No lo soportaba más; Harry se veía tan feliz enredado en los brazos de Cedric, hacían todo juntos, se tomaban las manos, Cedric cargaba la mochila de Harry, se besaban, se abrazaban, no había momento del día en la que estuvieran separados. Ron parecía haber tomado bien la noticia de que su mejor amigo estuviera enamorado de Diggory, y Hermione estaba muy feliz por su amigo. Pero ¿Qué había pasado con aquel chico rubio?
Se veía tan diferente, ya no iba acompañado de su grupo de amigos, sus hombros iban caídos, su vista siempre al suelo, algunos chicos se extrañaban de que Draco no les hiciera sus usuales burlas, algo había cambiado, solo él sabía el motivo de esa tristeza que lo invadía, Harry. Como si fuera poco lidiar con eso un sábado por la tarde su padre, Lucius Malfoy, solicito que Draco se presentara en la mansión Malfoy, no dio un motivo, pero Draco asistió.
Draco llegó a una mansión fría que no podía llamar casa, Lucius tenía en su rostro una seriedad que hizo que Draco se preocupara por el motivo que se encontraba allí ¿qué había hecho mal esta vez? A pesar de su tristeza iba muy bien en sus clases, estudiaba, no había queja alguna de eso. Se sentó en la larga mesa del comedor, que estaba apenas alumbrada por unas cuantas velas, parecía que no era una cena familiar, pues había más de tres copas preparadas. Su padre no le dirigía ni una sola palabra solo lo miraba, su madre preguntaba por sus estudios y su tiempo en la escuela, Draco contestaba un tanto seco, Narcissa sabía que había algo diferente en su hijo, quería preguntarle por eso, pero sabía que no era el momento adecuado. Después de unos 20 minutos Lucius se levanto de la mesa y se dirigió afuera, Narcissa no dudo en preguntar que era lo que sucedía.
-Draco- dijo ella de manera preocupada- ¿Qué es lo que te sucede? Te veo diferente, cariño, ¿todo está bien?
-Si- contestó Draco con la mirada perdida- todo esta bien- pasaron segundos, quería y necesitaba contarle a su mamá lo que pasaba- Madre, ¿alguna vez has sentido que el mundo se viene abajo por una sola persona? - dijo el chico con un nudo en la garganta, estaba decidido a contarle a su madre lo que le ocurría, debía hacerlo antes de que su padre volviera- últimamente, yo... he sentido algo por una persona...- Narcissa miraba como Draco estaba apunto de soltarse a llorar- realmente me gusta... pero esa persona ya tiene a alguien- no pudo contenerlo más y se soltó a llorar.
-Mi niño- Narcissa se levantó y se dirigió a abrazarlo, en el momento en el que Draco volvió a sentir el amor de su madre el dolor comenzó a esfumarse, pero aun no podía dejar de pensar en que tal vez en ese mismo instante a kilómetros de la mansión, Harry estaba desgastando sus hermosos labios con un chico que no era él- ¿Quieres contarme más? Te escucharé, pero esa persona, ¿realmente es digna de robarse tu felicidad? ¿Cuál es su...?- Narcissa se vio interrumpida por la brusquedad con la que la puerta se abrió, Draco se limpió las lágrimas inmediatamente.
Por la puerta entraron muchos hombres y mujeres que portaban máscaras, cuando las cortinas de la mansión estaban cerradas por completo se destaparon las caras, y puedo reconocer a algunas personas, entre ellos estaban los padres de Crabbe y Goyle. Escucho como alguno avanzaba por el suelo arrastrándose, era Nagini, la fiel serpiente de Lord Voldemort, y por último por la puerta entraron Bellatrix Lestrange y nada más y nada menos que el señor tenebroso. Noto que su padre estaba aún más serio y nervioso, todos se colocaron en sus lugares, y cuando el señor tenebroso dio el permiso tomaron asiento.
-Sabemos el motivo de la reunión- dijo Voldemort con una sonrisa en la cara- es momento de dejar una tarea muy importante a cierto chico- continuó- Draco Malfoy- todos los presentes giraron la cara hacia Draco- es tu momento, el momento de demostrar que los Malfoy aún merecen mi confianza- Draco estaba asustado, tragaba saliva con dificultad- tu serás nuestra entrada a Hogwarts- dijo Voldemort- te preguntaras ¿Cómo?, la respuesta es por medio del armario evanescente que se encuentra en la sala de Menesteres de la escuela, debes repararlo, así podré entrar y deshacerme de Harry Potter, sería mejor si pudieras llevar a Potter a la sala de Menesteres, así seremos él y yo- un frío recorrió todo el cuerpo de Draco- de lo contrario, si tú, Draco Malfoy, no logras tu tarea en dos meses, bueno las consecuencias serán... terribles para los Malfoy- estaba congelado no podía hablar
- Lo hará, mi señor- Lucius interrumpió el silencio que había quedado- como usted se lo ordene, le demostraremos nuestra lealtad.
Durante toda la cena Draco no dijo ni una sola palabra, ni siquiera tocó su plato de comida. Al terminar la cena y su visita a la mansión, regreso a Hogwarts, fue directamente al Lago negro, se quito la camisa, entro al agua, hundió la cabeza y grito por debajo del agua, lloró, y no podía parar. Era mejor amarrarse una piedra y dejar que esta lo jalara al fondo, pero pensó en su madre, en lo que ella sentiría si perdiera a su único hijo, esa idea se esfumo se sentó a la orilla del lago, se puso la camisa, no la abrochó, llevo sus rodillas al pecho y siguió llorando. No se percataba que unos ojos esmeraldas lo miraban desde atrás. El chico de hermosos ojos iba acercarse a él, pero cuando lo iba a hacer escucho los pasos de su amiga Hermione, y se fue. Draco seguía abrazando sus piernas y cuando el pecho comenzaba a dolerle, se levanto lentamente y se dirigió a la sala de Slytherin.
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Mi todo. (TERMINADA)
Fiksi PenggemarUn año más en Hogwarts, Harry creía que solo sería un año normal, pero sentimientos nuevos y confusos comienzan a aparecer por nada más y nada menos que por Draco Malfoy. Si del amor al odio hay un paso, ¿por qué no del odio al amor?