Capítulo 8 - Un sincero, "gracias".

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Sentía su respiración, escuchaba como tragaba saliva, la distancia entre nosotras era nula y por un momento, cerré mis ojos por inercia.
Cuando parecía que los pocos centimetros se acortarían por completo, la música se detuvo, siendo sustituida por el tono de mi celular que anunciaba una llamada entrante. Poché se alejo y fijo su vista en mi celular.

—Deberías contestar, puede ser importante— Asentí deacuerdo, tomé mi celular divisando el nombré de Mariana en la pantalla, sin más atendí la llamada.

—¿Hola?— dije una vez contesté.

—¿Calle?, Hola! Perdona llamarte a estas horas en domingo, ¿Estabas ocupada? Esperó no haberte interrumpido— miré a Poché que se había levantado para merodear por la azotea.

—Amm... No, no te preocupes solo estaba viendo una película, por eso tardé en contestar— seguía viendo a Poché, que miraba para todos lados menos a mí.

—Fiuu jajaja, creí que había interrumpido tus deberes— si supieras que interrumpiste algo más importante, pensé para mi misma.

—¿A qué se debe tú llamada?— Qué sería tan importante para llamarme ahora—¿Pasó algo con el trabajo?— le pregunté.

—Ahhmm... no, no tiene que ver con el trabajo— río nerviosamente, espero sea algo que valga la pena su interrupción. —Quería saber si te interesaba ir a comer después del trabajo mañana y talvez ir a pasear por ahí y...— tartamudeaba un poco al hablar, se le escuchaba nerviosa.

—¿Te refieres a tener una salida amistosa después del trabajo?

—Si así lo quieres ver, pues en pocas palabras sí— soltó una risa nerviosa otra vez.

¿Debería aceptar? ¿Y Poché? ¿Se podrá quedar sola por unas horas más?

—¿Está bien si mañana te confirmo?, tengo que revisar si me es posible— respondí a su propuesta.

—¡Claro! Espero podamos salir, pero ya no te quito más tu tiempo, nos vemos mañana en el trabajo, adiós Calle— se escuchaba muy feliz al otro lado de la línea

—Nos vemos Mariana, ten una linda noche, bye— me despedí y colgué la llamada.

—¿Una amiga del trabajo?— Poché se acercó a mí una vez terminé de hablar.

—Sep— me levanté, quedando frente a frente con ella. —Me invitó a comer después del trabajo, pero antes de aceptar o no, quiero saber si crees poder quedarte sola unas horas más mañana— la miré expectante, por alguna razón se le veía incómoda con la idea. —A juzgar por tú cara, es un rotundo no— afirmé.

—¿Qué? No, claro que no, ¿Qué dices? Pff seguía insegura de sus propias palabras —No te preocupes por mí, enserio, puedes ir y dejarme aquí sin problemas, sabes que tu casa es como un gran palacio para mí— Su sonrisa era contagiosa, tanto, que yo sonreí.

—Entonces... ¿Está bien?

—Claro, solo tienes que dame un buen libro que leer y podré sobrevivir.

—Muy bien, regresemos adentro para buscar ese gran libro— proseguimos a recoger todo, para después, bajar de la azotea.

~ [ • • • ] ~

Lunes por la mañana, desayunábamos tranquilamente y en silencio, no habíamos hablado de lo que pasó ayer en la azotea antes de ser interrumpidas por esa llamada, tampoco me apetecía tocar el tema y generar un ambiente incómodo, talvez solo fue un instinto ¿Para qué darle transfondo al asunto?

A r c a n a | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora