poché miró a mi mejor amigo con una sonrisa de confianza.

Noté que los dos tenían algo entre ellos, pero preferí no preguntar.

—También te quería agradecer Joxi, por el favor.

—No hay de que chicas, un placer ayudarles— se dirigió hacia la puerta, giro la perilla de ésta abriendola, y justo antes de salir por ella, habló. —Calle.

—¿Si?

—Gobernada— sonrió divertido y salió lo más rápido que pudo, cerrando la puerta detrás de el.

—¡JOHAAANN!— le dije con fastidio apenas cerró la puerta. —¡ME LAS VAS A PAGAR, VERA!— grité para que alcanzará a escuchar. Poché reía por la situación. —No te rías, no es gracioso— hablé "sería".

A r c a n a | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora