Capítulo 10

2 0 0
                                    

No me quedó más remedio que aguantar sus estupideces todo el camino hasta que encontramos un buen sitio en el que alojarnos por la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me quedó más remedio que aguantar sus estupideces todo el camino hasta que encontramos un buen sitio en el que alojarnos por la noche. Todavía era de día pero preferíamos quedarnos aquí antes que avanzar por la nieve en busca de otro lugar que quizá no encontráramos. Todos dejamos nuestras mochilas a un lado y nos refugiamos debajo de una casa hecha pedazos. No era el sitio más cómodo del mundo pero al menos tenía techo. Luka sacó los sacos para dormir y los dejó a un lado. Iryna y yo aprovechamos que todavía era de día para buscar leña u otras cosas que nos hicieran falta para pasar la noche. No nos alejamos mucho de la casa pero sí lo bastante lejos para que ninguno de los dos chicos nos oyera.

-¿Qué te dijo? - me preguntó, de repente, Iryna mientras buscábamos la leña.

-Que me dijo, ¿de qué? - respondí inocente aunque sabía perfectamente lo que quería decir.

-Luka. ¿Qué te dijo para que te pusieras tan tensa y quisieras escapar de él?

-Nada importante.

-Te conozco Eir, para ti no hay nada importante. Soy tu amiga, ¿no? Estoy aquí si me necesitas.

Suspiré, tal vez Iryna tuviera razón y tal vez lo mejor sería confiar en ella. Respiré hondo y se lo dije.

-Me ha hablado sobre mi padre.

Ambas nos agachamos para coger una rama que nos viniera bien para la hoguera y cuando nos erguimos nos quedamos mirándonos.

-Que tal vez fuese su herencia este poder que tengo - seguí diciéndole - no sé, ¿sabes? ¿Y si tiene razón? Tal vez mi padre tiene algo que ver con esto - dije mirándome las manos.

-Pensé que no querías volver a pensar en él después de los que os hizo a tu madre, a tu hermana y a ti.

-Y no quiero pensar en él pero... en realidad, no sé que pensar. Te confieso que algunas veces desearía que él estuviera aquí, todo esto me puede.

-Eir no te desanimes. Si se fue sería por algo, por mucho que quieras que vuelva eso no va a traerlo de vuelta. Tienes que concentrarte en este viaje, en encontrar a tu hermana. No te preocupes por él ahora, ¿vale? Cuando encontremos a Vienna te ayudaré a encontrarlo si quieres.

Asentí con la cabeza despacio y continuamos caminando y recogiendo ramas. Muy en el fondo de mi corazón quisiera saber donde está y que me lo explicara todo, desde porque nos abandonó hasta si tiene algo que ver con el don que poseo. Sin embargo, hay algo que me impide hacerlo. No quería remover cosas del pasado, mi madre se había vuelto a casar y era feliz con Sean, aunque a mí no me gustase, si encontrara a mi padre y lo trajera de vuelta a casa todo se vendría abajo. Absolutamente todo. Y eso no lo iba a permitir.

-¿Qué habéis encontrado? - nos preguntó Luka cuando Iryna y yo llegamos con las manos repletas de ramas grandes y pequeñas.

-¿Estás ciego o no lo ves? - le espetó Iryna tirando todo a tierra.

La portadora del hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora